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«Fui humillado y amenazado de diversas formas: me encerraron en un leñero, me obligaron a meter la cabeza en un bidón de agua, me ... dijeron que me iban a enterrar, me echaron gasolina en la ropa y acercaron un mechero, me amenazaron con cortarme los dedos con un alicate... Fue horrible». Este es parte del sobrecogedor testimonio que ha realizado esta mañana la víctima de un supuesto secuestro por una deuda de 600 euros por la compra de droga, durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
Después de que se frustrara el intento de acuerdo de las defensas con el resto de las partes, la magistrada Paz Aldecoa llamó a declarar a los dos acusados, de nacionalidad marroquí, pero decidieron acogerse a su derecho a no declarar. Tras ser reubicados en otra zona de la sala protegidos por un biombo, compareció la víctima, visiblemente nervioso por encontrarse con los supuestos secuestradores. «No puedo pisar Cantabria».
Los hechos se remontan a julio de 2020. Según relató la víctima, había comprado hachis y cocaína a uno de los dos acusados «en siete u ocho ocasiones» por lo que le debía 600 euros. Entonces el vendedor le citó en un aparcamiento de Nueva Montaña, Santander, donde se presentó con «otras cuatro personas en un coche». El acusado le reclamó el pago de 1.000 euros y cuando la víctima le dijo que no lo tenía, el vendedor y sus acompañantes introdujeron al hombre en el vehículo y lo llevaron hasta un inmueble abandonado situado en Adarzo. «Me dio una bofetada y le dije que le pagaría el doble de lo que le debía en nueve días. Entonces me dio otros manotazos y le insistí que quería arreglarlo, pero él no quería».
Una vez en el inmueble, que denomina 'La Granja', la víctima contó que el acusado y sus acompañantes «me sentaron en un taburete, me ataron las manos y me quitaron los zapatos, las llaves y el teléfono móvil... Me entró el pánico». Después dice que un joven le amenazó con «cortarme los dedos con un alicate» y «con un machete». «También me azuzaron con un perro». Posteriormente, cuenta que le exigieron que les dijera dónde vivía y le dejaron que realizara tres llamadas para conseguir el dinero reclamado, lo que hizo, pero sin lograr reunir la cantidad solicitada. «Llamé a mi hermana y a mi madre, pidiendo que me mandaran el dinero, tenía que conseguirlo inmediatamente».
La víctima asegura que después le llevaron a otro lugar. «Me empujaron, caí por unas escaleras y perdí el conocimiento». En esa zona se encontraba el segundo de los acusados que, junto al primero, introdujo al hombre en un habitáculo pequeño, una leñera, de un metro de alto por un metro de profundidad, donde fue encerrado. «Tenía claustrofobia, fue un sentimiento horrible». Mientras se encontraba en ese lugar «fui humillado y amenazado de diversas formas: me arrojaron agua encima, me midieron para cavar mi tumba, me echaron gasolina en la ropa y me acercaron un mechero…, todo ello para conseguir que les diera la dirección de mi domicilio y el PIN de mi teléfono».
Entonces, el segundo de los acusados se desplazó al lugar donde el hombre vivía y allí se apropió, según la víctima, de un anillo de oro con diamantes valorado en 700 euros, una cadena de oro y colgante valorado en 500 euros y otros efectos, todo ello tras revolver toda la casa y causar numerosos daños. Los efectos sustraídos y dañados han sido tasados en 6.681 euros. La vivienda pertenecía a quien era entonces pareja del secuestrado, que en ese momento se encontraba de vacaciones, y ya ha sido indemnizada por la aseguradora.
Tras regresar del domicilio, los dos acusados informaron al hombre de que habían entrado en la casa y le exigieron, para dejarle en libertad, efectivo de su cuenta bancaria, cuya libreta habían conseguido. «Vas a estar aquí hasta que tengamos el dinero», declaró.
Le dejaron encerrado en la leñera y, al carecer esta de vigilancia, de madrugada pudo forzar la puerta y escapar descalzo, en busca de auxilio, hasta la Jefatura Superior de Policía, donde presentó la denuncia.
En el inmueble donde tuvieron lugar los hechos, el primero de los acusados cultivaba hachís y marihuana para su venta a terceros, según sostiene la fiscal, que apunta que los hechos constituyen un delito de secuestro, otro de robo con violencia e intimidación, un delito de robo con fuerza en casa habitada, otro contra la integridad moral, un delito leve de lesiones y un delito contra la salud pública de sustancias que no causan grave daño en concurso medial con un delito leve de defraudación de fluido eléctrico.
En su escrito de calificación, la representante del Ministerio Público considera que el primero de los acusados debe responder, a juicio de la fiscalía, por todos los delitos descritos, por lo que es merecedor de una condena de 18 años de prisión y 1.440 euros de multa. Al segundo de los acusados atribuye el secuestro, el robo con intimidación, el robo con fuerza en casa habitada y el delito de defraudación de fluido eléctrico, delitos que suman una petición de condena de 14 años de cárcel y 1.080 euros de multa.
En materia de responsabilidad civil, la fiscal solicita que sean condenados a indemnizar conjunta y solidariamente a la víctima en 3.000 euros por las lesiones y daños psíquicos causados, a la aseguradora en 6.681 euros y a la compañía eléctrica en 456 euros.
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Ana del Castillo
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