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Matan el tiempo frente al televisor, hablan por teléfono, piden cuanto necesitan al servicio de habitaciones y pasan la mayor parte del día en las ... terrazas: «Sólo entramos dentro a dormir», cuentan entre risas algunos de los trabajadores de Astander onfinados desde hace seis días por un brote de covid.
Son en su mayoría polacos y rumanos que integran la plantilla que desde el pasado mes de julio trabaja en El Astillero en las obras del Evrima, que con 190 metros de eslora es el primer crucero de lujo que se construye en España. Sanidad detectó entre ellos un brote de covid el pasado 17 de septiembre y desde entonces ha identificado al menos 37 positivos, otros 6 en investigación y 30 contactos estrechos que se encuentran cuarentenados en varios hoteles de la capital cántabra, donde estaban hospedados.
«Aquí te cuidan muy bien y es un lujo; pero en el fondo estamos encerrados y te sientes como en una cárcel. Estamos bien porque no tenemos síntomas y lo que necesitamos es salir ya porque hay que trabajar», explica uno de ellos en perfecto castellano cuando se encarama a la barandilla de la terraza para hablar con el exterior.
Ocupan las habitaciones de dos en dos y hablan entre ellos a gritos, de una terraza a otra. En otro punto se pasan un papel con un mensaje, porque no todo se puede proclamar a voces, y los más aburridos protestan. «Estamos que no sabemos qué hacer, pero es lo que hay. Queremos que todo se solucione ya y que nos dejen salir porque aquí nadie está mal», exige otro en un inglés improvisado.
En este hotel, uno de varios de la capital cántabra que alojan a estos trabajadores, hay 30 habitaciones a su servicio; aunque no todos están cuarentenados. De hecho algunos están yendo a trabajar porque no se ha encontrado rastro del virus en su organismo.
«Todo el turno de noche continúa sus labores como siempre porque en el fondo no son tantos los que están a la espera de las pruebas para poder salir», informan fuentes del hotel, donde temen que este episodio traiga una anulación masiva de reservas. «No lo entendemos muy bien porque en el fondo no hay ningún peligro. Mañana (por hoy) muchos estarán otra vez en la calle porque habrá terminado su cuarentena y está todo bien controlado porque seguimos de forma muy estricta todas las medidas de seguridad». Las llaves de las habitaciones donde se encuentran hospedados los cuarentenados se han anulado para que nadie pueda entrar ni salir, la ventilación se ha cerrado y un guarda de seguridad privada vigila día y noche los pasillos.
Por lo pronto muchos podrán abandonar hoy el encierro si la prueba PCR que les realizaron ayer arroja un resultado negativo. «Estamos a la espera. Hoy nos la han hecho y mañana (por hoy) nos dirán. Estamos deseando salir porque esto es ridículo. Estamos bien y sin síntomas», insisten los que se asoman para hablar con la prensa.
Correrán esa suerte los vacunados que arrojen ese resultado negativo en la PCR; pero no el resto. «Hay unos cuantos compañeros que no tienen la vacuna y que van a tener que esperar un poco más. Unos cinco días más, según lo que nos han dicho los médicos», revela uno que habla español mientras saca la comida a la terraza, pues ayer todos los encerrados aprovecharon la buena temperatura para comer mientras les daba el aire. «Ojalá esto hubiera sido estando de vacaciones. Pero ahora, aquí, lo que piensas es que estás sin trabajar cuando deberías estar trabajando, y eso no puede ser», reflexiona. Esa inquietud pesa más si se alimenta con la ansiedad que produce el encierro.
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En algunas terrazas los hay que dan vueltas como un animal enjaulado. Otros sacan la cabeza todo cuanto pueden hacia la calle, asomando medio cuerpo incluso de manera temeraria, porque al mínimo despiste podrían precipitarse. En todos los sentidos es una situación que conecta directamente con el recuerdo de marzo y abril de 2020. «Esto te pone nervioso y es aburrido. Intentamos matar el tiempo haciendo cosas pero claro, no hay nada que hacer», protesta la mayoría.
Desde Sanidad, el consejero Miguel Rodríguez lanzó ayer un mensaje de tranquilidad: «Todos los infectados están cumpliendo su cuarentena correspondiente y esperamos que el brote no vaya a más».
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