Hay un componente que toda la comunidad educativa alude al abordar uno de los cambios que puede traer la nueva ley de educación, la Lomloe, si el próximo septiembre, una vez recibidas las alegaciones de las comunidades autónomas, se aprueba el Real Decreto de ... Enseñanzas Mínimas de Primaria. Consultados al respecto, portavoces, docentes y padres de alumnos hablan de un despertar a la adolescencia cada vez más «precoz», y de salir adelante, la sexualidad, la igualdad de género o la violencia machista serán materias en las que los alumnos comenzarán a formarse y a debatir en clase desde que cumplan 10 y 11 años, al integrarse en 5º o 6º de Primaria la nueva asignatura obligatoria de Educación en Valores Cívicos y Éticos.
¿Es demasiado pronto para hablar de estas materias? Desde la Consejería de Educación se asume «con absoluta normalidad que se estandaricen contenidos presentes las aulas desde hace tiempo, y que además es positivo que estén», de ahí que la consejera, Marina Lombó, considere «lógico y absolutamente normal que se inculque a los menores el conocimiento y el respeto hacia sí mismos y hacia los demás, y eso incluye la sexualidad, la igualdad entre hombres y mujeres y el respeto a las minorías, entre otros aspectos, que ya están y se imparten en las aulas».
No se esperan por tanto sorpresas en el debate y posterior aprobación del Real Decreto, y aunque la Consejería de Educación hará «todas las alegaciones que estime oportunas», no prevé que haya «grandes desacuerdos», algo que ya se desprende de la voces consultadas por este periódico. Para la portavoz de los directores de Infantil y Primaria, María José Rioseco, tanto la violencia de género como la educación sexual «son temas que ya se trabajan de forma trasversal en casi todas las áreas de Primaria. Lo que nos parece importante es que se contemplen con entidad propia y aparezcan en el currículum», algo que extiende a temas como la educación vial, educación para la salud, interculturalidad o prevención de dependencias. Que se adelante la formación a estos cursos, por tanto, no es inconveniente para la directora: «Nuestros niños y niñas tienen la adolescencia cada vez más precoz y su despertar a la vida ya no estamos hablado que es en los 14 o 15 años, ni mucho menos, sino que se está dando en los propios centros de Primaria. Por eso no nos parece que sea un despropósito plantearlo ahí, porque si trabajamos la coeducación desde las primeras edades, la sexualidad y la igualdad están a la orden del día».
«Es lógico y absolutamente normal que se inculque a los menores el respeto y el conocimiento hacia sí mismos y hacia los demás, y eso incluye sexualidad»
Marina Lombó | Consejera de Educación
En esa misma línea se manifiesta la presidenta de la Federación de Padres y Madres de Alumnos (FAPA): «Nos parece bien que adelanten estas enseñanzas y siempre hemos defendido que se tendrían que tratar de manera trasversal en todo el currículo: tenemos que decir a nuestro alumnado las cosas como son, la violencia de género es una lacra, hay muertes cada dos por tres, no podemos ocultarlo y tenemos que educar para evitar que estas cosas sigan sucediendo». ¿Y en materia de sexualidad? «Está muy bien que hagan un taller concreto y adaptado a cada ciclo, pero entiendo que en 5º y 6º, con la velocidad que llevan nuestros hijos, hay que hablarles de estos temas».
Papel de las familias
La portavoz de los directores de Infantil y Primaria no elude mencionar la complejidad añadida de la medida. Rioseco advierte de que «como en toda propuesta que afecta a la educación en valores, sabemos que habrá polémica», por eso insiste en el importante papel de las familias: «Como escuela no podemos hacer mucho si enfrente no hay una familia que colabore para inculcar estos valores».
«No queremos que la escuela ocupe el lugar de las familias, que son las que deciden qué valores morales o religiosos inculcan a sus hijos»
Mónica Haro | Presidenta de Concapa
Al consultar a Concapa (Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos) el papel de la familia adquiere aún más relevancia. Su presidenta, Mónica Haro, se muestran a favor de adelantar esta enseñanza «antes de lo que se venía haciendo para prepararles, y que cuando accedan a contenidos y redes lo hagan con conocimiento», sin embargo, dice, «no queremos que la escuela ocupe el lugar de las familias, que son los que deciden qué tipo de valores morales y religiosos y filosóficos quieren inculcar a sus hijos. Esta ley pretende conculcar uno de los derechos fundamentales de las familias, que es la formación de los hijos conforme a sus valores y convicciones, pero también es una responsabilidad a la que no queremos renunciar», explica. «Estamos completamente de acuerdo en educar en igualdad para luchar contra la violencia de género, pero en qué edad van a volcar determinados aspectos de la sexualidad y de qué forma y quién lo va a explicar es lo que más inquietud nos genera».
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