Los ejes del Pas y del Saja, las áreas con mayor riesgo ante las riadas

Las inundaciones son el fenómeno natural que más estragos, tanto materiales como en vidas humanas, provoca en el país. Ante la imposibilidad de evitar que se produzcan estos fenómenos, las Administraciones deben aplicarse a la tarea de mitigar sus efectos dañinos.

El plan de emergencias para inundaciones de Cantabria, el Inuncant, establece sus zonas de riesgo alto, significativo y bajo atendiendo no sólo al criterio de la periodicidad de las inundaciones, sino también de los daños graves a núcleos de población, viviendas aisladas, instalaciones comerciales e industriales y servicios básicos.

Haciendo un barrido por cuencas, partiendo de la zona oriental, el Sámano se muestra reiterativo en sus afecciones a zonas de Sámano y Castro Urdiales, tanto a numerosas viviendas como a instalaciones industriales del polígono de la Tejera y, en Santibáñez, a algunas naves del polígono Vallegón.

En la cuenca del Agüera, la mayor parte del riesgo alto, excluyendo algunas viviendas unifamiliares dispersas y próximas a los ríos, se concentran en los núcleos del Puente de Guriezo, Trebuesto y Lendagua.

En la cuenca de Liendo, puntos cercanos al arroyo de Hazas y las zonas de Mollaneda e Isequilla son las más frecuentemente castigadas por el efecto de las inundaciones, junto a varias infraestructuras viarias.

En la del Asón-Gándara, su cuenca baja concentra una mayor densidad de elementos en zonas de riesgo alto, principalmente en el núcleo de Ampuero, el barrio de Povedal y el polígono de Marrón.

Las zonas con riesgo alto no resultan muy numerosas en la cuenca del Campiazo, y las viviendas unifamiliares dispersas son los elementos más significativos.

Los puntos en zona de riesgo alto de la cuenca del Miera son, en cambio, muy numerosos. Entre ellos viviendas unifamiliares en La Vega, Rubalcaba y La Vega, Liérganes, La Cavada; Revilla y barrio de Arriba, en Riotuerto y Villaverde de Pontones, entre otros. Asimismo, dentro del amplio territorio que abarcan los ríos Pas y Pisueña, los casos de riesgo alto abundan especialmente en su parte final, con más densidad de población. En el cauce del Pas, una serie de viviendas de Penilla y otra cercana al puente de Puente Viesgo se consideran de riesgo alto excepcional. En el del Pisueña, una nave industrial y dos puentes ubicados en Selaya. Ya en Piélagos, unidos ambos ríos, Vioño constituye la zona de riesgo alto más extensa de toda la cuenca, y las más importante por su densidad de población y las infraestructuras allí localizadas.

La Cuenca del Saja-Besaya es una de las que mayor riesgo presenta debido a la elevada vulnerabilidad poblacional y de equipamientos e infraestructuras allí radicadas, aunque en Torrelavega y Los Corrales de Buelna, los municipios más importantes, el riesgo es de tipo bajo, mayoritariamente. Los puntos críticos se multiplican y reparten por Bárcena, Molledo, Helguera, La Serna o Las Fraguas, en el caso del Besaya, y por Saja, Fresneda, Ruente o Barcenaciones, entre muchos otros, en el caso del Saja.

Las localidades de Hualle, Treceño, Bustriguado, La Ganceda y La Cocina acaparan los lugares de riesgo alto de la cuenca del Escudo.

En la del Nansa, los núcleos con más elementos de riesgo alto son Carmona, Puentenansa y Quintanilla, viéndose afectada buena parte de sus construcciones y viviendas.

La mayor parte de los riesgos de la cuenca del Deva son de tipo alto. Camaleño, Frama, La Vega, Vada, Potes, Ojedo, Tama y La Hermida forman parte del catálogo de puntos críticos.

El Inuncant determina que el riesgo alto es escaso dentro de la cuenca del Híjar, aunque sí destaca que afecta a importantes infraestructuras industriales y hosteleras en núcleos urbanos: buena parte del tejido industrial de Reinosa y de las viviendas anexas a él, así como la mayor parte de las naves industriales del polígono industrial de Matamorosa se enclavan en estas zonas delicadas. También comparten riesgo alto algunos puntos de Riaño de Campoo, Naveda, Paracuelles y Villacantid.