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Mientras los agentes del Medio Natural del Gobierno continuaban este lunes con la búsqueda del oso pardo herido por el disparo de un cazador en una batida de jabalí celebrada el domingo en Cillorigo de Liébana, la Federación Cántabra de Caza defendió la ... actuación llevada a cabo por el hombre, «que se vio sorprendido» por el plantígrado. «Se fue directo hacia él y tuvo que disparar el arma en defensa propia», afirmó el presidente del colectivo, Ignacio Valle. La Consejería de Medio Rural que dirige Guillermo Blanco prefiere guardar silencio hasta que se dé con el paradero del animal y, de paso, se sepa si sigue vivo.
La investigación corre a cargo del Seprona de la Guardia Civil, que trata de esclarecer lo sucedido. De momento, no han trascendido demasiados detalles, aunque desde la Federación insisten en que todo momento se actuó según dicta el protocolo. «El oso, cuando ha visto al hombre, no ha cambiado de dirección y se le ha acercado resoplando. Sólo ha tenido tiempo para salir corriendo y tirarse a un 'escajal', desde donde le ha disparado, según me cuentan», añade Valle.
La batida de jabalí del pasado domingo, que tuvo lugar en una zona de Cillorigo conocida como Bicobres Norte, corrió a cargo de la Cuadrilla 64 que capitanea Miguel Ángel Pacheco. Al cazador, tras el suceso, le dio un ataque de ansiedad. «Tras el susto inicial, ya se encuentra bien, está totalmente recuperado. Desde aquí quiero agradecer al guarda Santos Seña y a Elsa, de la Fundación Oso Pardo, que nada más llegar también se interesaron por su estado de salud», subraya el presidente de la Federación.
Ignacio Valle | Federación Cántabra de Caza
Las autoridades están preocupadas ahora por el paradero del animal, ya que no saben si el disparo fue mortal o si sólo le hirió. Esto último es motivo de preocupación. Un oso herido en esa zona, no demasiado alejada de caseríos e invernales, puede ser una amenaza. Por eso, este lunes, los agentes del Medio Natural continuaron con su búsqueda en una zona de matorrales de unos cien metros cuadrados donde se perdió su rastro. Ahí le situó tanto el cazador como el reguero de sangre que fue dejando.
La Fundación Oso Pardo tomó muestras para analizar y determinar, a través del análisis del ADN, qué animal en concreto recibió el tiro. «También vamos a personarnos en el proceso que se ha abierto», explicó a El Diario Montañés su presidente, Guillermo Palomero. «Queremos conocer qué sucedió realmente, porque el cazador sufría un fuerte golpe de ansiedad», añadió.
La población de osos en la cordillera Cantábrica ha ido creciendo paulatinamente. El último censo -está pendiente de publicarse una actualización- cifra la misma en unos 350 ejemplares. «De unos años para acá, está aumentando; aunque en menor medida de lo que la gente cree. Aun así, se encuentra en un buen momento y no es raro que un ejemplar aparezca en una cacería», relata Palomera.
Guillermo Palomero | Fundación Oso Pardo
En caso de que el oso de Cillorigo de Liébana haya muerto por el impacto del proyectil, sería el segundo del territorio nacional. Una osa falleció, mientras estaba en compañía de sus crías, en el Pirineo francés por disparos de un cazador. El año pasado, en cambio, se registraron dos casos similares, informa la Fundación Oso Pardo, con dos osas. Una en la cercana Montaña Palentina -el caso se encuentra en proceso judicial- y otra en el Pirineo francés, que había llegado procedente de Eslovenia dentro de un programa para la repoblación en ese punto del país vecino.
Para evitar estos casos, la Fundación Oso Pardo, junto con la Federación Cántabra de Caza, van a reactivar «la campaña de información» para que los cazadores sepan qué deben hacer cuando se topen con un oso en el monte. El documento se puede descargar de la página web de la organización conservacionista y está compuesto por 17 folios.
En el mismo se explica cómo detectar un 'jabaloso', que es el término que los naturalistas han empleado para cuando un oso -cuando está parcialmente oculto a los ojos del cazador- es confundido con un jabalí. «Ante la observación de un 'jabaloso', todo cazador debe abstenerse de disparar», reza contundente la guía.
También da instrucciones de cómo actuar si el plantígrado se dirige al puesto de tiro. «Hay que permitir que pueda identificarnos manifestando nuestra presencia y dejándonos ver y oír a distancia suficiente; movernos sin hacer aspavientos y sin brusquedad; no cortarle el paso ni bloquear las posibles vías que pudiera utilizar en su huida; alejarse despacio y, en caso de un encuentro con una osa y sus oseznos, no interponerse nunca entre ellos», concluye.
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