Secciones
Servicios
Destacamos
María Luz Morán Calvo Sotelo, la rectora de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), un cargo que siempre ha considerado «un privilegio», ha afrontado una gestión de casi dieciséis meses convulsos sin horadar su entusiasmo. Hasta junio no definirá y concretará el modelo académico ... no presencial que se desarrollará en La Magdalena durante tres semanas, desde el próximo 17 de agosto. La catedrática de Sociología, la primera mujer rectora en los 88 años de historia de esta universidad, asegura que la UIMP «ni se ha parado ni puede detenerse» y defiende la identidad histórica y singular de la sede de Santander.
-¿Cuál es el momento que vive la UIMP a día de hoy? ¿Pueden volver a cambiar las decisiones tomadas en la última semana?
-Nosotros, igual que todas las universidades y que la Administración General del Estado, desde que se proclamó el estado de alarma nos pusimos a teletrabajar. La verdad es que con todas las dificultades y con algunas limitaciones. Pero estamos muy satisfechos, no solo por cumplir con el trabajo cotidiano, sino también por lograr responder a los cambios que nos ha provocado esta situación. Una situación de incertidumbre grande a la que nos hemos adaptado razonablemente bien. Aunque en cualquier momento, y dependiendo de la evolución de la pandemia, tengamos que volver a reconsiderar decisiones que hemos tomado.
-¿Ha llegado a contemplar, dado lo imprevisible de la situación y la incertidumbre, suspender el curso?
-Me gustaría matizar. Nosotros no podemos suspender la actividad de la UIMP porque, por ejemplo, en los postgrados hemos pasado a la enseñanza online y la verdad es que con bastante éxito. Y lo mismo en el vicerrectorado de Español, los cursos que estaban previstos para este verano y para este otoño esperamos que puedan modificarse.
-¿En qué modelo de seminarios y actividad exactamente están pensando para agosto?
-En el caso de los cursos breves, soy consciente que cuando se piensa en la UIMP se piensa en los cursos de verano y en la sede de Santander, pero la UIMP nunca se ha parado. Por lo tanto, nunca pensamos en suspender nada. Algunos cursos breves en las sedes que se estaban impartiendo en primavera se imparten online, y otros se están dejando para septiembre. Solo queda ir adaptándonos en la medida de lo posible.
-La cuestión es: ¿Realmente merece la pena afrontar un periodo académico de apenas tres semanas y en esas condiciones?
-Sí creemos que merece la pena. Se dio prioridad a los cursos en el Palacio de la Magdalena y nos hemos ido adaptando a medida que nos llegaban desde el Ministerio las informaciones. Por eso estamos trabajando en otro escenario. Un escenario en el que aunque reducimos, no queremos perder la larga historia y, evidentemente, la identidad de la UIMP en Santander, en el Palacio de la Magdalena, en Caballerizas. Lo que se nos transmitió desde Universidades, siguiendo las recomendaciones de Sanidad, era que si todo iba bien a partir de la segunda mitad de agosto podríamos organizar una actividad, unos cursos reducidos que retransmitiremos en 'streaming' con seis o siete expertos. El contexto es excepcional, un verano distinto, pero queremos seguir estando presentes en La Magdalena esas tres semanas.
-¿Cree de verdad compatibles esas señas de identidad históricas de la UIMP con una actividad sin alumnos?
-Ya establecimos este año por primera vez un sistema de evaluación externa de todas las propuestas que nos llegaban de los distintos tipos de cursos. El consejo de gobierno, basándose siempre en esa evaluación, decidió justo antes del estado de alarma la propuesta de cursos que se iban a impartir. Lo que hemos hecho ahora es hacer una selección de aquellos cursos que consideramos que pueden reconvertirse con mayor facilidad a seminarios de expertos, ese número reducido de seis o siete, que sean socialmente relevantes para el momento en que estamos viviendo y que se retransmitan en streaming. Para el resto de esos cursos aprobados, estamos barajando una doble posibilidad: por un lado que se impartan online durante todo el verano, haciendo el esfuerzo que han hecho todas las universidades. Aunque se pierda la dimensión muy importante de lo presencial, de contacto social, con los profesores, es una manera de adaptarnos para ser realistas con la situación. Para actuar ante posibles limitaciones de patrocinio de las empresas, de las instituciones, pero también ante las posibles dificultades de los participantes para desplazarse a La Magdalena.
Otra alternativa es un 'Otoño de la UIMP'. Esperemos que ya entonces se pueda garantizar y no haya problemas sanitarios para poder tener aunque sea grupos reducidos presenciales, pero no en La Magdalena. Tenemos la universidad de Las Llamas y otras sedes en España donde haríamos este otoño singular. Pero hasta principio de junio no vamos a poder tener el programa definitivo. El número de actividades lo podremos saber más adelante. Hay que tener en cuenta además las propias dificultades de la universidad y de los propios directores de los cursos. Les estamos pidiendo que cambien los calendarios, el formato. La acogida es muy buena, pero hay muchas empresas, instituciones, muchos profesores que están muy sobrepasados con la situación.
-Para usted el año comenzó ya con la incertidumbre en torno a su cargo. ¿En algún momento pensó en dimitir?
-No, nunca. Han pasado tantas cosas desde principio de año que parecen lejanísimas. Seguí las noticias del relevo por la prensa, pero sinceramente no pensé en dimitir.
-Al concluir el curso pasado avanzó en este periódico algunos planes y proyectos. ¿Considera que aún son viables?
-Todos sabemos lo excepcional de la situación. Lo duro que está siendo y ni imaginamos lo duro que va a ser. Llevamos más de un año renovando y trabajando por poner al día y afrontar los problemas de la UIMP. Pese a todas las limitaciones, estamos satisfechos porque sí hemos avanzado en la reorganización interna. Y en esa evaluación académica externa de la propuesta de los cursos. Se ha ampliado la diversidad e incorporado nuevos grupos de investigación y temas sin perder nunca los cursos tradicionales.
-Si las autoridades sanitarias plantean nuevos escenarios y fases, seguirá retrasando el curso y el modelo, o se planteará suspender?
-Nuestra propia singularidad, es cierto, está en el verano a diferencia de otras universidades. Trabajamos con este escenario y no empezaremos los cursos reducidos hasta que tengamos todos los requisitos sanitarios. Eso esperamos mantenerlo a partir del 17 de agosto, para lo que hemos trabajado con prudencia. Pero al tiempo es cierto que tendremos que trabajar con planes 'b, c o d', porque no podemos contravenir las disposiciones de Sanidad. En este sentido, tenemos la seguridad de que los cursos online se van a impartir. No perderemos el verano, la presencia e identidad de la UIMP.
-Dado que la UIMP necesitaba, como usted misma planteó, una renovación, ¿no sería ahora un buen momento para la reflexión?
-Somos conscientes de que de la necesidad, virtud. Llevamos más de un año trabajando con limitaciones, con presupuestos prorrogados, y ahora con este duro contexto. No sería este un buen momento para pararnos. No nos vamos a parar del todo. Tenemos que seguir y replantearnos algunos cambios que esperamos empezar a trabajar en ellos a partir de septiembre.
-Para el Ministerio de Universidades, ¿la UIMP cuenta de verdad, o es la 'rara avis', a la hora tomar decisiones y planes?
-No tengo para nada esa sensación. He mantenido, desde que entró el nuevo ministro Manuel Castells y su nuevo equipo, una muy buena relación y, hasta el inicio del estado de alarma, reuniones frecuentes. Continuaron online y comuniqué al ministro un primer informe del estado de situación de la UIMP y los planes de actuaciones previstas a lo largo de los meses de este 2020. Con toda sinceridad, me sorprendió la alta valoración de la UIMP que tiene el ministro. Hay unas propuestas de cursos financiados por el propio Ministerio muy relevantes, que esperamos mantener en cualquiera de los tres formatos.
-Cuando se conocieron las limitaciones que trasladaban el curso a agosto, ¿ya se habían suspendido actividades y se anularon patrocinios?
-No, realmente no hay datos ni podemos hacer previsiones. A día de hoy, no soy ingenua, sé que en la situación dramática, excepcional y de catástrofe que estamos viviendo, es muy probable que disminuyan los patrocinios. Es muy probable que las matrículas de los cursos para el verano, que para nosotros son ingresos relevantes, pues también disminuyan. No sólo por las posibles restricciones de la movilidad sino también porque todo indica que la situación va a ser muy grave en nuestro país y en toda Europa. Pero por lo que nos encontramos a día de hoy, no tengo constancia de que se haya retirado ningún patrocinio de los clásicos. Entiendo que suceda porque las prioridades pueden ser otras. Veremos a ver qué pasa con el presupuesto del Estado, así como con otro de nuestros grandes patrocinadores, el Gobierno de Cantabria. Pero todo esto no lo vamos a saber hasta que realmente tengamos ese programa alternativo de verano definido y cerrado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.