Educación pide a las familias una propuesta de calendario escolar para el próximo curso

¿A quién se dirige Silva? A la FAPA (Federación de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria) y a la CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos), que representan las familias de la red pública y concertada, respectivamente. Para las familias, el calendario bimestral que rige en Cantabria desde el curso 2016-17 nunca ha sido del todo acertado. ¿Por qué? Según ha declarado en varias ocasiones José Manuel Torre, presidente de FAPA-Cantabria, el principal obstáculo es que el documento no lo aprueba la comunidad educativa al completo -faltan las familias, entre otros-, como marca ese Acuerdo por la Educación que data de 2017; y que, además, no hay un estudio oficial que acredita su idoneidad pedagógica.

En cualquier caso, el Gobierno de Cantabria ya se ha manifestado a favor de mantener el calendario escolar bimestral, un modelo aplicado bajo el mandato del consejero socialista Ramón Ruiz, que convirtió a la comunidad en pionera a nivel nacional y que fija una semana de descanso cada dos meses lectivos con el objetivo de favorecer así los ritmos y el rendimiento del alumnado. «El calendario escolar ha sido asumido y ya no es un problema, no lo tocaremos», aseguró el pasado julio la presidenta del Ejecutivo, María José Sáenz de Buruaga. «El Consejo Escolar aconseja mantenerlo porque ya se empiezan a apreciar beneficios pedagógicos. Vamos a centrarnos en otras cosas y no reabrir ese melón», añadió en una entrevista concedida a este periódico.

Por tanto, a juzgar por las declaraciones de Silva y Sáenz de Buruaga, la propuesta que hagan la FAPA y la Concapa estará sujeta, a priori, al modelo bimestral.

La Mesa de las Familias de hoy no solo ha servido para abordar el calendario escolar. También se han analizado otros asuntos de interés, como las próximas pruebas de la EBAU, cuya convocatoria ordinaria se celebrará del 5 al 7 de junio -la extraordinaria será un mes después-. El modelo de la EBAU será similar al de ediciones anteriores a pesar de que la Lomloe ya se ha terminado de implantar este curso en las aulas cántabras, y las únicas novedades tendrán que ver con el control al que se someta el contenido de los exámenes para evitar los errores del pasado año. Habrá una revisión extra de las preguntas a manos de un segundo profesor de la Universidad de Cantabria (porque es un docente de la universidad pública, uno por materia, quien se encara de componer las pruebas) o un inspector del Servicio de Inspección de la Consejería de Educación, FP y Universidades.

También se ha debatido sobre la regulación del uso de los teléfonos móviles en los centros educativos, que «tanto preocupa a la comunidad educativa en su conjunto», ha dicho Silva, y el nuevo modelo de Formación Profesional que se está planteando en España. Educación también ha destacado como tema el alta en la Seguridad Social de los estudiantes de FP que realicen prácticas, una medida que «está dificultando» su implantación.

La Consejería, ha insistido Silva, «está haciendo un esfuerzo para dinamizar el papel y las funciones de la Mesa mediante la convocatoria trimestral de reuniones que permitan reforzar el diálogo con los padres y madres de alumnos», así como incentivar su participación en cuestiones de especial interés. Esa era otra de las reivindicaciones de la FAPA: la convocatoria en tiempo y forma de la Mesa de las Familias.

En la reunión han participado los directores generales de Centros e Infraestructuras Educativas, Reyes Mantilla; de Calidad y Equidad Educativa y Ordenación Académica, José Luis Blanco, y de Personal Docente, Alberto Hontañón, así como representantes de la FAPA y de la Concapa.