Diputados a ciegas
Semana de la once ·
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Sus señorías se enfrentan a las barreras con las que tienen que lidiar las personas invidentes todos los díasPonerse en el lugar del prójimo invidente y empatizar con él. Eso es lo que buscaba ayer la ONCE en el Parlamento cántabro. «Las personas ciegas queremos ser iguales en la empresa y en la cultura, formar nuestra familia y ser autónomos», reivindica ... Sergio Olavarría, consejero de la ONCE en Cantabria. Un año más, la organización, en el marco de la Semana de la Movilidad, acercó su realidad a la sociedad, en este caso a los diputados autonómicos, a los que invitó a que, durante un rato, se enfrentaran a las barreras con las que tienen que lidiar los invidentes todos los días.
El patio del Parlamento se convirtió en un circuito de movilidad que representaba diferentes obstáculos cotidianos. Con antifaz y en fila india comienza el recorrido, con tres partes. Primero, un paso de cebra. En la vida real, una gran odisea en la que las personas que no ven ponen en riesgo su vida. Siguiendo el trayecto se encuentran una terraza. «Un laberinto muy difícil de resolver», apunta una de las guías. ¿El problema? «Las sombrillas que no reúnen las medidas de la normativa vigente». Y en el tramo final, vallas de obra. Que no supondrían ninguna complicación «si estuvieran bien señalizadas». Solución: «Perimetrar las obras por fuera para que puedan ser detectables con el bastón».
El primero de la fila, Joaquín Gómez, presidente del Parlamento. En silencio y «fiándose por completo de la guía», reconoce que tiene una «sensación de inseguridad absoluta». Al diputado del PP Íñigo Fernández le invade un sentimiento de «indefensión» y el ejercicio supone un «baño de realidad». Jesús Manuel Santos afronta ese recorrido todos los días. Por eso, ayer estaba especialmente «contento y agradecido». Agradecido por la visibilidad. Por darles voz. Y porque considera que todavía queda mucho por hacer. «Si esta iniciativa consigue sensibilizar al menos a una sola persona, me doy por satisfecho». Él, por suerte, cuenta con un fiel aliado. Su perro. «Voy más rápido, esquiva a la gente, los obstáculos, los bordillos...». Y además, se siente más respetado. Pero ha querido demostrar a los diputados que podía hacer el circuito tanto con el perro como con el bastón blanco. Y en tiempo récord.
Una iniciativa que, sin duda, hizo reflexionar a todos los allí presentes. El diputado y portavoz de Ciudadanos, Félix Álvarez, confiesa que «al no tener el sentido de la vista, automáticamente y de forma inesperada se me han multiplicado el resto de sentidos». Incluso llega a percibir la textura de lo que pisaba. Esta vez, estaban todos de acuerdo. La incertidumbre se apoderó de ellos desde el primer momento. Armando Blanco, de Vox, confiesa sentirse «totalmente perdido». De hecho, le llama la atención que en las zonas de obras existen algunos elementos que «para las personas videntes sirven de protección y para las invidentes son totalmente inútiles». Algo que también comprueba la regionalista Ana Obregón. «Las barreras que te vas encontrando no sabes de qué tamaño son, ni si hay un agujero». Por eso, Blanco considera que se deberían revisar «ciertos parámetros que se desarrollan en el día a día». La socialista Noelia Cobo se pone en la piel de todas las personas con discapacidad y aun así estima que es «inimaginable lo que sufren día a día». También experimentan el recorrido el regionalista Pedro Hernando, la popular Isabel Urrutia, la socialista Yolanda Algorri y Diego Marañón, de Ciudadanos.
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