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Laura Romano es una joven enfermera de 26 años que, de manera voluntaria y junto a tres compañeras de profesión que no se conocían entre ellas, ha estado durante una semana en el barro de Alfafar, Catarroja y Picanya auxiliando y curando a los damnificados ... por la DANA. Con la palabra 'Enfermera' en un traje EPI, una mochila con medicamentos y la típica cruz médica a la espalda, este cuarteto ha ido casa por casa atendiendo a los heridos, a quienes también explicaron cómo podían cuidarse ellos mismos los cortes, llagas, arañazos y demás lesiones.
Durante una semana, El Diario Montañés ha dado a conocer el papel de los cántabros en la Zona Cero y sus diferentes labores. Bomberos, policías, guardias civiles, miembros de Protección Civil y una gran cadena humana de voluntarios se ha dejado ver por el Levante llevando el nombre de Cantabria hasta el epicentro de la tragedia. A esa lista faltaba un sector, el sanitario. ¿Cómo están los afectados?, ¿hubo muchos heridos? o ¿hasta qué punto puede ser lesiva una catástrofe así?, son algunas de las preguntas que ha respondido a este periódico la enfermera.
«Mucha gente tenía heridas en los dedos porque cuando llegó la DANA no tenían guantes y quitaban el barro por desesperación con sus propias manos, que estaban peladas y en sangre viva», explica Romano, quien añadió que había gente con hongos en los pies por la humedad. También muchos sufrieron heridas en los ojos porque el barro les saltaba ahí. «Han acabado con conjuntivitis», detalla.
Además de estos cuadros, Romano cuenta que también se ha encontrado vecinos con úlceras. «Nosotras íbamos por el barrio preguntando puerta por puerta cómo estaban y curando sus heridas», señala la profesional, quien lamenta que «todavía no les han llegado recursos de ninguna forma». «Los sanitarios son escasos y en los centros de salud de la zona no había ni una mesa», subraya. Misma situación a nivel médico. Romano indica que los vecinos estaban «sin medicación» y que, incluso, algunos de ellos le ha llegado a afirmar que estaban tomando menos pastillas por día «porque no tenía más». «Ningún sistema está preparado para esto que ha ocurrido», opina.
Por ello, a nivel personal, este cuarteto ha llevado a Valencia diferente material de curas, como apósitos, vendas, sueros, gasas y antisépticos, que han sido donados por farmacias de Cantabria y por particulares de la región. «Estamos orgullosas porque nuestro trabajo ha sido eficiente», afirma.
Bajar al barro es complicado. Si ya verlo por la televisión o por el móvil impacta, tener que vivirlo en primera persona debe ser algo que marca a uno de por vida. «Es una experiencia dura y tienes que estar concienciado», opina Romano sobre su paso por el Levante. La enfermera dice que la gente está destrozada y que «los ánimos están por los suelos». Según cuenta, cuando estaba curando a un vecino, otro se puso a llorar de la impotencia. «Llevo una semana sin luz ni agua», lamentaba este damnificado por la DANA, quien «no paraba de decir que cómo se iba a recuperar de esta». «Muchas veces no hacía cuidarlos y atenderlos, solo escucharlos», añade al respecto.
Y es que, tal y como cuenta la enfermera, los vecinos estaban «súper agradecidos» por las labores que estaban realizando. «Siempre te gustaría estar más, pero somos voluntarios y llegamos a lo que llegamos», continúa Romano, quien asegura que ella, y las otras tres enfermeras, «vamos a volver porque esa gente necesita ayuda». «No sabemos cuándo lo haremos porque hay que organizar el trabajo, ya que esta semana hemos ido en días libres o en nuestras vacaciones», apunta.
Misma situación que sus compañeros de viaje, una cuadrilla de policías locales y bomberos voluntarios de Santander. Junto a ellos, bajaron a la Comunidad Valencia en varias furgonetas en las que distribuyeron medicamentos y material sanitario, además de herramientas de limpieza, autobombas y productos de primera necesidad y de limpieza e higiene. «Los vecinos han alucinado porque no creían que éramos de Cantabria y que, además, éramos un equipo tan grande y con tantos materiales de diferente tipología», apostilla Romano, quien reitera que éstos estaban «abrumados por la ayuda recibida».
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