«Empezar el 4 es precipitado. Estamos a la espera de recibir más concreciones»

«Estamos preocupados, empezar a trabajar el día 4 de mayo es precipitado». Inma Mata, presidenta de la Asociación de peluqueros de Cantabria, considera «positivo poder arrancar ya», pero reconoce que en el sector hay «mucha incertidumbre» con el plan de desescalada y el anuncio de la reapertura porque no han recibido más especificaciones sobre cómo lo van a hacer. Y es que, más allá de la fecha, aún no les han aclarado otras cuestiones importantes como las medidas de prevención o los aforos para garantizar la seguridad de trabajadores y clientes. «No tenemos ni idea», señala. Esa falta de protección y de un protocolo sanitario específico para el tipo de negocio, eleva «los nervios» de los profesionales sobre en qué condiciones van a poder trabajar. También en cuánto a si, a pesar del estado de alarma, los clientes tendrán libertad y facilidad para poder acercarse a las peluquerías. «Estamos a la espera de más concreciones porque puede ser con cita previa», cuenta Mata. Y, en tal caso, se organizarán con una lista de espera. Pero insiste en que todavía no tiene claro cómo va a ser esa nueva manera de trabajar. «Hoy nos han dicho que es para ir teniendo una primera toma de contacto con la clientela», añade la presidenta.

Lo que sí saben es que, aunque el establecimiento se ponga en marcha, no toda la plantilla volverá a su puesto. «Voy a trabajar solo yo, y ¿qué ocurre con el personal que tenemos?», se pregunta Mata. Porque si retoman la actividad, ya no se aplica el ERTE, «desaparece», dice. Mantener a todo el personal, la mitad sin trabajar, y con una facturación por debajo de la habitual es inasumible. «No sé si, por ejemplo en mi negocio, podré sostener a toda la plantilla», reconoce la presidenta. Por poner un ejemplo, si ahora cuenta con diez asientos para atender a clientes, podría utilizar cinco. ¿El problema? «No puedo tener a tanta gente en el local». La sensación del sector es de que «como ocurrió al principio, nos vuelven locos», resume.

Inma es peluquera. Tiene su negocio en Torrelavega y en él trabajan, en total, seis personas. Mantiene los cierres echados de su local desde hace semanas y se muestra preocupada por las condiciones de la «nueva normalidad». «Está claro que todos queremos volver a abrir nuestros negocios, pero el problema es cómo, no cuándo. No se entiende muy bien que hace cuatro días no se podía salir de casa y ahora, nos mandan a todos a trabajar. Las peluquerías, desde el lunes, con cita previa, perfecto, pero habrá que ver si todos disponemos de los equipos de protección necesarios». Asegura que «el problema no es abrir, sino en qué condiciones lo hacemos». «En nuestro caso hemos hecho un pedido de equipos de protección y tenemos establecidas medidas de seguridad para nuestro local, pero cada salón de belleza es distinto. Ahora habrá que ver si llegan a tiempo los guantes y las mascarillas, así como geles y desinfectantes, y las batas desechables para los clientes, y toallas. Todo aquello que para nuestro trabajo es necesario y que ahora debemos reforzar con mayores controles de seguridad y limpieza», dice. Detrás de tanta incertidumbre sólo tiene una certeza: cuando pueda volver al trabajo no lo hará de la misma manera. «Esto va a marcar un antes y un después en nuestras vidas y en nuestros negocios», señala. Inma explica que ya han comenzado a aprovisionarse de materiales desechables. «Vamos a implementar batas y toallas de usar y tirar, y la mascarilla, los guantes y las desinfecciones de manos estarán a la orden del día en las peluquerías y los salones de belleza».

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