Los directores de los centros educativos se quejan de una gran «sobrecarga administrativa»

No es un asunto nuevo. Los directores, al menos los de Secundaria, ya se declararon «sobrepasados» por la burocracia hace un año, cuando la entrada en escena de los (celebrados) fondos europeos les procuró otra carga administrativa extra, que entonces se solapó con la sexta ola covid. Esta semana, tras una reunión con el área de Gestión Económica de la Consejería de Educación y FP, la «desazón», como la describe García, se ha intensificado.

Los directores están de acuerdo en cumplir escrupulosamente la ley –la de Contratos y la normativa que regula la gestión económica de los centros, ambas estatales– y también en dar «transparencia» a todos sus trámites, pero sienten que en ocasiones «no dan abasto» con los pasos a seguir para afrontar gastos rutinarios, como puede ser la reparación de un proyector, ejemplifica García, que en la reunión del martes le trasladó a la representante de la Consejería –a quien, en cualquier caso, agradece la comparecencia– el «hartazgo y la desesperación de los institutos de Cantabria» en este sentido. García entiende que, ahora mismo, hay gran distancia entre el área de Gestión Económica y los centros educativos. «Nuestra realidad económica dista mucho de lo que se nos pide».

«La gran mayoría de los colegios no cuentan con personal administrativo por lo que toda la carga recae en los docentes, quienes no siempre disponemos de la necesaria formación en gestión económica. La asignación de administrativos a tiempo completo en centros con una elevada matrícula es una antigua y repetida demanda que no se ha resuelto», expone Rioseco, que más allá del refuerzo de personal, apuesta por la formación. «Vemos necesario dedicar tiempo a la formación continua de los equipos directivos en este tema, igual que es imprescindible disponer de un manual de gestión económica actualizado y con criterios comunes».

De hecho, la Consejería de Educación indica que trabaja ya en la elaboración de una guía que recoja toda la normativa aplicable y simplifique los pasos a seguir, y se compromete a fijar reuniones periódicas para favorecer una «comunicación fluida. Estamos abiertos a reunirnos tantas veces como sea necesario».

García, además de formación adecuada, ha pedido una reunión con la consejera, Marina Lombó. Espera que les cite la semana que viene.