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El año de la vacuna. Archivado de ese modo en la memoria colectiva de la Humanidad, testigo de una de las mayores gestas científicas que se recuerdan, 2021 viajó ayer al galope por 2022 a lomos de la trigésimo séptima edición del Anuario de Cantabria, ... una obra de consulta indispensable que El Diario Montañés llevará próximamente a los quioscos para que sus lectores no olviden nunca lo que sucedió durante esos 365 días frenéticos y que el periódico presentó a la sociedad como acostumbra a hacerlo desde 1985. A lo grande. A lo grande porque así se lo permitió precisamente la vacuna, cuya llegada reabrió las puertas a la normalidad.
De nuevo celebrada en el Palacio de Festivales de Santander y otra vez pilotada con maestría por tres periodistas de la casa –José Carlos Rojo, Pilar González y Álvaro Machín–, la ceremonia, a la que entró el dibujante santanderino José Ramón Sánchez y de la que una hora más tarde salió el Cántabro del Año 2021, reencontró en la Sala Argenta a cerca de 500 personalidades provenientes del mundo de la política, de la empresa, del deporte, de la cultura y el espectáculo, universos que consiguieron recuperar en el año de la vacuna buena parte de lo que perdieron en el año del covid.
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Arropada por la plana mayor del Gobierno autonómico, con el presidente Miguel Ángel Revilla, el vicepresidente Pablo Zuloaga y casi la totalidad de los conse-jeros y consejeras de su Ejecutivo; del Parlamento regional, con el presidente Joaquín Gómez y buena parte de sus diputados; por la Delegación del Gobierno, con su responsable Ainoa Quiñones, y por los ayuntamientos de Santander y de Torrelavega, con sus respectivos alcaldes, Gema Igual y Javier López Estrada, la gala congregó a numerosos rostros conocidos que tuvieron la oportunidad de saludarse en los prolegómenos de un evento que empezó puntual y al que, esta vez, puso la banda sonora el cantante Pablo Solo.
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Su música inauguró un acto –luego también lo clausuraría– al que los guionistas inyectaron hasta tres dosis de suspense protagonizadas por un misterioso personaje vestido de blanco que irrumpió sobre el escenario en tres momentos diferentes –para dar vida a dos cowboys, a Don Quijote y Sancho Panza, y, ya por último, al capitán Ahab– y que acabó revelándose como elemento indispensable en una sobria celebración.
Al fondo, en su panel, la portada del Anuario de Cantabria 2021, este año diseñada con una perla fotográfica cultivada por un genio de la fotografía, Pablo Hojas. A un lado, en su atril, la estatuilla con la que El Diario Montañés distingue al Cántabro del Año, creada por el escultor José Cobo. Al otro, a la vista de cualquiera, el logotipo con el que el periódico celebra este año su 120 aniversario, trazado con el esfuer-zo de cientos de profesionales. Y abajo, en el patio de butacas, el recuerdo todavía muy fresco de lo acontecido el año pasado, que este medio ha recopilado en una publicación elaborada por sus redactores, corresponsales, colaboradores, fotógrafos y diseñadores gráficos.
La celebrada llegada de la vacuna, el histórico atasco naval registrado en el Canal de Suez, los Juegos Olímpicos de Tokio, la gran huida de Kabul tras el regreso al poder de los talibanes, la erupción del volcán de La Palma y otros acontecimientos mucho más próximos a la región, como la subida de los precios, las inundaciones en la provincia, la incorporación del lobo ibérico al listado de las especies protegidas, el conflicto de las basuras o la marcha imparable del Racing a Segunda División...
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Pablo Bermúdez
Roberto Ruiz | Juanjo Santamaría
A lo largo de casi 300 páginas en las que tienen cabida la información, el análisis y la opinión, y que ilustran cerca de 250 imágenes, el Anuario de Cantabria acerca a sus lectores a la realidad de un tiempo consumido que ya descansa en las estanterías y que ayer mereció de un momento de reflexión
De varios momentos más bien, los dos primeros verbalizados uno por el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla y otro por la alcaldesa de Santander, Gema Igual.
«Llevamos dos años tremendos y ahora que pensábamos que con la población vacunada la situación iba a mejorar, que teníamos ganas de hacer cosas, viene Putin y nos lanza otro virus, una guerra, que no sabemos cómo va a terminar», se lamentó el presidente, que prefiere no mirar demasiado al pasado y centrar la vista en el futuro.
Así, Revilla, que trasladó su felicitación a El Diario Montañés «por hacer acopio otro año más de los hechos más relevantes que ahora podemos ver en un libro», abogó por centrar el tiro en «esos proyectos importantes que van a empezar a ejecutarse pronto, este mismo año».
«Como ha dicho el presidente, cuando todos pensábamos que las cosas no podían ponerse peor se han puesto peor», dijo la alcaldesa, que, al igual que Revilla, apostó decidida por el futuro. Del pasado, ella se queda con la certeza de que el Ayuntamiento «ha estado más cerca de la gente y de los que más nos han necesitado, a los que hemos sido capaces de ayudar».
Hubo una tercera reflexión, esta para cerrar los discursos y por cuenta del presidente de Editorial Cantabria, Luis Revenga, que animó a sus 500 invitados a pasar la página de 2021.
«Cuando lo hacemos, entonces entramos en la página siguiente y nos concentramos en la lectura de los nuevos párrafos; la creencia en la tarea diaria, la ilusión por participar en la creación de una sociedad más justa, la contribución, cumpliendo cada uno con sus obligaciones a la generación de mejor calidad de vida y la observancia de conductas que, a través de actitudes solidarias, posibiliten las ayudas a quienes las necesitan», explicó desde el atril Revenga, claro y rotundo con los lectores: «Asumo en nombre de todo el equipo de El Diario Montañés el compromiso solemne de ofrecerles la actualidad diaria con rigor, seriedad y profesionalidad».
Con esa promesa en voz alta salió el presidente de la escena, que de nuevo acapararía para sí el misterioso niño del lapicero acompañado por sus creaciones –representadas por los alumnos de la Escuela de Artes Escénicas del Palacio de Festivales– cuya presencia allí cobró todo su sentido al desvelarse el nombre del Cántabro del Año 2021.
Pintor, dibujante, ilustrador, Premio Nacional de Ilustración, y sucesor de la exatleta Ruth Beitia, del Instituto de Hidráulica, de los restauradores Jesús Sánchez y Miriam Martínez y de la sociedad cántabra ex aequo, el santanderino José Ramón Sánchez era llamado a tablas para que recogiera un galardón que hace justicia a su inigualable trayectoria artística.
Autor de la portada del Anuario de Cantabria del año 2016, Sánchez, que recogió el premio de las manos del director general y el director de El Diario Montañés, Ignacio Pérez e Íñigo Noriega, respectivamente, a quienes agradeció su gesto con él, se quedó a la retirada de ambos «un poco solo ante el peligro» y «bastante preocupado».
«Tengo la sensación de que algún ser de ultratumba os ha dicho que voy a morir a final de año y me tenéis que dar ya todos los premios posibles», dijo el dibujante, que recientemente recibió la Medalla de Plata de Santander. Más allá de la simpática chanza («bueno, es un chiste pero en el fondo...», dijo), Sánchez se reconoció agradecido a su 'tierruca'. «2022 está siendo un año de profundas gratitudes; mi corazón rebosa gratitud al Gobierno de Cantabria, al Ayuntamiento de Santander y a El Diario Montañés», periódico en el que el ilustrador ha tenido siempre gran apoyo. En especial a su regreso a casa y en la figura de Guillermo Balbona, redactor jefe y responsable de la sección de Cultura, «un periodista con el que he tenido mucho feeling y que me apoyó siempre en mis momentos de oscuridad».
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