Eduardo Ruiz, de la Escuela Taurina de Santander, sale a hombros en la plaza de Bilbao

Dentro del extraordinario lote que Ricardo Gallardo envió a tierras vizcaínas a Eduardo -madrileño residente en San Sebastián que cada viernes se desplaza hasta Santander para entrenar- le correspondió un novillo noble que salió con brío y obligó al diestro a un tercio de capa más educador que lucido.

Fue con la muleta cuando Ruiz calentó al tendido con un inicio de rodillas en el que, además de valor, demostró trazos de su buen concepto. La faena estuvo marcada por la técnica, algo inusual en un novel, y por la capacidad del diestro de templar las embestidas del buen novillo de Fuente Ymbro. Las tandas fluyeron por ambos pitones con sobriedad, elegancia y una seguridad que, incluso, hizo parecer durante algunos pasajes que el de luces era un matador contrastado.

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Dos circulares invertidos y una estocada dieron paso a una petición abrumadora y a dos orejas que convierten a Eduardo en un claro candidato a pasar a la final del certamen, que tendrá lugar el 25 de agosto. Completaron el cartel Pedro Andrés, de la Escuela Taurina de Salamanca que cortó una oreja, y Javier Zulueta, de la Escuela de Sevilla, que recogió una ovación desde el tercio.