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MARIANA CORES
SANTANDER.
Sábado, 10 de noviembre 2018, 08:20
Estudió moda, pero con el tiempo se dio cuenta de que su pasión era otra y que le hubiera encantado la carrera de Bellas Artes. Pero, como cuenta Brianda Fitz-James Stuart Fernández de Castro (Madrid, 1984), «a los 18 años no se tiene idea ... de nada». Creció rodeada de obras maestras. En las paredes de las residencias de su abuela, la Duquesa de Alba, colgaban cuadros de los mejores artistas del mundo. Sin embargo, su amor por el arte se lo «inculcaron» sus padres (Jacobo Fitz-James Stuart y María Eugenia Fernández de Castro). «Yo no era consciente de lo que me rodeaba de pequeña, pero sí me marcó el hecho de que me llevaran a museos, me explicaran las obras o que pintáramos en casa». Espontánea, divertida, a la vez que arriesgada, lo que sí que ha tenido siempre claro es que «lo importante es tener una ocupación creativa, que me permita trabajar con las manos». Ha publicado su primer libro, 'Bri anda dibujando', una retrospectiva de su trabajo desde que volvió de Nueva York, hace doce años. Pero son múltiples los proyectos que tiene entre manos. Su ilusión es poder crear una colección y exponerla. Hasta que llegue la calma y el tiempo para ese sueño, seguirá dando vueltas al mundo y cambiando de peinado cada dos años. Cantabria es su refugio.
-Ser independiente y poderte valer es algo necesario para todo el mundo, se venga de donde se venga. He trabajado toda mi vida de adulta. Es la educación que me han dado. No había otra opción.
-Cuando regresé de Nueva York, con 22 años, empecé a trabajar en La Casita de Wendy. Allí descubrí la impresión y los estampados. Me encantó. Paralelamente, creé mi empresa de moda, pero a mí lo que de verdad me gustaba era pintar. Así que decidí centrarme en la creación de estampados y la ilustración. Poco a poco han ido surgiendo proyectos tan bonitos como estos. Realizar libros como ilustradora ha sido mi sueño.
-Desde niña estaba fascinada con el libro y sus grabados. ¡Ha sido una suerte poder hacer un homenaje a esta historia, diseñando un reloj para una marca que admiro tanto! Me pidieron la reedición de un 'Pop watch' de los 80. Eran los relojes de mi infancia. Este libro lo abría de pequeña como si fuera un tesoro, así que fue una de mis propuestas para el diseño. Les gustó y así se creó. Melusina realmente es medio serpiente y yo la transformé en medio sirena, para no asustar al personal...
-Me encantaría hacer telas para Gastón y Daniela, estampados para Gucci, 'merchandising' para el Museo del Prado o el Thyssen...
-Estoy preparando una mini colección de productos para una tienda de Japón en la que expuse a principios de año. Se llama Ellipse Tokyo. También estoy haciendo una colección de alfombras, preparando mi tercer libro, entre otros proyectos. Me han propuesto alguna exposición, pero me gustaría hacer algo especial. Tengo tantos frentes abiertos que quiero tener tiempo para centrarme en ello. Sé que en algún momento lo haré.
-La música ocupa mucho en mi vida, desde que me levanto, mientras pinto, prácticamente hasta que me acuesto escucho música. Además, llevo seis años pinchando en fiestas y eventos. Así que sí, ocupa bastante (risas).
-El amor por los animales y el arte. Desde pequeña me han llevado a museos y me gustaba que me explicaran las obras. También influyó mucho el tiempo que pasábamos pintando en casa.
-Estoy muy unida a Cantabria a través de mi familia materna. He pasado todos los veranos de mi vida en Comillas, además de las Navidades, los puentes... Lo relaciono con momentos bonitos y siempre que puedo, me escapo al norte. Es donde me siento a gusto y siento hogar.
-¡Mucho! Una de mis principales fuentes de inspiración es la naturaleza, y en Cantabria es espectacular. Me encanta llegar a casa y abrir la ventana y respirar. Es tan distinto... Veo verde y me pongo de buen humor. No podría decirte algo en concreto, pero cuando alguien es diseñador o creativo, está atento a todo. Y el paisaje es esencial. Hago fotos a todo, que después recupero. -Hay tantos sitios... Ruilobuca -que es donde tenemos la casa-, la playa de Oyambre, Potes, Picos de Europa, Monte Corona y, por supuesto, Comillas.
-Hay tantos sitios... Ruilobuca -que es donde tenemos la casa-, la playa de Oyambre, Potes, Picos de Europa, Monte Corona y, por supuesto, Comillas.
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