«La diplomacia pública ayuda a la profesional a que los pueblos se unan»

Participó en la jornada 'Diplomacia pública y ciudades culturales', celebradas en el Palacio de La Magdalena el jueves pasado. «Mi estancia en Cantabria, en su capital, Santander, se debe a un proyecto cultural, a una conferencia que organizamos junto con la Academia de la Diplomacia -que preside el politólogo Santiago Velo de Antelo- y con el apoyo del Ayuntamiento de Santander», explicó Korchagin.

El seminario se compuso de dos mesas redondas -'La cultura, una experiencia compartida' y 'La ciudad, una experiencia cultural'-, en las que participaron, entre otros, gestores culturales rusos, como del director del centro ruso de Ciencia y Cultura, Sergey Sarimov, y entidades como el Archivo Lafuente o la Fundación Botín. «Hubo muy buenas exposiciones sobre cómo la cultura une a las ciudades, a los pueblos, y sobre cómo la diplomacia pública ayuda a la diplomacia profesional, a los ministerios de Exteriores, para que, con ese esfuerzo mancomunado, los pueblos puedan unirse», añadió el embajador.

El embajador tuvo una agenda apretada en Santander. Entre otras cosas, se reunió con el presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, para hablar, sobre todo, de turismo, de las posibilidades de atraer a turistas rusos a la región después de la crisis sanitaria. «Enfocar el turismo ruso a Cantabria me parece una idea muy buena», celebra Korchagin.

Los turoperadores y las instituciones locales tendrán que trazar un plan para que parte de esos 1,3 millones de turistas rusos que viajan a España cada año no se limiten, sobre todo, a visitar las zonas sur y mediterránea. «El norte, con todas sus riquezas, con una parte de naturaleza fantástica, a veces se queda un poco fuera del alcance de los rusos», entiende el embajador, y apunta a cuestiones logísticas, como un aeropuerto internacional. «La idea es que la gente que viene a visitar España podría subir al norte para conocer toda esta riqueza natural, histórica, arquitectónica y cultural, como el Centro Botín en el que estamos ahora», plantea Korchagin, que visita con Cantabria frecuencia, y es asiduo al Día de Cantabria en Fitur.

El embajador visitó el edificio de Renzo Piano, donde además asistió al concierto del pianista Andrey Yaroshinsky, profesor de la Escuela de Música Reina Sofía, que interpretó 'Las Estaciones', de Ilyich Tchaikovsky.

También asistió Korchagin a la inauguración de la exposición fotográfica '17,1 millones de kilómetros cuadrados de cultura' -en alusión a la extensión de Rusia-, dedicada a «la diversidad cultural» de ese país. Se puede visitar en el Palacio de La Magdalena durante las tres próximas semanas y servirá para ir más allá del tópico, más allá de San Petersburgo y Moscú, las dos ciudades que más conocen los turistas que visitan Rusia. Korchagin recuerda que su país tiene ejemplos de la cultura budista o de arquitectura occidental.

También tuvo ocasión el embajador de encontrarse con miembros de la comunidad rusa en Cantabria, unos 400 aproximadamente. Entre ellos, miembros de la asociación en ciernes 'Anton Chejov'. Korchagin y su equipo tratarán de impulsarla. La embajada, añade, ayuda a las organizaciones culturales que difunden el patrimonio ruso, y también apoya la gestión burocrática a los 75.000 ciudadanos rusos que residen en España.

El turismo, la cultura, las entrevistas... todo está atravesado por el coronavirus y las incertidumbres y normas de protección y seguridad que impone. Rusia acaba de anunciar que está en condiciones de producir de forma masiva la vacuna Sputnik V contra el coronavirus a final de año.

«Son tres vacunas que, independientemente, se desarrollan en tres centros de medicina rusos», confirma el embajador. Una de ellas ya está registrada oficialmente desde hace un mes, y otra acaba de cumplir con ese trámite. «Para noviembre se piensa empezar a vacunar a la población. Si eso sucede y los resultados de las pruebas que necesariamente se hacen son buenos y positivos, entonces será un apoyo muy importante, y no sólo para Rusia sino para todos, para aliviar nuestros temores y angustias que hay con el covid», añade Korchagin, quien se despide con ese «cuídese» tan escuchado estos días.