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Daniel Martínez
Santander
Domingo, 28 de agosto 2022, 07:46
La Confederación Hidrográfica ha comenzado la tramitación de un expediente para analizar la viabilidad de crear un parque flotante de placas fotovoltaicas en el pantano del Ebro tras recibir la solicitud de una compañía interesada en instalar en el embalse de Campoo esta tecnología para ... la obtención de energía renovable. El organismo que administra las aguas de este río y las infraestructuras que regulan el cauce se encuentra estudiando el proyecto, pero no podrá resolverlo hasta que el Ministerio para la Transición Ecológica desarrolle el Real Decreto que regulará este nuevo sistema de generación, que todavía no se ha implantado en España y que es muy incipiente en el resto del mundo.
Como adelantó este periódico, fue la pasada primavera cuando el Gobierno central anunció que tenía sobre la mesa un borrador del texto para fomentar esta práctica. También dio a conocer un estudio preliminar en el que señalaba un centenar de embalses susceptibles de acoger parques fotovoltaicos y que incluía el pantano del Ebro. No solo aparecía el embalse cántabro, sino que lo destacaba como uno de los que tiene mayores posibilidades de toda la península, con hasta 215 hectáreas de uso potencial. Solo el embalse de La Serena, en Badajoz, tendría más superficie disponible para este fin.
La Confederación confirma que ha recibido la solicitud, pero hasta que no se apruebe –si finalmente supera todas las exigencias– no dará a conocer el nombre de la empresa promotora ni las dimensiones del proyecto.
No se sabe en qué parte del pantano está interesada y si quiere ocupar ese máximo de 215 hectáreas disponibles, que suponen el 5% de las 4.299 hectáreas totales que baña el pantano del Ebro. Esa es la cantidad máxima, pero aprovecharla por completo o no dependerá de las empresas que pujen por los derechos de explotación.
En caso de que el plan gubernamental salga adelante podrían instalarse finalmente en Campoo más de una empresa, ya que en el borrador de decreto se establece que en cada masa de agua en la que se autorice la fotovoltaica flotante puede haber hasta tres plantas de generación distintas. El reparto de los derechos de explotación se hará por concurrencia competitiva y Confederación detalla que por ahora en Cantabria –el del Ebro es el único embalse con suficientes dimensiones en la región para albergar estas plataformas– existe esta única solicitud.
energía renovable
A nivel nacional solo una empresa llamada Totobiegosod se ha interesado por desarrollar esta tecnología. De hecho, la compañía de capital sevillano ya ha creado un prototipo propio y ha registrado hasta 50 solicitudes de explotación –18 en Andalucía y el resto por toda la península Ibérica– en diferentes comunidades autónomas. De esos 50 proyectos, los cinco primeros que quiere impulsar sumarán una inversión de 300 millones de euros.
En cualquier caso, parece que el proceso hasta la concesión será lento. El proyecto tendrá que ser sometido a una evaluación de impacto ambiental –similar a la de los parques eólicos– y la eléctrica deberá presentar un plan específico de explotación, mantenimiento, limpieza de las instalaciones y una propuesta de seguimiento de calidad de las aguas, así como un proyecto de desmontaje de la planta. La concesión tendrá un carácter temporal por un máximo de 25 años.
Una energía por desarrollar
Las instalaciones fotovoltaicas flotantes «abren nuevas oportunidades para aumentar la capacidad de generación renovable» y también suponen mejoras sobre las huertas solares terrestres. La más evidente, según Transición Ecológica, es el mayor rendimiento energético –con las mismas placas se podría generar más cantidad de electricidad para su consumo que en tierra firme– gracias a los efectos de enfriamiento del agua y al aumento de la luminosidad por la disminución de la presencia de polvo.
en pantanos de toda españa
Sin profundizar y con trazo grueso, el borrador de Real Decreto también apunta que esta tecnología tendría beneficios para la vida de los embalses, sobre todo para hacer frente a los periodos de baja disponibilidad de agua como consecuencia de la sequía. ¿Cómo? Con la reducción de la evaporización, ya que los paneles solares proporcionan sombra y limitan el efecto de la radiación solar. Además, la colocación de las placas es sencilla –estarían sobre un soporte en contacto indirecto con el agua– en relación a la terrestre. Y por último, la sombra proporcionada por estos parques flotantes «también ayuda a reducir la presencia de floraciones de algas en cuerpos de agua dulce», un problema cada vez más generalizado.
Cuando el Ministerio dio a conocer su plan para instalar paneles solares en embalses como el del Ebro la iniciativa levantó recelos en Cantabria. Ecologistas y vecinos se mostraron escépticos y reclamaron que, si sale adelante cualquier proyecto, no afecte a los espacios de mayor valor y de uso recreativo. Desde el Gobierno autonómico no se opusieron, pero el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, avanzó que había nulas opciones de que una empresa pusiera los ojos en la región por sus pocas horas de luz respecto a otros territorios. Un presagio que no se ha cumplido.
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