La EBAU de los errores se salda con 1.062 revisiones, un 2,4% menos que en 2022

La UC, insistió Pazos, ha asumido «responsabilidades», ha pedido disculpas y ha aplicado «medidas correctoras» que han evitado cualquier «repercusión» de los fallos, como así «se ha demostrado» en las notas finales de la EBAU, que son oficiales desde este lunes, 26 de junio.

En términos brutos, han crecido las revisiones en las tres pruebas sujetas a error, si bien no más de un 3%. Mientras que en 2022 hubo 164 solicitudes en Historia, este año han sido 211; en Lengua han pasado de 154 a 185, y en Latín, de 20 a 29.

Compartiendo aspectos organizativos con la Consejería de Educación y FP, la UC es la encargada de la ejecución material de las pruebas de acceso a la universidad en Cantabria. Entre otras cosas, designa un coordinador por cada una de las materias de las que se examinan los bachilleres y los estudiantes de Ciclo Superior -hay hasta 22 asignaturas-, que además son los encargados de poner el examen.

No obstante, tras los contratiempos de hace unas semanas, la UC se ha comprometido a reorganizar su equipo EBAU a partir de julio, es decir, una vez que concluya la convocatoria extraordinaria que se celebrará del 5 al 7 de ese mes. El coordinador general de las pruebas, Jaime Bonachea, que puso su cargo a disposición hace unas semanas, continuará en el mismo hasta que concluya esa cita extraordinaria.

La decisión de «reestructurar» el equipo EBAU llegó tras los errores detectados en tres pruebas, en las que se propusieron textos de análisis fuera de temario -en Latín y en Lengua- o se distribuyeron erróneamente los bloques de las preguntas, como sucedió en Historia. Los fallos provocaron las críticas del alumnado y de sus familias, que temían que revertieran negativamente en las calificaciones de unos exámenes que pesan un 40% en su camino hacia la universidad -el otro 60% procede del expediente de Bachillerato-.

La UC tomó medidas con el fin de «no perjudicar» a los estudiantes, tal y como insistieron el rector y la vicerrectora de Estudiantes y Empleo, Marta García Lastra. En Historia, se acordó una corrección sobre ocho puntos, y en Latín y en Literatura se decidió in situ alargar 30 minutos el tiempo para realizar ambas pruebas, aunque aquí la Comisión organizadora se topó con un problema añadido: no todas las aulas fueron avisadas de la prolongación del examen de Lengua, y 272 de los 3.004 alumnos que concurrían a la EBAU no disfrutaron de todo ese tiempo extra. La Comisión planteó entonces una nueva medida correctora para compensar la situación.

Con voluntad de «no perjudicar» al alumnado de la EBAU, la Universidad ha ido abordando los problemas surgidos en esta anómala convocatoria, cuyo periodo de reclamaciones se abrió entre el 19 y el 21 de junio, momento en el que se han presentado este millar de revisiones. En total, se han corregido 15.323 exámenes, por lo que las revisiones representan un 6,9%.

Tras lo ocurrido en la EBAU, han surgido algunas voces críticas con la naturaleza deslocalizada de las pruebas.

Cuestionado en el Foro sobre la posibilidad de hacer una EBAU igual para todo el país, Pazos entiende que, dada la asunción de competencias educativas por parte de las autonomías, es «irrealizable». Pero si cambiara el modelo, el rector no tendría «nada que decir» en contra. «¿Dónde hay que firmar?», indicó.