Docentes se encierran hoy en quince centros educativos por «la dignificación de la profesión»

Con el encierro en colegios e institutos públicos de la comunidad autónoma, «queremos dignificar nuestra profesión y nuestra labor como agentes socializadores, y eso también parte de nuestra adecuación salarial. No es solo una cuestión económica, sino de dignificación de nuestra profesión», ha dicho esta mañana David Galán, profesor del IES Nueve Valles, en Puente San Miguel, que es uno de los centros que acogerá la medida. Durante las horas de encierro hay previstas asambleas o la elaboración de materiales -pancartas, lazos verdes- con los que visibilizar las protestas, que no cesarán hasta que no haya una propuesta «concreta», incide Trueba.

Los quince centros educativos están en Puente San Miguel, pero también en Santander, Torrelavega, Medio Cudeyo, Laredo, Castro Urdiales, Guriezo, Alceda, Cabezón de la Sal, Pesués o Potes. Con el fin de no interrumpir la actividad lectiva y las actividades extraescolares, los encierros comenzarán en diferentes momentos de la tarde de hoy. La previsión de la Junta es replicar este tipo de protestas, que ya protagonizó un grupo de delegados sindicales en la sede del Gobierno de Cantabria, en el futuro.

La Junta ha confeccionado una especie de guía donde resuelve dudas organizativas y que anima a los participantes en el encierro a compartir sus experiencias y materiales. Las instrucciones se cierran con el lema de la campaña de adecuación retributiva reactivada en octubre: «Es ahora, la hora de los docentes».

Ese es uno de los puntos del desencuentro. La propuesta de los representantes del profesorado -que, a grandes rasgos, se resume en 325 euros de mejora salarial progresiva hasta 2027- contempla que las primeras subidas se hagan en 2025, sujetas al Presupuesto, pero una vez concluido el periodo de enmiendas a las cuentas del próximo ejercicio parece difícil que eso tenga cabida en estos momentos: PP y PRC no las han incluido (solo el PSOE lo ha hecho, dotada con cinco millones).

Al hilo de esto, la presidenta Sáenz de Buruaga, en su primera declaración sobre este asunto, declaraba el pasado viernes que el presupuesto «no es un chicle» y, si bien se mostraba abierta al diálogo, aseguraba que no aceptaría «chantajes» sindicales.