Educación plantea un calendario escolar de 175 días y vacaciones en Semana Santa

El calendario escolar es la hoja de ruta que marca los tiempos de actividad y descanso curso tras curso. En Cantabria, la Consejería plantea que el periodo lectivo del próximo año comience el 7 de septiembre en las etapas de Infantil y Primaria, además de en Educación Especial, y que lo haga el día 10 en ESO, Bachillerato y Formación Profesional. Asimismo, las clases finalizarían el 22 de junio en los niveles inferiores y en Educación Especial, y el día 25 en las etapas siguientes.

Tanto al principio como al final del próximo curso, la Consejería contempla jornadas de cuatro horas en las etapas educativas iniciales, esto es, Infantil y Primaria. La propuesta de la orden de calendario de Educación lo recoge, aunque con una posibilidad extra e idéntica a la del pasado curso: «Los centros, como administración educativa, deberán garantizar la atención a aquellos alumnos que deseen permanecer en el centro hasta las 14.00 horas y se prestarán, en su caso, los servicios de comedor escolar y transporte con normalidad».

Los periodos no lectivos que propone la Consejería se sitúan en la primera semana de noviembre, en Navidades (entre el 23 de diciembre y el 8 de enero), tres días de febrero coincidentes con las fiestas de Carnaval, y Semana Santa, ya en el mes de abril, un periodo no quedaba recogido en uno de los primeros documentos de negociación del calendario escolar.

La distribución de los tramos de descanso persigue objetivos de refuerzo, señalan fuentes de la Consejería, sobre todo, al final del año escolar, cuando Educación se fija la meta de «reforzar la actividad educativa del último tramo del curso académico, en el que la previsión es que la pandemia ya pueda estar totalmente controlada, sin realizar un parón adicional al que ya impone la Semana Santa», indicaron ayer.

¿Ningún parón extra? La Consejería de Educación y FP defiende que su propuesta ayuda a dar continuidad a las rutinas lectivas, sobre todo, entre quienes van a titular. Por eso sitúa el último tramo de descanso a comienzos de abril. «Para hacer bimestres más equilibrados, el último periodo no lectivo tendría que haberse situado en torno a la última semana de abril o la primera de mayo. Y eso hubiese supuesto sumar al parón de Semana Santa una semana adicional no lectiva dos o tres semanas después», indican desde Educación. Esto influiría, entiende la Consejería, en las evaluaciones finales del alumnado de 2º de Bachillerato, el de segundos cursos de FP y el de Enseñanzas de Régimen Especial, que se celebran a finales de mayo o inicios de junio.

La Consejería también argumenta que esta distribución ayuda, en cierto modo, a la conciliación: «Se entiende que a las dificultades que están teniendo las familias para conciliar no podían sumarse más dificultades, por lo que se opta por juntar la Semana Santa con el último periodo no lectivo y continuar ya hasta el final del curso sin interrupciones».