La enfermedad hemorrágica epizoótica ya afecta en Cantabria a las vacas de leche

«Que no digan que solo afecta a las de carne. El mosquito no hace distinciones. Pica a las vacas de carne y a las de leche también», se quejaba ayer amargamente a José Antonio Cubillas Cuesta, ganadero de Meruelo que tiene 55 reses en su estabulación. «Tengo un amigo al que se le han muerto tres, también de leche. Eso sí, de las que tiene estabuladas, ninguna. El mosquito pica las que están al aire libre», añade. Pero lo que más molesta a este profesional de 54 años es lo que le sucedió la semana pasada. «Fui al Ferial de Torrelavega y compré dos animales. Dos frisonas a dos paisanos diferentes. Con una no he tenido problemas, pero con la otra sí. Esa misma tarde me dijo el camionero que me la trajo que la echara un ojo: tenía el hocico y los ojos completamente rojos», relata. «Llamé al veterinario y me confirmó que tenía la enfermedad hemorrágica. Desde ese día no ha probado la comida hasta hoy (por ayer). Pensé que se me moría, tampoco ha dado ni una gota de leche», continúa.

Lo que más irrita a a este ganadero es que la vaca «pasó todos los filtros veterinarios» que se aplican a los animales que acuden cada semana al Mercado Nacional de Ganados -se revisa la documentación para ver que están sanos y se desinsectan uno a uno antes de entrar-. «No sé cómo no se habrán dado cuenta. ¿Qué es lo que han hecho? En la feria le vi un poco de moco, pero no le di importancia, pero es que esa misma tarde ya estaba mala. Si la enfermedad tarda en incubarse entre ocho y nueve días, debía de llevar infectada por lo menos dos semanas. No me explicó cómo no lo vieron», subraya. El animal, explica, le costó «1.300 euros» pero asegura haberse gastado «por lo menos 200 más» entre la visita del veterinario, los medicamentos recetados y los productos gastados en su desinsectación y desinfección.

«Llamé al Seprona de la Guardia Civil para que levantara acta. La vaca tenía la lengua colgando porque no le entraba en la boca. El que me vendió el animal lo hizo sin el certificado veterinario de que estaba libre de la enfermedad. Pienso denunciarlo. Es mucho dinero el que he perdido en la operación», avisa.

El consejero también valoró ayer el avance del brote. Aseguró que la repercusión «no es tanta como parece» ya que, según relató, «el 99,26% del censo está sano». Además, Palencia dijo que «hay más muertes por otras patologías y causas» que por esta. Volvió a incidir en que es un foco «controlable» y que está centrado en un área concreta. También informó de que la previsión del Gobierno cántabro para comenzar a pagar las indemnizaciones por cada animal muerto será «hacia Navidad», con la llegada del frío y el mosquito ya noqueado.