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Candela Gordovil
Santander
Miércoles, 14 de julio 2021, 13:22
Cercano y trabajador, Joaquín Carlos Cobo (Puente Viesgo, 1967) ha hecho de la venta de cupones de la ONCE una forma de vida. Nunca se olvida de desear un buen día a cada uno de sus clientes, repartidos entre Maliaño y Miengo. Habla de ellos ... como de su propia familia. Catorce años al pie del cañón tienen su recompensa: ha sido nombrado mejor vendedor de la ONCE de Cantabria en 2020. Esta vez el premio se lo ha llevado él.
-Ha sido galardonado como mejor vendedor en el año de la pandemia y también ha entregado su segundo gran premio. Curiosamente el 2020 le ha dado alegrías...
-Ha sido un año muy complicado, pero dentro de lo que cabe, en mi caso, ha sido satisfactorio tanto por los premios que he dado como por el que he recibido. Todo ha sido gracias a mis clientes, sin ellos hubiera sido imposible recibir el premio.
-Talento, cercanía y respeto son algunos de los valores por los que se rige la ONCE para elegir a los galardonados. ¿Se siente identificado?
-Llevo mucho tiempo trabajando en la ONCE por lo que les conozco y me siento muy identificado con ellos. Además, la gente que me compra cupones han pasado de ser clientes a ser familia.
-La venta de sus cupones puede ser un índice para evaluar el turismo en Cantabria. ¿Ha habido cambios en los últimos veranos? ¿Cuál recuerda como el mejor en ventas?
-Sí, cada vez viene más gente a Cantabria. En Maliaño vendo cupones en Makro y los principales clientes son dueños de restaurantes, por lo que en función del turismo vienen a comprar con mayor o menor continuidad y, en consecuencia, me afecta directamente. También trabajo en Miengo y allí la principal clientela son las personas que viven en el pueblo. Es cierto que también veranea mucha gente de Madrid, Palencia y Burgos que me conocen de otros veranos y me compran cupones. A pesar de la pandemia, el verano pasado fue muy potente a nivel de turismo. Supongo que el hecho de estar tanto tiempo encerrado en casa sin poder realizar actividades en el exterior hizo que la gente estuviese ansiosa por salir y disfrutar.
GALARDÓN
-Comentaba que trabaja en Miengo y en Maliaño, ¿su clientela se diferencia mucho de la que existe en las ciudades más grandes?
-Supongo que en las ciudades más grandes hay otro tipo de clientes, básicamente porque en mi caso son, en Makro, personas que trabajan en la hostelería y en la zona de Miengo tengo clientes de toda la vida. En algunos casos, voy a sus restaurantes o casas a vender cupones. Incluso me han llegado a decir que mientras me encontraba de vacaciones no habían querido comprar cupones porque preferían esperar a que yo volviese. Lógicamente, en una ciudad más grande es diferente porque hay más gente que compra cupones esporádicamente. Aún así los compañeros que trabajan en sitios con más gente también tienen su propia clientela. Al fin y al cabo, todos tenemos la nuestra.
-Durante los catorce años que lleva trabajando en la ONCE, ¿ha visto crecer la esperanza de los compradores en épocas de crisis?
-Sí, creo que la gente en épocas difíciles se aferra a la suerte por si así les puede cambiar la vida.
-¿Cómo ha sido la evolución de la clientela a lo largo de los años?
-La evolución ha tenido mucha relación con la confianza. La gente va conociendo a la persona, va entablando una amistad con el vendedor y afianzado su relación, por lo que cada día van comprando más.
GRATITUD
-¿Las personas compran cupones siendo conscientes de que colaboran con una obra social?
-Sí, la gente está plenamente concienciada de que la ONCE hace una gran labor social que ayuda a muchísimas personas y saben que su dinero va a estar bien empleado.
-¿En qué lugar le gusta más vender cupones en verano?
-Tengo amigos en los dos sitios en los que trabajo (Maliaño y Miengo) y son todos muy cercanos, por lo que no me puedo decantar por uno u otro. No puedo mojarme porque mis clientes son como mi familia ya que, gracias a ellos, seguimos adelante.
-¿Algún cliente afortunado ha compartido con usted su suerte? ¿La gente es generosa?
-La gente es muy generosa. El último premio que di fue en la zona de Cudón. Vendí el cupón un sábado. Casi todos mis clientes tienen mi número de teléfono, así que al día siguiente me empezaron a llamar avisándome de que había dado el premio. Al principio pensaba que me estaban vacilando. Más tarde me llamó el hombre al que le había tocado y ahí me di cuenta de que era verdad. Me regaló un jamón ibérico. El otro gran premio que repartí tocó en la zona de Mogro en el año 2013 y me tocó a mí también porque jugaba a medias con las chicas. La verdad es que fue muy emocionante ver tan feliz a la gente.
-¿Qué es lo mejor de su trabajo?
-Mis clientes. Soy afortunado, porque tengo un trabajo que me gusta y admiro. Salgo de casa animado, ya que me siento muy identificado con lo que hago y con los valores de la ONCE.
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