120 años escribiendo la historia

El mes de agosto de 1902 descansa en el pasado tumbado sobre un lecho del que solamente se incorpora para reverdecer aquellos acontecimientos que le pertenecen. Cuando la naviera Cunard Line construyó el buque Carpathia –el primer barco en acudir a la llamada de socorro del Titanic–, cuando Eduardo VII fue coronado nuevo rey de Gran Bretaña, o cuando Roosevelt se convirtió en el primer presidente estadounidense en viajar en automóvil. Luego, se echa a dormir otra vez cubriéndose con la primera sábana que El Diario Montañés cosió en papel.

Porque ese, el alumbramiento del periódico que ahora tiene en sus manos, o en su ordenador, o en su tablet, o en su teléfono, es otro de los eventos emergidos de aquel mes de agosto de 1902, que, casi sin esperar a nacer, ponía en las calles de Cantabria el primer ejemplar de un rotativo merecidamente honrado por su 120 aniversario.

Portavoz de la historia regional, nacional e internacional contada con rigor e independencia, El Diario Montañés, 'El Diario', celebró esta nueva efeméride con un acto sobrio organizado –muy bien organizado, en verdad– en uno de sus rincones predilectos de Santander, la Sala Argenta del Palacio de Festivales, fuente a la que acude con frecuencia para dar de beber a sus páginas culturales desde comienzos de los noventa.

Allí se reunió una nutrida delegación de la sociedad regional, de sus políticos, sus empresarios, sus investigadores, sus artistas, sus deportistas, sus celebridades, gentes llegadas de todos los universos sociales de Cantabria, y todas con tarjeta de embarque para disfrutar de un breve vuelo a través del tiempo pilotado por tres periodistas de esta casa; Ana del Castillo, Marcos Menocal y Leila Bensghaiyar.

Luego de agradecer su asistencia a las primeras autoridades (el presidente Revilla, el vicepresidente Zuloaga y sus consejeros) y al resto de los invitados al acto, al que acudió Ignacio Ybarra, presidente del Grupo Vocento, el director general del periódico tomó la palabra para resumir el camino andado por el rotativo en estos 120 años.

«Es una historia de éxito que tiene que ver con el profundo e indisoluble vínculo que une a El Diario Montañés con Cantabria», indicó al respecto Ignacio Pérez, que, breve en su intervención, solo quiso ensalzar la fe de la empresa ante la coyuntura actual. «Aún en un entorno tan complicado como el que nos está tocando vivir, vamos a seguir haciendo lo que hicieron nuestros mayores; contar lo que pasa en nuestra tierra con independencia, rigor y objetividad, pero, sobre todo, comprometidos con los valores que han guiado, guían y guiarán nuestra actividad independientemente del soporte en el que se distribuya».

Con esa promesa daba comienzo un viaje temporal que partió desde el día 1 de agosto de 1902, tomó rumbo hacia la actualidad y únicamente se detuvo en algunos de los acontecimientos más relevantes de la historia de Cantabria, todos ellos, por supuesto, plasmados en las páginas de El Diario Montañés.

De ese viaje asombroso, en el que los asistentes pudieron vivir, y hasta sentir, la transformación experimentada por el periódico en 120 años, participaron a modo de guías los tres últimos directores del rotativo, Manuel Ángel Castañeda, José Miguel Santamaría e Íñigo Noriega, en quienes han recaído buena parte de los desafíos que en este tiempo ha enfrentado El Diario Montañés.

«En enero de 1979 comenzó la reconstrucción del periódico», explicó Castañeda, que recordó que el proceso no fue nada fácil. «Las dificultades eran grandes puesto que la empresa había estado al borde de la quiebra una década antes y en ese momento tenía contraídas importantes deudas con la Seguridad Social, los bancos, los proveedores...».

Recordó el director cómo entonces «un grupo de empresarios con Mariano Linares al frente apostó por El Diario Montañés y puso en marcha una operación que gran parte de la sociedad cántabra no creyó que fuera a salir adelante». Pero sí. Sí salió. «Por suerte, aquello funcionó y hoy, muchos años después, estamos aquí traspasando la barrera de los 120 años, que no es poca cosa».

Castañeda, que se acordó de todos aquellos empresarios que apostaron por aquel proyecto, «de Justo de las Cuevas, de Roberto Saiz, de Alberto Cuartas o de Leandro Valle», aludió luego a otro paso en su opinión definitivo dado en la década de los 80 para la consolidación del diario. «La alianza con lo que luego se llamó Grupo Correo».

Aquello, aseguró el exdirector, «puso en su punto de máxima competitividad a El Diario Montañés», que para él ha sido, y es, y va a seguir siendo con certeza, «un referente imprescindible para poder entender lo que pasa en esta región».

Superado ese enorme desafío, reflotar el periódico y pilotarlo a la cima de la prensa regional, el rotativo tuvo que prepararse para abordar el siguiente, su salto a la era digital.

Ya de la mano de Santamaría, «El Diario Montañés inició su presencia en interne de un modo digamos más o menos testimonial, para ver qué pasaba», reconoció el exdirector.

Y lo que pasó fue que, al final, «nos convencimos de que nuestra presencia en Internet iba a ser determinante, de que teníamos que trasladar nuestro liderazgo en el papel al de Internet», un lugar en el que a los periodistas «se les abría un mundo lleno de posibilidades».

La era digital, dijo Santamaría, «trajo un cambio en nuestra forma de trabajar, en nuestra mentalidad», si bien, «mantuvo intactos los principios periodísticos que han caracterizado a esta casa y que son fundamentalmente el rigor, la profesionalidad y la responsabilidad».

Ya encaramado a la era digital como director de este periódico, Noriega, que para nada ha sido un mero espectador de los desafíos enfrentados por sus antecesores, explicó que Internet es hoy «una extensión natural para el ejercicio del periodismo, para contar lo que pasa, para valorar lo que es relevante y analizarlo, para explicar lo que ocurre en nuestra sociedad». Por eso, subrayó, «en El Diario Montañés trabajamos ya en una redacción única que no distingue entre los soportes de papel y digital».

Una redacción que cada día trabaja al servicio de sus lectores con la mirada puesta en el presente pero también en el pasado, del que cabe aprender, y en el futuro, al que lejos de temer encara con ese punto optimista al que se refería el director general, Ignacio Pérez, prestándole la voz a El Diario Montañés en su 120 cumpleaños.

El Diario Montañés publicará este jueves un suplemento especial de 96 páginas con el que rinde homenaje a Cantabria, a su historia y a sus gentes, y que se entregará gratis a los lectores junto con el ejemplar del periódico. El cuaderno, en el que la Redacción ha trabajado durante meses, incluye 121 fotografías en las que han participado 146 personas de cero a más de cien años. Juntas conforman un retrato colectivo de la Cantabria actual. Cada imagen pone rostro a un año, ya que el especial resume lo más noticioso ocurrido entre 1902, con el reconocimiento de las pinturas de Altamira, hasta 2022, con la muerte de Isabel II.

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