Secciones
Servicios
Destacamos
La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) llegó oficialmente a Cantabria el 5 de septiembre del año pasado. Ese día se confirmaron los primeros positivos de una afección vírica infecciosa, aunque no contagiosa, provocada por la picadura de un mosquito –el único que la puede transmitir–. Desde ... entonces, han pasado 15 meses y el balance de las dos primeras campañas arroja un contundente balance de 3.015 fallecimientos y 11.302 casos positivos. La también llamada enfermedad de las vacas, pues es a estos rumiantes a los que principalmente afecta, ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para los ganaderos y el Gobierno regional que, a través de la Consejería de Ganadería, ha tratado de mitigar el impacto y ayudar a los trabajadores del campo. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico declaró este pasado domingo el denominado 'periodo estacionalmente libre del vector', una vez que la llegada del frío ha acabado con el mosquito, al menos, hasta el año próximo. El impacto de esta segunda temporada ha sido mucho más contenido. 2024 se cierra con la cifra oficial de 723 reses muertas y 4.189 infectadas frente a las 2.292 y 7.113, respectivamente, que fallecieron y se contagiaron en 2023.
637
explotaciones de las 1.466 con positivos este año han vacunado. Son menos de la mitad: un 43,5%.
Tanto ganaderos como responsables políticos coinciden en que ha habido dos factores claves en la mejora de la incidencia y la mortalidad. Por un lado, la inmunidad adquirida por la cabaña a raíz de los contagios del año pasado y, por otro, el efecto de la vacuna creada específicamente para este mal, que llegó al mercado en verano y que, sin embargo, no ha tenido la acogida esperada entre los ganaderos de la región.
«Los datos de 2024, en comparación con los de 2023, entran dentro de lo que esperábamos. Ha habido claramente un descenso», reconoció esta misma semana en rueda de prensa la titular del ramo, María Jesús Susinos. Sin embargo, el departamento que dirige no se pone de acuerdo en el porcentaje de la bajada. Su antecesor en el cargo, Pablo Palencia, que fue destituido entre otros motivos por su criticada gestión de la enfermedad hemorrágica –el Parlamento regional le reprobó por ello–, comunicó que 2023 se cerró oficialmente con 2.292 animales fallecidos y 7.113 infectados, que sumados a los 723 y 4.189 de 2024, sitúan del descenso de la mortalidad en un 68,5% y de la incidencia en un 41%.
15
meses hace que llegó a Cantabria la enfermedad hemorrágica: el 5 de septiembre de 2023.
Sin embargo, las cifras que maneja ahora Ganadería son completamente diferentes. Fuentes de la Consejería que dirige Susinos ha explicado a este periódico que, según los datos que manejan de los técnicos, el año pasado se registraron 385 muertes menos (1.907, en total) pero 5.058 positivos más (12.171, en total). Con estos guarismos, la mortalidad se habría reducido, por tanto, un 62% y la incidencia un 65,6%.
Más allá del debate de los números y las discrepancias en Ganadería, la enfermedad hemorrágica ha tenido mucho menos impacto esta campaña. A diferencia de la pasada, se adelantó medio mes y, aunque tiñó de rojo las 13 comarcas agroganaderas en las que se divide la región, la incidencia fue mayor en aquellas zonas donde el año pasado apenas incidió.
El mosquito comenzó a a picar a mediados de agosto, cuando el laboratorio madrileño encargado de certificar la enfermedad confirmó los primeros positivos. Los ganaderos y los representantes políticos de las administraciones regional y central tenían la esperanza de que, además de la inmunidad, el efecto de la vacuna fuera determinante. De hecho, la creación de un antídoto fue una de las principales reivindicaciones del sector, que el antecesor de Susinos convirtió en mantra y recitó ante el ministro Luis Planas cada vez que tuvo ocasión.
La esperada vacuna llegó este verano. La Hepizovac, como fue bautizada por el laboratorio que la creó, constaba de dos dosis y costaba alrededor de 10 euros por animal. El temor a los efectos secundarios y el hecho de que con Palencia en el cargo el Gobierno regional se negase a sufragarla frenó su utilización. Los datos oficiales difundidos por Ganadería así lo constatan. Menos de la mitad de las 1.466 explotaciones que en 2024 se han visto afectadas por la enfermedad, han vacunado a sus animales: sólo 637 estabulaciones, el 43,5%.
La Consejería de Ganadería tiene la esperanza de que esta dinámica cambie de cara al año que viene, pues tiene la intención de sufragar por completo tanto la vacuna como su administración.
La que será la tercera temporada de la enfermedad hemorrágica en Cantabria se espera que sea aún menos virulenta. Ganadería confía en que la evolución sea similar a la de este año, aunque también alberga la esperanza de que las cifras incluso mejoren. Para ello necesita que los ganaderos se animen a pinchar a los animales puesto que no es una vacuna obligatoria. La baza a la que se aferra viene determinada por los buenos resultados de las explotaciones que sí han vacunado a sus animales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.