Dos acusados de traficar con droga en Cantabria y Vizcaya pactan las penas

En ambos casos se han tenido en cuenta las circunstancias atenuantes de drogadicción y de confesión. Pero en el caso de uno de ellos concurre la agravante de reincidencia, ya que ha sido condenado con anterioridad por el mismo delito.

Según los hechos reconocidos, los dos se dedicaban al tráfico de cocaína y cannabis. El primero de los acusados residía en Castro Urdiales y tenía un punto de almacenamiento de cocaína en Vizcaya. Según ha quedado establecido, visitaba de forma breve al segundo, que también guardaba droga en un almacén en Santander. De hecho, la policía observó en una ocasión cómo el primer acusado accedía al piso que tenía en Galdakano (Vizcaya) y minutos más tarde un hombre -investigado en esta causa, pero ya fallecido- salía del mismo llevando una caja con una tableta de un kilo de cocaína.

Cuando la policía registró en su día el citado piso se encontraron 33.500 euros en billetes fraccionados procedentes del tráfico de drogas, varias bolsas de plástico que contenían 242 gramos de cocaína valorada en 16.227 euros, básculas de precisión y sustancia para cortar la droga.

Además, en la vivienda habitual del acusado, en Castro Urdiales, la policía encontró varios documentos de identidad de distintas personas, billetes de avión al extranjero a nombre de terceros, móviles, décimos de lotería, resguardos de envío de dinero al extranjero y una sustancia para cortar droga. Esta persona también utilizaba su vehículo alquilado para esconder dinero procedente del tráfico de droga: en él se encontraron 3.500 euros.

En el almacén que el segundo acusado tenía en Santander, que era frecuentemente visitado por el primero, la policía intervino 2,8 kilos de resina de cannabis y seis gramos de cocaína, que el segundo acusado guardaba para su distribución entre terceros y que han sido valoradas en 16.600 euros y 150 euros, respectivamente.

También se encontraron bolsas con billetes de diverso valor, que ascienden a un total de 293.750 euros, de los que 90.000 procedían de la venta de algas y el resto eran beneficios del tráfico de drogas.

Dado que el primer acusado es reincidente se ha llevado una pena de cuatro años de prisión. También se le ha impuesto una multa de 16.500 euros. Para el segundo la pena es de dos años y dos meses y la multa se queda en 12.000 euros.