«Me encuentro perfectamente, mi salud es excelente. Estoy totalmente recuperado»

«Estos días, cabeza fuerte y mentalidad positiva». Este consejo para afrontar el confinamiento en casa, que quizá usted haya oído ya por boca de algún familiar, algún amigo, incluso expertos, la avala la experiencia de quien ha superado el coronavirus, de quien ha pasado ya por un periodo de aislamiento para atajarlo, primero hospitalario, después domiciliario. «Cabeza fuerte y mentalidad positiva», insiste al otro lado del teléfono una las primeras personas que dio positivo por Covid-19 en Cantabria, pero también una de las que se ha recuperado de la infección. Ya recobrada la salud, esta persona se sumerge en su segunda cuarentena, esta vez la decretada en todo el país por el Gobierno, y anima a la ciudadanía a secundarla con responsabilidad: «Seamos responsables y respetuosos con nosotros mismos porque así lo seremos con nuestra gente».

A comienzos del mes de marzo contó a El Diario Montañés -como en este artículo, bajo el anonimato- cómo transcurrían sus días de aislamiento en la séptima planta de la Torre D del Hospital Marqués de Valdecilla, donde estuvo una semana en observación, sin síntomas, tranquilo, tratado por unos servicios médicos «excepcionales que se portaron muy bien conmigo, y también con todos mis contactos». Ahora, ya desde su domicilio, puede contar su recuperación como un hecho. Precisamente en su casa transcurrió la segunda fase de su aislamiento y, tras someterse a un segundo test que dio negativo, pudo oficialmente sumarse a la lista nacional de las altas por la infección, que ayer superaba las mil personas. «Me encuentro perfectamente, mi salud es perfecta. Estoy totalmente recuperado», revela.

La infección por coronavirus no le provocó en esos días complicaciones en su organismo, y los síntomas que experimentó fueron muy leves. Intuye, en este sentido, que su carga vírica fue pequeña. Sin embargo, lo ocurrido durante las últimas semanas le ha agitado emocionalmente: «El hecho de estar en casa, el hecho de estar solo, te hace pensar en muchas cosas: valoras el tiempo en familia, con tu gente; valoras volver a sentir la unidad familiar, a los amigos. A mí, personalmente, esto me ha servido para darme cuenta de que hay gente alrededor a la que hay que cuidar», reflexiona.

Estos días, a caballo entre el aislamiento hospitalario y en su casa, también le han dado otra perspectiva para afrontar un periodo de confinamiento como el que ahora vive toda la población, para saber medir las fuerzas. Su cuarentena en el Hospital Valdecilla le resultó complicada, sobre todo «porque estaba en un hospital, aislado, sin contacto con nadie. Eso fue lo más duro. Psicológicamente te vienes un poco abajo», recuerda, «y por eso ahora hay que intentar mantener la calma».

Y, además, y siempre que sea posible, mantener rutinas sencillas pero efectivas, añade. Personalmente, se ha propuesto un pequeño calendario de actividades: hacer un poco de ejercicio un par de veces al día; leer para disfrutar, pero también para esquivar un rato las pantallas de la televisión, del móvil, del ordenador; volver a cocinar, y también hablar con la gente a la que aprecia. «La gente está mentalizada, que sigan así, que no se vengan abajo. Es largo, pero si hay salud se está bien en casa. Y eso es lo más importante», anima.

La vivencia de la infección no es la misma para todos, no puede serlo, pero el protagonista de este artículo sí que reclama un compromiso social amplio, uniforme, para ralentizar la infección por coronavirus: «Lo importante es cuidarse para que esto no llegue a la gente a la que le puede hacer daño, la gente que tenemos cerca, a los mayores».

Cuidarse, en caso de que una persona se encuentre en una situación similar a la suya, significa «atender a las recomendaciones sanitarias, y ser súper responsable y aislarse para no transmitirlo. Hay que ser responsable con uno mismo para poder cuidar a nuestra gente. La responsabilidad tiene que ser máxima», advierte. Y cuidarse si no se tienen síntomas significa ser precavido, no descuidar la higiene, «y, al más mínimo síntoma que noten, que mantengan las distancias con las personas y demás. El virus se contagia también de forma asintomática».

Y mejor si a todo esto se le puede añadir un poco de «mentalidad positiva», de «calma», o el convencimiento de que este trance «puede superarse», añade. En cualquier caso, lo importante son los cuidados de higiene y el aislamiento «para que no llegue a las personas a las que pueda hacer daño de verdad».

Hace unas dos semanas, cuando su testimonio se publicó en el periódico, España registraba alrededor de 200 casos positivos de infección por coronavirus y Cantabria no superaba la decena de afectados confirmados.

Ayer, aunque los datos varían en muy poco espacio de tiempo, las autoridades sanitarias españolas tenían constancia de más de 11.100 personas afectadas por el Covid-19, y cerca de medio millar de defunciones acumuladas. Durante su periodo de aislamiento, la situación en el país ha dado un vuelco, los números comenzaron a ser abrumadores. A tenor de los acontecimientos, «había desconcierto».

El escenario ha cambiado, y la respuesta ciudadana también lo ha hecho. «Hay que tomárselo en serio, hay que estar en casa. Creo que la gente se está concienciando», expone el entrevistado.

También ha cambiado el relato de los acontecimientos, por momentos muy amargo. «Es importante que las noticias sean reales, que hablen de la dureza de este virus, pero que también se hable de la bondad de la gente. Si desde casa vemos que el riesgo de contagio va bajando, como ocurre en otros países, eso te motiva, te reconforta, te hace sentir bien. Piensas: esto que estoy haciendo, esto funciona. Al final, se va a generar una conciencia colectiva que es muy importante», añade.