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Muy emocionado, vestido con traje y corbata y una flor amarilla en la solapa. Carlos Negrín, el novio de Celia Barquín, tomó la palabra en el homenaje que la Universidad Estatal de Iowa le dedicó a la deportista cántabra ayer por la tarde - ... madrugada en España-. Velas, las canciones que le gustaban a Celia y una gran foto de ella jugando.
Tras las palabras de su compañeras y amigas y de su entrenadora Christie Martens, Carlos Negrin tomó el micrófono, unos monentos entre lágrimas otros sonriendo, para recordar la vida de Celia en la universidad, cómo se conocieron o los planes de futuro que tenían juntos. «Hablábamos de cómo sería nuestra boda, nuestra casa, el nombre de nuestros hijos. De nuestro futuro». Aunque se conocían desde hacía años, los jóvenes solo llevaban saliendo siete meses, pero Carlos Negrín ha sido uno de los sustentos de la familia en Estados Unidos, con todos los trámites para la vuelta de Celia.
Carlos Negrín se presentó como su novio, y como su amigo, y luego agradeció a los asistentes su presencia y a la entrenadora de Celia, Christie Martens, por abrirle las puertas del equipo: «No sabes cuántas puertas abriste a esta joven dama». También tuvo palabras para sus compañeras de equipo y cómo acogieron a la atleta cántabra y se convirtieron en «un pack indestructible», algo muy importante cuando eres extranjero. «Chicas, sois admirables, un ejemplo a seguir. Es increíble lo feliz que era. Gracias», les dijo.
Carlos Negrin estudia Ingeniería Aeronáutica y como Celia es un estudiante español en Estados Unidos. Esa circunstancia facilitó su primer encuentro. «Quiero contaros cómo nos conocimos, es una historia bonita», le dijo a un auditorio que, a pesar de los momentos de emoción, también tuvo instantes para las sonrisas. A todo sus compañeros les contó que en medio de una fiesta recibió la llamada de una chica que le preguntaba si era español. Se presentaron, tenían una amiga en común. «Desde que la conocí me sorprendió que me gustaran tantas cosas de ella. Desde ese momento y durante meses yo la ayudaba en todo lo que podía y, cuando ella se extrañaba, yo le decía que era porque éramos amigos».
Esa amistad dió un paso más una tarde, camino de un bar para tomar algo con los amigos.«Paré y le dije que ella sabía que me gustaba, y yo a ella, los dos lo sabíamos. Y ella me dijo que sí. Fue un momento muy, muy bonito, y en ese rato nos dijimos muchas cosas que no habían sido dichas».
Arropado por la multitud de personas que acudieron a recordar a la joven promesa del golf, Negrín aseguró que, «si Celia pudiera vivir de nuevo» la experiencia de jugar al golf y estudiar en Estados Unidos, «lo haría un millón de veces».
«Estos cuatro años han sido sorprendentes para ella», afirmó el chico, quien acudió a la vigilia con esa flor amarilla porque era el color favorito de la golfista de Puente San Miguel.
Durante la celebración, a los pies del campanario del campus de Ames, varios compañeros, amigos y profesores tuvieron palabras de recuerdo para la joven, para después, al caer la noche, elevar velas en su memoria, muchos de ellos entre lágrimas. Los asistentes a la vigilia pudieron dejar tarjetas de condolencias para la familia de Barquín Arozamena, y otros tantos también dejaron flores frente a una imagen de la joven practicando el deporte que era su pasión. Este homenaje será el primero de los actos oficiales que tiene previsto organizar el centro educativo en honor a Barquín.
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