Las electrointensivas advierten de que el precio de la luz hace peligrar la descarbonización

El presidente de AEGE, José Antonio Jainaga, presidente a su vez de Sidenor, que mantiene un tren de laminado de acero en Reinosa, fue el encargado de situar la fotografía que viven en la actualidad los principales consumidores de electricidad, un grupo en el que entran gigantes cántabros como Ferroatlántica, Global Steel Wire, Reinosa Forgings & Castings o Bondalti.

Como introducción, el empresario recordó el «firme compromiso con la descarbonización» del colectivo. «No somos actores pasivos», sostuvo, a la vez que anotó que el Gobierno «debe apoyar la producción industrial del país» teniendo en cuenta que este conglomerado de empresas «juega un papel fundamental».

Sobre las desventajas energéticas, Jainaga volvió a incidir en que «Francia y Alemania tienen de salida una ventaja de 20 euros el megavatio/ hora. Se ha convertido en estructural por el diseño de los costes regulados».

Este 'agujero' estaba cifrado inicialmente en 1.000 millones de euros para este ejercicio, aunque finalmente se ha reducido levemente después de que Moncloa aprobara un pago adicional de 100 millones por compensaciones indirectas de CO2, elevando estos apoyos a 179 millones sobre los 220 permitidos. Así las cosas, «la brecha este año será de más de 700 millones, una cantidad que no podemos dedicar a descarbonizar o inversiones», lamentó.

Sobre el Estatuto Electrointensivo, el presidente de AEGE reiteró que «las medidas se han demostrado claramente insuficientes. Bruselas no es una excusa» toda vez que no pone problemas a que España aplique las mismas políticas que los territorios con costes inferiores.

«La industria básica está lastrada por su competitividad. A final de 2021 se pagará el megavatio/hora en torno a los 80 euros por la evolución del gas y la especulación del C02»», avanzó, para remachar que «estamos en un escenario inédito e ilógico con los precios más caros del mercado», dijo.

Además, una paradoja. «Avanzamos en renovables con un 80% de producción libre de CO2. Sin embargo, el consumidor eléctrico siempre pierde», reprobó.

Ante esta situación, desde AEGE animan a «incentivar los contratos bilaterales con precios competitivos. La transición ecológica no tendrá éxito si no se tiene en cuenta el precio eléctrico».

Todo ello mientras el C02 vive un momento de máximos históricos en julio. El fenómeno, que impacta directamente en el precio de la luz y en los costes de las electrointensivas, no es en absoluto menor. En lo que va de julio, el precio medio en el mercado del carbono se ha situado en 56,61 euros y el pasado lunes se alcanzó el pico histórico con 57,77 euros. Como referencia, los 56,61 euros de este julio contrastan con los 27,4 euros del de 2020. Un salto enorme que los expertos temen puedan continuar su tendencia.