El Erasmus de Roä en el Museo Mikalojus Konstantinas de Lituania

En los casi tres meses que tiene por delante de estancia, la alumna del instituto santanderino espera aumentar su conocimiento sobre la historia del ámbar para «ver cómo se ha explotado posteriormente como recurso turístico». La estudiante ha mantenido varias conversaciones con la directora del museo y así conocer las diferentes funciones que le esperan en el desarrollo de las prácticas: «En principio puedo hacer labores de asistenta de sala y alternarlo con un poco de recepción». También ha valorado que uno de los motivos por el que se ha decantado para escoger el país lituano es porque le parece «precioso» en las imágenes que ha visto en internet y que cuenta con una «gran historia» por su conexión con la antigua Unión Soviética al haber sido una de las quince repúblicas.

Como Roä, cada vez son más los estudiantes de diferentes ciclos de FP en la región los que se animan a vivir la experiencia del programa europeo. Para constatar este incremento solamente hay que echarle un vistazo a los números y ver los participantes en los últimos cursos académicos, desde los 96 alumnos registrados en 2023, pasando por los 124 del año pasado. «Hemos triplicado en menos de una década las movilidades», ha puntualizado el consejero de Educación, Formación Profesional y Universidades, Sergio Silva, en el acto de despedida del alumnado Erasmus+ de Formación Profesional celebrado este miércoles en el Palacio de Festivales de Cantabria.

Con el billete de avión comprado para Ámsterdam y sin el alojamiento cerrado todavía, Amanda Cruz, compañera de clase de Roä, realizará sus prácticas en una agencia de tours turísticos en la capital de Países Bajos. «Ha sido sencillo efectuar todos los trámites con la ayuda de la Cámara de Comercio y también porque la empresa la llevan españoles. Al tener buen nivel de inglés, puedo desempeñar trabajo de oficina, pero también dirigir alguna de las visitas guiadas que hacen por la ciudad», ha añadido. Uno de los aspectos que más atención le llama a esta estudiante de grado superior es la cultura distinta que presentan los holandeses frente a los ciudadanos de países mediterráneos: «Son más suyos». «Aunque sea un ciudad algo cara, tengo mucha curiosidad por descubrirla, me parece muy bonita e interesante por lo que he visto en las fotos. La he escogido porque quería ir a un sitio en el que no hubiera estado nunca».

Fran Marocco y José García son dos estudiantes de Grado Superior en Diseño de Fabricación Mecánica en el IES Miguel Herrero y que van a compartir la experiencia europea juntos en una fábrica de Bondeno, situada en un pueblo en el norte de Italia. «Nos han dicho que vamos a probar en diferentes secciones. Desde programación y diseño hasta la fabricación de piezas desde cero», han matizado. Para tener una adaptación más sencilla con el idioma han cursado cinco meses de italiano en una academia, aunque ya tenían contacto previo con el italiano desde el pasado verano. «Veníamos con una cierta base después de empezar en verano, pero los meses en la academia han sido diferenciales. Nuestra primera opción era Alemania, por lo que significa industrialmente, pero nos decidimos por Italia porque al final es un poco más cómodo para nosotros el italiano que el alemán, que es un poquito más complicado», han asegurado entre risas.

A media hora de la capital de Portugal, en Barreiro, es la ciudad que le ha tocado como destino a Adriana Rueda, estudiante del Ciclo Formativo de Integración Social en el IES José del Campo. «Voy a hacer prácticas en una institución equivalente en España a un centro de menores, todavía no sé exactamente que funciones voy a llevar a cabo, me han dicho que me lo explicarán durante el primer día», ha confesado. «Llevo un poco flojo el portugués, pero espero que no resulte un problema, también hay que ir un poco a la aventura».