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Que el «semáforo covid, más allá de las críticas, ha demostrado ser eficaz», que el objetivo de la inmunidad «de rebaño (entendido como un 70% ... de la población vacunada) se cumplirá en julio» si llegan las vacunas como está previsto y que «no va a haber problemas para que el quiera darse una segunda dosis de AstraZeneca se la pueda dar». Con esas tres ideas se resume la comparecencia a petición propia del consejero de Sanidad en el Parlamento. Pero esa era sólo una parte del papel que le tocaba jugar a Miguel Rodríguez en el hemiciclo.
A la espera de que sea Miguel Ángel Revilla el que responda, al titular de Sanidad le tocó contestar acerca de la polémica comida y el puro del presidente en un restaurante de Castelar grabada por un grupo de hosteleros. Preguntas de Vox que, en su mayor parte, no llegó a contestar por considerar –eso dijo– que no era él quien debía «hacer consideraciones» y hasta por entender que las preguntas eran «impertinentes» y «una falta de respeto».
Primera pregunta. Si considera el consejero que el habitáculo donde estuvo comiendo el pasado 6 de mayo el presidente del Gobierno cumple con todos los requisitos establecidos para ser utilizado como terraza exterior. Respuesta: «El consejero no tiene que hacer consideraciones. Eso le corresponde a los inspectores de Salud Pública», dijo Rodríguez, que aseguró que, en todo caso, «si se incumpliera el infractor no sería el cliente».
Segunda pregunta. Si considera el consejero que el presidente del Gobierno conoce la normativa que impide fumar en comedores y terrazas. Aquí la cosa se tensó. Rodríguez empezó diciendo que eso se lo deben preguntar al presidente. Pero añadió que la pregunta era «tan impertinente como si yo le preguntara a usted si los miembros de su partido con covid conocen que con síntomas no deben acudir a sus puestos de trabajo» (el diputado Cristóbal Palacio dio positivo hace unos días).
A la tercera (sobre si está permitido fumar «en el habitáculo en el que el presidente del Gobierno estaba comiendo») fue a la única que respondió directamente Rodríguez. Aunque dejó claro que las preguntas no buscaban «una respuesta» –«buscan otra cosa»–, contestó que «no se puede fumar». Y quedaba una más. «Si es saludable mentir a los ciudadanos como ha hecho el presidente del Gobierno al manifestar que él no fuma», leyó el diputado de Vox Armando Blanco.
Tras cuestionarse cómo había «pasado el filtro de la Cámara» una pregunta de ese tipo, Rodríguez explicó que se incluía el adjetivo «saludable» en la pregunta para tratar de darle un aspecto a la cuestión que no tenía y que eso no suponía que él la tuviese que responder.
Además, antes de acabar su turno, el consejero pidió a la Mesa del Parlamento que valorase que los diputados «se quiten las mascarillas» para hablar desde el atril, «porque los miembros del Gobierno estamos en primera línea y si están afectados caeríamos seguro». Y eso provocó un rifirrafe en el que participó desde su escaño el portavoz de los populares, Íñigo Fernández.
El caso es que Blanco (que volvió a quitarse la mascarilla para hablar desde el atril) insistió en que Revilla «fue pillado comiendo y fumando» y también en que el presidente mintió en reiteradas ocasiones al asegurar que no fumaba y que el puro no era suyo. No sólo eso, mostró fotos del «zulo» –así lo definió– en el que se celebró la comida y lo analizó lado por lado. Todo, antes de repetir las preguntas. «Es evidente que tenía pensado montar una representación teatral y se ha confundido al elegir a este consejero», insistió Rodríguez, que se reiteró en los mismos argumentos. «Es una falta de respeto al presidente y a lo que esta cámara representa», afirmó.
Fue la última frase del consejero en una tarde en la que la oposición reprochó, sobre todo, lo sucedido con los vaivenes del Ministerio de Sanidad con respecto a la segunda dosis con AstraZeneca. Blanco (Vox), Álvarez (Cs) y Pascual (PP) repitieron era idea, mientras que las portavoces del PSOE y el PRC (Cobo y Obregón), básicamente felicitaron al consejero «por la planificación en la vacunación».
Sobre la situación de la vacunación, el consejero aportó alfunos datos como que Cantabria está «muy cerca» de vacunar a la mitad de su población contra la Covid con al menos una dosis, pues ya la han recibido el 48 por ciento de los habitantes -mayores de 16 años-, en tanto que una cuarta parte -el 25%- tiene la pauta completa para estar inmunizado frente al virus. Detalló que se ha inoculado el suero a 240.818 cántabros, el 41,3% del total, y 125.360 han recibido la pauta completa, el 21,5% de todos.
Teniendo en cuenta estos y otros datos, y si se cumplen los plazos de recepción de los fármacos, Rodríguez ve «cada vez más cerca» el objetivo de inmunización de rebaño, fijado en el 70%, para el próximo mes de julio.
También explicó que Cantabria tiene un «colchoncillo» de vacunas de AstraZeneca almacenadas, en concreto 10.480, por si se produce «alguna sorpresa» en las llegadas previstas. Por lo pronto, la región espera recepcionar 16.500 estos días, con lo que hay cantidad para administrar segundas dosis esta semana y la próxima, a aquellas personas que recibieron la primera de este fármaco y deseen ponerse el mismo.
Además, la Consejería de Sanidad confía en seguir recibiendo partidas del suero anglo-sueco «sin ningún problema» para quienes quieran volver a vacunarse con esta fórmula. Tras una inoculación inicial, tienen pendiente de recibir el segundo pinchazo unos 60.000 cántabros -aunque el Ministerio prioriza que se administre Pfizer frente a AstrZeneca-.
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