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Esteban Martínez y Andrea Ruiz, dos donantes de aféresis, en pleno proceso en la sala del Banco de Sangre. Juanjo Santamaría
La donación de plasma, una misión vital

La donación de plasma, una misión vital

El Banco de Sangre hace un llamamiento para sumar donantes y cubrir la demanda de medicamentos derivados del plasma de los hospitales

Domingo, 23 de febrero 2025, 07:43

Seguro que si a muchos de los lectores se les preguntase por la donación por aféresis no sabrían muy bien de qué se les está hablando o necesitarían realizar una consulta rápida en su teléfono móvil. A diferencia de la donación de sangre, cuyos requisitos y proceso conoce casi todo el mundo.

Entonces, ¿cuál es la principal diferencia? Básicamente, es una cuestión de tiempo. Mientras que la donación de sangre dura entre ocho y diez minutos, la donación mediante aféresis, por la que se extrae plasma u otros componentes de la sangre –también pueden ser plaquetas–, dura entre 35 y 45 minutos. Un proceso más largo... pero que permite con un mismo gesto –el de un pinchazo en el brazo– ayudar a pacientes con inmunodeficiencias. A través del plasma se consiguen desarrollar medicamentos imprescindibles en hospitales. La albúmina, inmunoglobulina y alfa-1 antitripsina son algunos de los fármacos que no se pueden obtener de otra forma.

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Registro como donante

El Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria tiene su principal punto de donación en el pabellón 13 del Hospital Valdecilla. El proceso para ser donante comienza con un formulario y una entrevista con un profesional sanitario que comprobará que cumple con los criterios.

Medición de tensión

La donación de plasma para la fabricación de medicamentos vitales para pacientes con enfermedades graves (leucemias, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, hepatitis...) se realiza mediante el proceso de aféresis. El primer paso, medición de la tensión del donante.

Extracción de sangre

El procedimiento de aféresis es compatible con la donación de sangre, aunque requiere más tiempo (unos 45 minutos). Para donar plasma se realiza la extracción, a través de un pinchazo en el brazo, pero después se retornan los hematíes (glóbulos rojos).

Separación de componentes

La máquina centrifuga la sangre para producir la separación de componentes y obtener el plasma, que contiene inmunoglobulinas que defienden al organismo frente a virus, bacterias y células cancerosas, y factores de la coagulación que previenen las hemorragias.

Una hora por donación

El proceso de aféresis puede durar tres o cuatro ciclos, en los que se realiza la extracción y el retorno. El aparato indica en todo momento en qué parte del procedimiento se encuentra el donante, además del número del ciclo y los mililitros procesados.

Frecuencia y cantidad

La máxima cantidad que se puede extraer de plasma en una donación son 600 mililitros, mientras que de una donación convencional de sangre se pueden conseguir 250 mililitros de plasma. Puede hacerse todos los meses, porque el tiempo de recuperación es menor.

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Para poner en contexto, la Hermandad de Donantes de Sangre de Cantabria alcanzó las 22.369 donaciones en 2024, de las que 2.146 fueron por aféresis. Un salto considerable si se comparan con las 973 registradas durante el año 2022, algo más del doble.

Si hay una persona que ha ayudado a engrosar esos números ha sido Esteban Martínez. La detección de una leucemia a un primo suyo en 2014 le llevó a pisar el Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria para donar plasma. «Como no podía donar médula, un doctor me dijo que si realmente quería ayudarle a él o a otras personas que se encuentren en una situación parecida, que acudiese a donar plasma. Entonces decidí bajar a la unidad y empezar a donar», relata. «Soy un donante tardío, hasta los 30 años años no empecé, pero a partir de ese momento me disparé, llevo las cuentas e intento ser constante. Voy combinando las de aféresis y de sangre».

Desde ese instante su implicación ha sido tan grande que ha sido distinguido como padrino de honor de la Hermandad. Tanto es así que en su propia piel lleva tatuado su grupo sanguíneo y comparte por las redes sociales cuando acude a donar: «Es una buena manera de que la gente se entere y me pregunte».

Aunque si algo tiene muy claro Martínez es la delgada línea que existe entre donante y receptor. «Ahora se ha cerrado el círculo, a mi padre le han detectado una leucemia hace poco tiempo y necesita transfusiones de sangre. Cuando yo veo esa bolsa, aunque suene un poco raro, me alegra porque sé que el circuito funciona, que salva vidas y que nunca sabes cuando te puede hacer falta a ti», confiesa. «Un pequeño gesto salva vidas, en mis donaciones siempre hay un equipo profesional y humano que te van a acoger genial».

Y es que a veces son los propios sanitarios de la unidad, los que se animan a donar plasma para no desaprovechar el montaje de la máquina cuando algún donante no acude a la cita. Uno de esos casos es Andrea Ruiz. «La primera vez fue hace tres años, en mi caso las donaciones son muy puntuales, porque lo vi como una manera de aprovechar cuando nos falla alguna persona. Las máquinas necesitan de una preparación especial», puntualiza. «No todo el mundo sabe montar el aparato, al entrar al servicio primero comienzas con las donaciones normales de sangre. Con el tiempo ya empiezas a hacer aféresis, sobre todo, porque su funcionamiento es más complicado al tener dentro una centrifugadora».

Una mayor aportación

Después de pasar por los diferentes protocolos –rellenar el formulario y entrevista con un profesional– se sienta al donante en una de las camillas junto a la máquina de aféresis. Tras tomarle la tensión, se procede a pincharle en el brazo «donde mejor vena tengas» porque se va a extraer y devolver hematíes (glóbulos rojos). Con la ayuda de un manguito en el brazo, que se aprieta y desinfla, en función de la fase en la que se encuentre. Al mismo tiempo, en la pantalla de la máquina se conocen datos en tiempo real como pueden ser si se encuentra en extracción o retorno, el número del ciclo y de los mililitros procesados.

Dependiendo de la volemia –volumen total de sangre circulante de una persona– podrán ser 3 o 4 ciclos el proceso de donación. Cada ciclo consta de extracción y retorno. Lo máximo que se puede extraer de plasma en una donación son 600 mililitros. La principal ventaja de la aféresis es que separa en vivo los componentes de la sangre. «De una donación de sangre se puede conseguir en el mejor de los casos 250 mililitros de plasma. Y después de realizar el trabajo de centrifugado en el laboratorio de Liencres. Lo importante de la donación de plasma es el mayor volumen y la probabilidad de extraer mejor las proteínas que hay dentro del plasma», subrayan los miembros de la unidad del Banco de Sangre.

Un punto de inflexión

«La pandemia puso de manifiesto el riesgo de la falta de suministro. En Cantabria no tuvimos problemas con los medicamentos derivados del plasma, pero en otras comunidades autónomas si tuvieron problemas de inmunoglobulina», remarca José Luis Arroyo, director del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria. «Conseguir la autosuficiencia al 100% es imposible. El objetivo es que seamos capaces de ir mejorando esa dependencia de terceros».

Uno de los objetivos que se tienen desde la entidad es mejorar la captación entre los jóvenes. «Hay muchos que no saben qué es la donación, que no están informados y que todavía no son donantes y que necesitamos a medida que aumenta la esperanza de vida de las personas», añade Arroyo.

Para captar donantes y mejorar la gestión de las citas, desde el Banco de Sangre y Tejidos y la Hermandad de Donantes de Sangre de Cantabria han puesto en marcha el asistente virtual telefónico VITA. Un chatbot que llamará a los ciudadanos desde el número de teléfono 842842010. Esta plataforma tecnológica innovadora permitirá que los donantes puedan resolver sus dudas y recibir información relevante de forma sencilla y rápida.

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