Un 5 de enero con gente, pero sin agobios, en los centros comerciales

María Carmen Gómez llegó ayer por la mañana a El Corte Inglés cual guerrero de Las Cruzadas, «preparada para la batalla, pero me he llevado una bonita sorpresa, porque hay mucha menos gente de la que esperaba». El día previo a que las familias de toda España abran sus regalos de los Reyes Magos, los centros comerciales de Cantabria se preparaban para recibir a los últimos rezagados, a los que aún tenían algún recado por hacer antes de la noche mágica. «Todo está yendo bien. Ha habido más gente los días previos que hoy», ha comentado Elena Botín, una de las responsables del centro Bahía de Santander.

Esta situación se repetía por la mañana en el resto de las grandes superficies. El aparcamiento de Valle Real, en Camargo, con sus plazas al límite, hacía pensar lo peor, «que dentro iba a estar a tope, pero no es para tanto», comentó Lorena Velasco, cargada de bolsas. «Todos los años me pasa lo mismo. Prometo espabilar para no tener que venir el último día, pero siempre me pilla el toro. Este año está muy bien de gente, no hay agobios».

Atendiendo la cola de Primark (la única de Valle Real, durante la mañana) estaba Saray Ruiz, «esto es una delicia, comparado con lo de ayer (por el lunes). Hay un poco de fila, pero es que todos los años pasa lo mismo, la gente siempre deja algo para última hora». Anthony Puch, cliente de Primark, confesó que «me daba un poco de miedo la cantidad de personas que me pudiera encontrar», pero se lo encontró razonablemente controlado. Cerca estaban Ángela Gutiérrez y Andrea Sobrao. Opinaron que «con precaución y tomando las medidas de seguridad, no veo que aquí (por Valle Real) vaya a haber más peligro que en los comercios de Santander».

Dentro de Carrefour, uno de sus empleados (que prefirió no dar su nombre) consideró que «hoy todo fluye mejor, pero me temo que es porque este año no hay cabalgata, con lo cual, nuestros clientes de última hora se reparten entre la mañana y la tarde. De todas formas, estos días atrás ha sido una locura».

Desde Laredo llegaron Álvaro y Diego Expósito. Pacientemente hicieron cola en una de las tiendas de carcasas para teléfonos móviles de Valle Real. «Hemos hecho todas las compras durante la pasada semana, pero nos quedaban un par de recados pendientes y, por supuesto, el roscón. Hoy, mi hermano y yo teníamos el día libre, así que era la última oportunidad. No hay mucha gente, ¡pero sigue siendo un suplicio!».