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La empresa que perdió el contrato de la protonterapia de Valdecilla (IBA), finalmente adjudicado a Varian, ha recurrido por vía judicial el concurso, reclamando como medidas cautelares la paralización del proceso. Todo ello mientras su principal competidora, la filial de Siemens Helthineers, hace más de ... tres meses que empezó la fabricación de la máquina que instalará en Cantabria. Un equipamiento que, dado su altísimo coste –en este caso concreto supone 27,1 millones–, sólo se realiza bajo pedido (no hay unidades en stock).
IBA, la firma europea especializada en radioterapia y pionera en el tratamiento con protones, que primero presentó alegaciones ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, en su intento por cambiar el resultado de la adjudicación, que de nada le sirvieron, ha recurrido también al Tribunal Superior de Justicia de Cantabria. Y según ha podido saber este periódico, con los mismos argumentos que planteó en agosto, en la fase posterior a confirmarse que Varian sería la encargada de instalar en Valdecilla esta terapia que aún no está disponible en ningún hospital público de España. De hecho, el Gobierno cántabro sigue contando con ser la primera comunidad autónoma que la podrá ofrecer en su propio sistema sanitario. Hasta ahora sólo hay dos centros privados que ya tratan pacientes con protones: Quirón y Clínica Universitaria de Navarra, ambas localizadas en Madrid.
Los responsables de IBA no están de acuerdo con varias cláusulas técnicas del pliego y, aunque no parece que tenga visos de prosperar su recurso, el mero hecho de objetar por vía judicial puede suponer otro retraso en un procedimiento salpicado de contratiempos desde el minuto uno.
Más allá del resultado de esta última maniobra, no hay que perder de vista que IBA es, precisamente, la adjudicataria del contrato licitado desde el Ministerio de Sanidad para instalar las diez máquinas de protonterapia donadas por la Fundación Amancio Ortega en siete comunidades (Cantabria se quedó fuera de aquel reparto). «Me importa cómo esto va a permitir una mayor capacidad diagnóstica y una mejor precisión especialmente para tumores infantiles porque la terapia no daña los tejidos circundantes. Y a mí lo que me importa es la incorporación de estas máquinas, no si un territorio llega antes o después, decía en una entrevista reciente en El Diario Montañés la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que evitaba entrar en la guerra de fechas.
Aunque inicialmente el Servicio Cántabro de Salud (SCS) había anunciado que los primeros pacientes accederían a este innovador tratamiento a principios de 2024, los sucesivos reveses que ha sufrido el proyecto han retrasado un año su puesta en marcha en Valdecilla. Desde el Gobierno de Cantabria –tanto Revilla como Zuloaga– insisten de forma machacona en que el hospital de Santander será el primer centro público en tenerla en funcionamiento, pero ya hay una comunidad autónoma que va por delante en el proceso administrativo. La Xunta de Galicia, que recibirá una de las máquinas donadas por el dueño de Inditex, comunicó el 29 de diciembre la autorización del contrato para la obra del Centro Gallego de Protonterapia, que se ubicará en el hospital de Coruña. Un contrato por 22 millones y un plazo de ejecución de 28 meses. También hay importantes avances en el País Vasco, donde llegará otra de las unidades financiadas por la Fundación Amancio Ortega. Allí, el servicio autonómico de salud (Osakidetza) apunta que las obras no arrancarán hasta principios del año que viene, pero señala que los trabajos se desarrollarán de manera más rápida, por lo que la instalación estará lista en el primer semestre de 2025, un calendario paralelo al de Cantabria.
Con la máquina de Valdecilla en proceso de fabricación y el proyecto de dirección de obra en marcha –se encarga Idom, la misma empresa de Consultoría, Ingeniería y Arquitectura que participó también en el diseño y construcción de los dos centros de protonterapia privados de Madrid–, ya sólo resta conocer qué constructora asumirá los trabajos, que incluyen la excavación del gran búnker que alojará la unidad de protones. Aunque aún no se ha licitado esa tercera pata del proyecto. La ingeniería, según el pliego de condiciones, tiene seis meses para tener listo el proyecto, lo que implica que será a partir de mayo cuando previsiblemente se licite la obra.
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