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La Sociedad Prehistórica entregó su galardón anual a los guías de las cuevas de Cantabria y personificación la distinción de María Luisa Cuevas, de Altamira; José María Ceballos, durante muchos años guía de las cuevas del Monte Castillo y responsable de las cuevas prehistóricas de Cantabria; Ludovico Rodríguez 'Ludy' de Hornos de la Peña; Joaquín Eguizábal 'Pencho', de Covalanas, y José Riancho Hoz, el último que queda en activo, y que es guía de las cuevas del Monte del Castillo.
El público tuvo que cambiarse de sala porque la que estaba reservada para este acto se quedó pequeña ante la afluencia de compañeros y amigos que quisieron acompañar a los premiados.
A la izquierda, la presidenta de la Sociedad Prehistórica de Cantabria, Ramona Fuente. Sentados, el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Manuel R. González Morales; la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández; la directora del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, Pilar Fatás; y el artista Juan Martínez Moro que, además de ser el autor del grabado que se entregó a los homenajeados, es es miembro de la junta directiva de la Sociedad Prehistórica.
José María Ceballos reconoció que su trabajo durante 49 años en las cuevas del Monte del Castillo había sido «una especie de droga» y que, «aunque he dejado de trabajar, no he dejado de visitar cuevas. Siempre es una disculpa para salir de casa y seguir en la brecha del arte rupestre».
Joaquín Eguizábal 'Pencho' recordó con cariño los años que pasó en Covalanas, donde atesoró miles de anécdotas mientras conocía a los popes de la Prehistoria o explicaba a los neófitos el «valor de lo que tenemos».
Ludovico Rodríguez 'Ludy', ya jubilado, custodió durante años, y entre otras, la cueva de Hornos de la Peña. En agradecimiento a la distinción quiso leer uno de sus poemas inspirado en la labor que ha realizado durante 33 años viendo «las sombras a ritmo de fuego» mientras «una piel de bisonte vigilaba la sala». «Echo en falta el trabajo, pero estoy haciendo lo que antes no podía por falta de tiempo: escribir y pintar»
María Luisa Cuevas recordó que empezó en Altamira en abril de 1973 y «jamás olvidaré la emoción de abrir la puerta de la cueva y transmitir todo lo que sabía a los visitantes». Durante su intervención, la directora de Altamiraa, Pilar Fatás, recordó un viaje a Moscú donde fue a dar una conferencia y un historiador ruso se le acercó y le preguntó «por María Luisa». Al comentar esta anécdota, la sala comenzó a aplaudir y la que fuera guía de la Sala de Polícromos se ruborizó al saber que, como al resto de sus compañeros, se les recuerda con cariño.
José Riancho es el único de los cinco que sigue en activo como guía en Monte Castillo. «Yo no trabajo, yo disfruto así que, aunque pueda, todavía no quiero jubilarme», matizaba comentando que «lo mejor de mi labor es conocer gente».
La consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, recordó que sus inicios profesionales fueron como guía en las cuevas de Cantabria. En la imagen, charlando con el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Manuel R. González Morales.
Entre el público estaba el secretario general del PSOE en Cantabria y diputado Pablo Zuloaga, que fue consejero de Cultura durante la última legislatura y conocía a todos los premiados. Acudió a la gala de la Sociedad Cántabra de Prehistoria junto a Eugenia Gómez de Diego, actual delegada del Gobierno en la región. El martes, día que se tomó esta imagen, se había hecho público su nombramiento, pero hasta que ayer no salió publicado en el BOC no lo era oficialmente.
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