Educación mantiene su calendario escolar a pesar del rechazo sindical

«Es la mejor opción posible», defendió este jueves la consejera Marina Lombó al término de la reunión. Las organizaciones sindicales opinan lo contrario. La consideran una regresión en tanto que no respeta el modelo de calendario que se aplica en Cantabria desde el curso 2016-2017: periodos lectivos de entre 33 y 38 días seguidos de una semana de descanso. «Es un calendario tradicional», lamentan desde STEC o UGT. El último tramo del curso, el que sigue a las vacaciones de Semana Santa, lo demostraría: es desequilibrado y más largo de lo normal, insisten los sindicatos.

La propuesta de orden, en cualquier caso, se publicará en el Boletín Oficial de Cantabria para su entrada en vigor. ¿En qué consiste? Pasa por iniciar el curso en septiembre -el día 7 en Infantil, Primaria y Educación Especial; y el 10, en ESO, Bachillerato y FP- y extenderlo durante 175 días. Intercala cuatro periodos de descanso: en la primera semana de noviembre; en Navidad (del 23 de diciembre al 8 de enero); en febrero, coincidiendo con las fiestas de Carnaval, y en Semana Santa (a partir de Jueves Santo y durante la siguiente semana).

Lombó argumenta que el descanso de Semana Santa se adelanta una semana para evitar un parón adicional, y para, de ese modo, «reforzar la actividad educativa del último tramo de un curso académico que, al menos en su primera parte, estará marcado por la actual crisis sanitaria». La consejera, además, no observa mucho cambio en esa recta final: el último periodo tendrá 51 días lectivos, cinco más que en el curso actual, incidió este jueves.

Educación insiste en que el calendario sigue siendo bimestral, «muy similar al de este curso», y modificado mínimamente al final: el último periodo no lectivo se adelantaría unos días para evitar más interrupciones y para no entorpecer las rutinas lectivas del alumnado, sobre todo, el que titula en Bachillerato o FP. «Con ese cambio en una semana evitamos dos parones en un mes, alargamos un poco el último periodo para cuando la crisis sanitaria estará ya totalmente superada y permitimos que los alumnos que titulan tengan un final de curso más adecuado a sus necesidades pedagógicas», valoró la consejera.

La reunión duró apenas hora y media. No hubo consenso. Los sindicatos, que han mostrado su rechazo a la propuesta de la Consejería en los últimos días, mantuvieron ayer la posición. No consideran que sea un calendario ni bimestral ni diseñado con arreglo a criterios pedagógico. Al renunciar a ese modelo, los descansos no dividen el curso con proporcionalidad y se colocan allí donde hay fiestas religiosas. «Creemos que se equivoca la consejera», criticaron desde ANPE.

En STEC aprecian desequilibrio. «Eso nos lleva a situaciones de bimestres que duran más del doble [que el resto], cuando tenía que ser al revés». Cantabria, lamenta Jesús Aguayo, «era, desde el punto de vista pedagógico, un ejemplo para otras comunidades que han intentado aproximar su calendario al nuestro. Pero esto es una contrarreforma educativa». UGT también rechazó de nuevo el calendario porque «es profundamente desequilibrado, con bimestres organizados en función de las festividades, e implica una vuelta al pasado y al calendario tradicional que ya se creía superado y modifica por completo la propuesta acordada de manera unánime el pasado mes de abril por el Consejo Escolar». CC OO incidió en esta cuestión: no entiende «el cambio de postura» de la Consejería. Y esa duda la comparten otros sindicatos. «¿Qué ha pasado de abril a ahora para que la Consejería haya cambiando de parecer?», se pregunta Jesús Aguayo.

Quien sí reveló este jueves su inclinación por el calendario anterior fue la Unión de Estudiantes de Cantabria: «Nosotros no estamos a favor del modelo vigente hasta este curso». Lo prefieren porque lo ven acorde «al calendario laboral de los padres y porque evita los parones antes de finalizar un trimestre». En cualquier caso, reclaman consenso.

El calendario se convierte en cualquier caso en una de las primeras piezas del puzle escolar 2020-2021, un curso que, todo apunto a ello, estará marcado por las medidas de prevención frente al covid-19, pero que presenta aún muchos interrogantes.