Educación gastó más de 17 millones el curso pasado en cubrir las bajas de profesores

La inversión en los reemplazos, y más después de dos años de pandemia, ha sido «muy importante» para la Administración, dijo ayer la consejera Marina Lombó. El curso pasado, y sólo en la red pública, su departamento destinó más de 17 millones de euros al pago de las sustituciones en todas las etapas educativas, de Infantil a Formación Profesional, pasando por Primaria, ESO y Bachillerato. Sirva como ejemplo lo ocurrido en enero de 2022, cuando la sexta ola covid estaba en pleno apogeo. Apenas tres semanas después de comenzar el segundo trimestre escolar, Educación ya había sustituido a 808 trabajadores: 213 profesores y 595 maestros de la red pública, que representaban el 10% de la plantilla.

A finales del pasado curso, las medidas y protocolos anticovid se fueron relajando en colegios, escuelas e institutos, al igual que lo hicieron a nivel social. En abril, por ejemplo, decayó la obligatoriedad de proteger con mascarilla dentro del aula. Atrás empezaban a quedar los dos años de tensión organizativa para la comunidad educativa, en los que, entre otras medidas extra, la Consejería aseguró la sustitución diaria de los tutores de Infantil y Primaria. Este curso, Educación opta por fijar reemplazos bisemanales, una medida con la que, no obstante, dobla la frecuencia de sustitución que existía en los cursos previos al covid, cuando solo se hacía una vez cada siete días.

Es decir, hasta el curso 2019-20, los reemplazos eran semanales en todas las etapas. Tras la irrupción del coronavirus, Cantabria se convirtió en «la única» autonomía en realizar sustituciones diarias en Infantil y Primaria para mantener así una de las medidas estrella contra los contagios: los grupos de convivencia estable. Aquella fue una decisión «meditada», valoró ayer Lombó, que perseguía un objetivo doble: asegurar el cumplimiento de los protocolos y garantizar la continuidad académica del alumnado.

Ahora, continúa la consejera, el modo de organizar las sustituciones ya no se adopta tanto «por obligación», como con el covid, sino «por convicción». La posibilidad de reemplazar hasta dos veces por semana a un tutor de baja es una medida pensada para «garantizar la continuidad de los aprendizajes», señala Lombó. «Sabemos que supondrá un nuevo esfuerzo económico importante, pero creemos que la medida se reveló como muy efectiva y merece la pena el esfuerzo en aquellas etapas, Infantil y Primaria, en las que el alumnado pasa casi toda la jornada con un profesor-tutor», añade.

Lombó trasladó ayer la medida a los sindicatos de la Junta de Personal Docente. Les contó que los reemplazos serán los martes y los jueves -este último día, de hecho, coincide con el llamamiento semanal del resto de especialidades y cuerpos-. De esa forma, si, por ejemplo, un tutor de Infantil y Primaria comienza de baja un lunes, el centro podrá pedir su sustitución hasta el mediodía del martes, y el miércoles ya estará en el aula su sustituto, explica la Consejería.

Sindicatos como ANPE o STEC ya se han pronunciado. Partidario de las sustituciones diarias, STEC, en aras de negociar, ha planteado que el reemplazo bisemanal en Infantil y Primaria sea, al menos, «aplicable a todas las especialidades de todos los cuerpos docentes». Por su parte, ANPE también pide «que se hagan llamamientos diarios para todos los cuerpos y especialidades» y que, si no es posible, «se realicen dos llamamientos semanales para todos los cuerpos y especialidades». Por lo tanto, ambos sindicatos rechazan la medida de Educación.