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Comer un helado en un día de calor es uno de los placeres del verano. Incluso aunque no aprieten en exceso las temperaturas. Cantabria concentra una gran cantidad de heladerías, muchas de ellas artesanas. Todas se esfuerzan por ofrecer la mejor calidad al cliente, cada ... una con su estilo propio y su forma particular de trabajar. En esencia, están las heladerías que apuestan por sus sabores y formatos tradicionales, que les han brindado un rotundo éxito durante años, y aquellas que experimentan, ofrecen sabores novedosos, a veces inimaginables, y presentan formatos diferentes a los que añaden todo tipo de condimentos. Los siropes, las galletas, las gominolas e incluso los chicles pueden ser perfectos complementos para los helados. Propuestas con distintos colores y formas que atraen a los más pequeños..., pero no solo a ellos. También hay adultos que se pirran por un helado de colores llamativos y lleno de virutas.
Entre las especialidades que en los últimos años han cogido más fama están la de queso y la de tarta de queso. Poco a poco las heladerías las han ido introduciendo y han comprobado la gran acogida que tienen. Puede haber tantos matices como tipos de queso hay, pero sin duda este es un sabor muy demandado que ha llegado para quedarse.
Otras propuestas cada vez más presentes son las relacionadas con los productos típicos de Cantabria. Así, son comunes sabores como el de sobao pasiego, crema de orujo o ambos combinados. Eso sí, aún nadie se ha atrevido con los platos típicos de nuestra cocina, como sí han hecho nuestros vecinos asturianos con la fabada. ¿Pedirían un helado de cocido montañés, sorropotún o bocartes al ajillo? Aunque de momento no hemos encontrado estos sabores, en el mundo del helado todo es posible. Entre los clásicos, eso sí, ni la nata ni la vainilla ni el limón ni el chocolate. Lo que triunfa este verano es el pistacho.
'El unicornio' es una de las propuestas de Helados Artesanos Riancho Valle de Pas. Cuenta Borja Riancho, dueño de este establecimiento de Renedo de Piélagos, que «a los niños les encanta, no solo por su sabor sino también por sus colores». El colorido de los helados no tiene límite, pero el azul de esta especialidad es muy llamativo y poco común. Además incluye en su receta un ingrediente muy especial: el chicle. Este establecimiento ofrece también otros inusuales sabores, como la sidruca dulce.
El yogur con arándanos es la nueva propuesta para este verano de Cantabria Exquisita. «A la gente le encanta. Está teniendo muchísimo éxito», explica Marián Ruiz, dependienta de este establecimiento de Santander que tiene a disposición de los clientes más de veinte sabores que van variando: «La gente va cambiando de gustos, así que nosotros proponemos distintos sabores en función de la demanda».
Por su parte, la heladería italiana Vacanze Romane, también en la capital, es una de las que más innova, tanto en sabores como en formatos. Aquí los dependientes dan forma con mimo a los helados, que pueden ir aderezados con siropes, galletas, virutas... «Son helados de muchos colores que combinan varios sabores. A los niños les encantan, pero no solo a ellos, también a los adultos», explica Kantia Herrero. En cuanto a los sabores, esta heladería saca cada mes un nuevo gusto: en este momento la novedad es el lotus. Pero las modernas variedades para elegir son muchas: nectarina, yogur con maracuyá e, incluso, limoncello, licor típico de Italia que no podía falta en la carta.
La heladería La Polar apuesta por sabores tradicionales, si bien también tiene alguna especialidad diferenciadora. Es el caso del higo o del arándano de Cantabria. Dice María Luisa López, responsable de una de las tiendas que esta casa tiene repartidas por la región, que «los clásicos siempre triunfan» y que «los clientes vienen a buscar la calidad del helado artesanal de siempre». Entre ellos, el turrón, el mantecado y el ron con pasas.
Por su parte, Noelia Ortiz, de La Suiza, apunta que en su establecimiento ofrecen «clase y sofisticación». «Presentamos los helados al detalle para que todo quede perfecto: decoraciones con flores, combinamos sabores y texturas... A la gente le gusta variar y combinar sabores, arriesgarse un poco a ver qué tal saben las cosas nuevas», expone. La trabajadora propone algunas de las especialidades de las que más tira la gente: vainilla con sirope de chocolate y nata, y oreo con philadelphia y arándanos. Aunque «nunca hay que olvidar los clásicos, que siempre triunfan».
Y así, con los clásicos, Regma lleva años siendo una de las heladerías de referencia en Cantabria. «Aquí siempre tienen éxito el chocolate, la tarta de queso y el queso», comenta la encargada Lucrecia Venero. Estos dos últimos sabores han sido las principales novedades incorporadas en los últimos años, ya que, pese a apostar por la tradición, Regma no desecha las nuevas propuestas. Este verano ha introducido el cucurucho sin gluten.
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