

Secciones
Servicios
Destacamos
Los agentes Diego Lamadrid y Raúl Gómez llaman a la puerta del número dos de la localidad de Sobrelapeña (Lamasón), uno de los epicentros cántabros ... de eso que se ha venido a denominar la Cantabria despoblada. Abre una mujer de 83 años que se llama Rosa, y los uniformados le saludan porque parece que se conocen de hace tiempo. «Aquí no quedamos más que los viejos. Los jóvenes se van porque no tienen modo de vida», insiste la anciana, resignada, cuando tras ella aparece su hermano, que vive en la misma casa y tiene 95 años. Los dos agentes reiteran que van a seguir visitándolos, que les interesa su estado de salud y que pueden informarles de cualquier cosa que necesiten.
Lamadrid y Gómez integran el Equipo Roca, una división de la Guardia Civil que ha dejado en un segundo plano la labor punitiva para centrarse en una actividad más humanitaria. «Desde que se constituyó nuestro grupo en junio de este año, la prioridad ha sido velar por el bienestar de las personas más vulnerables en los entornos rurales. Hablamos de las personas más mayores y necesitadas de atención, de vigilancia y a veces hasta de cariño», aclara Lamadrid, el cabo al mando de esta sección de la Benemérita que desde su sede en Cabezón de la Sal da cobertura a todo el área occidental de la región.
Equipo Roca Existe un teléfono de contacto para hablar con esta unidad (659 942 422).
En el equipo son cinco agentes y hay otros dos grupos idénticos con sede en Valdecilla (Medio Cudeyo ) y en Torrelavega. «En total somos quince. El primer grupo abarca una jurisdicción que va de la bahía de Santander a todo el área oriental; y el otro está enfocado a la zona central. Hay muchas personas que necesitan ayuda y que se encuentran muy solas. Gente mayor que es bueno que esté vigilada. Nosotros hacemos lo que podemos en lo que nos toca», cuenta el cabo.
Hay casos que hacen patente la necesidad de esta presencia de la autoridad. «Una de nuestras primeras actuaciones fue en Valdáliga. Un hombre vivía en unas condiciones penosas en una cabaña perdida en el monte. Le vimos, le visitamos y le invitamos a que entrara en razón junto con los trabajadores de los servicios sociales; pero no hubo manera». Los agentes procedieron a informar a la Fiscalía para que actuara de oficio y se ordenó el ingreso de este vecino en un centro de mayores; pero para cuando terminó el proceso, el hombre -que ya estaba enfermo-, falleció. «No tuvimos tiempo de hacer más porque acabábamos de empezar a trabajar como Equipo Roca; pero eso nos dio una lección muy importante de cuál tiene que ser nuestra labor en el futuro», cuenta Lamadrid.
Por eso su labor se centra en la inspección diaria y en las entrevistas puerta a puerta. «Cada mañana salimos sin saber muy bien a qué hora vamos a volver porque cuando te pones a hablar con los vecinos, especialmente con esta gente mayor, no sabes cuándo vas a acabar». Sucede en Lafuente, en el municipio de Lamasón, a las faldas del puerto del collado de Hoz. Allí los recibe Hilario, uno de los pocos artesanos albarqueros que quedan en Cantabria. Es un hombre de 75 años que vive solo, sin familia cercana, y en un pueblo con menos de treinta habitantes y sin servicios esenciales.
«¿Qué tal está?», le preguntan los agentes, y él se arranca con la cantidad de pedidos de albarcas que le ha hecho la gente para Navidad y continúa hablando de su infancia en aquel pueblo ubicado en la Cantabria más profunda. Su discurso no tiene fin y, entre tanto, los agentes explican que, de cuando en cuando, pasan a verle para comprobar que está bien de salud y que no le falta nada.
Lo más práctico para conocer la realidad de todas estas gentes en riesgo de exclusión social es hablar con las farmacias, con los servicios sociales de los ayuntamientos, con protección civil. «Estamos muy coordinados con todos ellos para trabajar de manera conjunta porque ellos ya conocen parte de esta problemática y nosotros podemos ayudar en situaciones donde ellos se ven con más dificultades».
A veces, el trabajo del equipo Roca se difumina con el que toda la vida ha desempeñado la Guardia Civil. «En Celucos (Rionansa) estamos hablando con un vecino que ha cogido la costumbre de lanzar artefactos pirotécnicos a la gente y a los turistas. Es una persona que está empezando a tener problemas mentales, creemos, y esto es algo que estamos viendo mucho». Las demencias por ausencia de interacciones sociales son uno de los problemas más acuciantes de las poblaciones más envejecidas en los pueblos de Cantabria.
Ahora, con el invierno ya en el calendario, el desafío inmediato es hacer frente a los posibles temporales: inundaciones, olas de frío, aislamientos de localidades... «La gente aquí está muy preparada para esto porque toda la vida han vivido así; pero en todo caso estaremos atentos a todos estos vecinos que corren el riesgo de pasarlo peor». Seguirán engrosando la lista de habitantes vulnerables, estrechando lazos con los ayuntamientos y ampliando la redes de vigilancia. «Acabamos de empezar, como quien dice, pero creemos que esta labor es esencial y servirá para que la gente se de cuenta de que en la Guardia Civil estamos también para ayudar, y además creo que somos necesarios».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Pastillas, cadáveres en habitaciones distintas... la extraña muerte de Gene Hackman y su mujer
Oskar Belategui | Mercedes Gallego
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.