Educación confirma en Cantabria 16 casos de acoso escolar y 14 agresiones a profesionales

El propio Silva ha apuntado que falta mucho trabajo por hacer, sobre todo en los incidentes que trascienden al centro educativo. «Sabemos que hay casos, como el ciberacoso, que no detectamos y lo que tenemos es que, sabiendo eso, intentar mejorar en ese tipo de supuestos para aproximarnos a esa detección real».

El informe contiene más datos con los que realizar una radiografía de cómo se encuentran las aulas cántabras. De las 117 ocasiones que se notificó una posible situación de acoso escolar, 37 de esas veces se produjo en la etapa Primaria –destinada de los 6 a 12 años y en la que se confirmaron 6 casos– y otras 68 en ESO –su alumnado comprende de los 12 a 16 años y cuenta con 8 confirmados–. En los ciclos formativos de Bachillerato y FP las cifras son más residuales, en cuanto a protocolos activados y casos confirmados, pero es en la Formación Profesional donde se dieron los dos casos restantes de acoso escolar. «Sabemos que los casos fundamentalmente son en Secundaria, especialmente en el primer y segundo ciclo. También aparecen bastantes casos en quinto y sexto de Primaria, es decir, en el tercer ciclo, pero fundamentalmente se encuentran en Secundaria. Conocemos también que la mayoría de los expedientes disciplinarios abiertos se dan en chicos, por encima de las chicas. Y en los casos de acoso hay una cierta predominancia hacia las chicas que parece que puede estar vinculado al ciberacoso y a toda esa tendencia a compartir fotografías y a relacionarse a través de la imagen», ha valorado el consejero de Educación.

Uno de los puntos conflictivos en los casos de acoso escolar es el uso de los dispositivos móviles. Algo que se ha querido atajar en este curso escolar con su prohibición. «Lo que tratamos es de luchar contra esa nueva manera de desarrollarse el acoso escolar a través de las redes sociales y que se escapa al ámbito físico y temporal del centro educativo. En general, los datos que tenemos ahora nos refieren buenos datos, es decir, están disminuyendo la conflictividad vinculada al uso de dispositivos móviles y de redes sociales. Pero eso va a ser una constante porque la manera de relacionarse de los jóvenes es esa y por lo tanto va a ser algo permanentemente. Creemos que va a disminuirlo muy sensiblemente en el largo tiempo, pero tendremos que ir viendo año a año».

En cuando a los expedientes disciplinarios, durante el curso pasado se emprendieron 159, un 11,9% más que en el anterior. En Primaria fueron tres; a 29 llegaron en Bachillerato y FP, una cifra que supone un mínimo descenso, y en la ESO se registró la mayor parte, es decir, 127.

Las conductas desencadenantes para la incoación de procedimientos disciplinarios más habituales han sido «la reiteración en un mismo curso escolar de conductas contrarias a la convivencia en el centro», con 22; «agresión física, acoso, amenazas o coacciones contra cualquier miembro de la comunidad educativa», con 60; e «injurias y ofensas a cualquier miembro de la comunidad educativa, con 21.