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Por si la Consejería de Sanidad no tuviera bastantes frentes abiertos, acaba de provocar un conflicto en sus propias trincheras al excluir a todos los jefes de servicio del Hospital Valdecilla de los tribunales que se encargarán de valorar a los aspirantes que pugnarán ... por una plaza fija de médico especialista en el Servicio Cántabro de Salud a través de la Oferta Pública de Empleo (OPE) de 2017. Lo que el pasado miércoles «podía pasar por un error», cuando se publicó en el BOC la composición de los primeros equipos de evaluación, el viernes, con los 21 tribunales constituidos, ya tenía «peor justificación», como denuncian varios afectados. Ninguno de los máximos responsables de Valdecilla de las 21 especialidades convocadas en estas oposiciones están llamados a participar en el proceso de selección de personal -sí lo están los de los hospitales comarcales de Laredo y Sierrallana-. Tampoco están incluidos en los tribunales otros facultativos que, sin ocupar jefatura, son profesores y catedráticos de la Universidad.
«Cómo puede ser que hagan esto, no lo entiende nadie. Es inadmisible que los jefes de servicio del hospital de referencia de Cantabria no estén representados en los tribunales que van a decidir el futuro del centro para los próximos 30 años», lamenta uno de los profesionales excluidos, sin ocultar su malestar. Cabe recordar que son las primeras oposiciones de médicos especialistas que se celebrarán en Cantabria después de ocho años en blanco, un periodo en el que la tasa de interinidad se ha disparado en todas las categorías profesionales, pero que además ha coincidido con la progresiva salida de toda una generación de médicos históricos de Valdecilla y un recambio limitado durante los años de la crisis por la tasa de reposición. En definitiva, esta OPE consolidará el relevo generacional.
A medida que las resoluciones se iban publicando en el boletín, la ola de «indignación» se iba extendiendo entre las jefaturas del hospital santanderino. «¿Tú tampoco estás?», indagaban de unos servicios a otros. Respuesta negativa en todos los casos sin excepción. En las encendidas conversaciones generadas en Valdecilla había una opinión compartida: «Es humillante. Es la primera comunidad del mundo en la que ocurre esto, algo totalmente insólito». Algún facultativo aún quería pensar que se tratara de una «equivocación», aunque no ayudó la falta de explicaciones por parte del departamento que dirige María Luisa Real. Otros, en cambio, declaraban que «un error puede haber... ¿pero 21 consecutivos? Eso no creo que sea un fallo, es una vergüenza».
Explicación de sanidad
Reunión
Por eso, no han tardado en ponerse de acuerdo para solicitar una reunión urgente con la consejera, «que tiene que rectificar de inmediato este disparate. No estamos dispuestos a consentir este escándalo». El nivel de las críticas hacia la Administración va parejo a la «irritación» de los profesionales, que llegó a lo largo de la mañana del viernes hasta los despachos de la Dirección.
De ese malestar fue informado de inmediato el gerente del SCS, Benigno Caviedes, que se ha ofrecido a recibir mañana mismo a los jefes de servicio para explicarles lo ocurrido. Ayer, lo adelantó en declaraciones a este periódico: «Se trata de un error, ha habido un problema de coordinación entre niveles de la Administración -en la composición del tribunal tiene que haber facultativos y funcionarios- y, efectivamente, la propuesta planteada por el hospital (con jefes de servicio incluidos) no coincide con la publicada». Caviedes, que lamenta que «no se haya detectado tan rápido como hubiéramos querido para evitar que nadie se moleste», garantiza que se procederá a una «revisión» para solventar el «error».
La de 2017 es la mayor oferta pública de empleo de los últimos 16 años, al coincidir la convocatoria de Cantabria, que por primera vez saca el 100% de las vacantes por jubilación (casi 300 plazas) y la macroOPE nacional «de estabilización», con otro millar de plazas ahora ocupadas de forma eventual que pasarán a ser empleos fijos. En el primer bloque se dio prioridad a los médicos especialistas, de familia, pediatras y de urgencias hospitalarias, por ser en estas categorías donde más déficit de personal arrastra el Servicio Cántabro de Salud. La oferta de estabilización, en cambio, se centra en el resto de profesionales sanitarios: enfermería, matrona, fisioterapeuta, técnicos sanitarios, auxiliares administrativos y celadores.
La orden de Sanidad en la que se convocan las pruebas selectivas señala que «la composición de los tribunales se ajustará a los principios de imparcialidad y profesionalidad de sus miembros». Además, determina que tanto ellos como sus suplentes «deberán ostentar la condición de personal funcionario de carrera o estatutario fijo de las Administraciones públicas o de los servicios de salud, o de personal laboral fijo de los centros vinculados al Sistema Nacional de Salud, en plaza o categoría para la que se exija poseer titulación del nivel académico igual o superior a la exigida para el ingreso». Y añade: «Al menos tres de sus miembros deberán poseer una titulación correspondiente a la misma área de conocimiento que la exigida para participar en la convocatoria».
En una primera reacción, los jefes de servicio interpretaban que «esta exclusión denota una falta de confianza absoluta». «Es ridículo sospechar de los jefes, que somos los que gestionamos y le damos a la sanidad cántabra sus magníficos números. A ninguno nos han puesto a dedo, si ocupamos este cargo es porque hemos pasado nuestras propias oposiciones, porque tenemos un currículum que nos avala, un proyecto innovador y somos gente comprometida. No nos merecemos este menosprecio», declaraba otro facultativo ofendido. «El jefe es un motivador del servicio, que ve el futuro y las necesidades que hay que cubrir para mejorar la calidad de la asistencia. De nosotros no depende ni la subida de sueldo ni de categoría. Ponemos mucho de nuestra vida personal al servicio de la profesión, y duele que te falten al respeto así», opinaba otro jefe médico, al tiempo que recordaba que «un hospital de referencia no se consigue solo a base de innovación tecnológica, sino que lo que aporta calidad es su capital humano», una frase que la consejera acostumbra a pronunciar en cada discurso de despedida a los jubilados.
«Todos queremos tener a los mejores profesionales en la plantilla médica», por eso juzgaban «injusto» que se dejara al margen de esa selección de personal a quienes pueden valorar con más criterio a los candidatos. «Parece de sentido común que si hay que cubrir una plaza de Cardiología, por ejemplo, sean los cardiólogos de máximo rango científico y valía profesional quienes estudien los méritos de los aspirantes», añadían. «En todo el país los tribunales están presididos por los propios especialistas. ¿En qué cabeza cabe que un funcionario ajeno a la especialidad pueda decidir quién es el cirujano, el ginecólogo o el oncólogo más cualificado para consolidar su plaza en un gran hospital de Cantabria, donde se atiende la patología más compleja». Según subrayaban, tal y como está la composición de los tribunales de valoración en estos momentos -siempre lo integran un presidente, tres vocales y un secretario-«Valdecilla quedaría en muy mal lugar», y no lo vamos a consentir, por respeto a los profesionales de este hospital y a la Dirección».
Al Servicio Cántabro de Salud, que esta semana presentó sus alegaciones al informe de incidencias en la contratación elaborado por Intervención para defender que los procedimientos «se ajustan a la normativa vigente», aunque asumiendo también que se han cometido «errores», le llega ahora otra crítica interna, referida esta vez a contratos del personal. Desde el servicio de Informática denuncian que «la Gerencia del SCS no puede engrosar su plantilla con profesionales que pertenecen a la plantilla orgánica de otras gerencias (de Atención Primaria o de los hospitales), sino que debería cubrir sus plazas vacantes con funcionarios del Gobierno de Cantabria», extremo que dicen «no se está haciendo». Una circunstancia que, a su juicio, «agrava el problema del personal que trabaja dentro del SCS, pero forma parte de las plantillas del resto de gerencias. En el caso concreto de informática, en la actualidad sumarían doce personas».
A su juicio, «en esta situación se producen graves irregularidades, como que el SCS alegue que está en comisión de servicio personal interino o eventual, cuando por ley no está permitido; o personal que está cobrando por jefaturas en sus puestos de origen, en los cuales no están desde hace años, caso de la persona que está precisamente al frente de la Informática de SCS, que tiene su plaza en el Hospital Sierrallana». Como ejemplo, exponen que «en agosto se realizó la contratación de dos personas del grupo B de la bolsa de trabajo, para formar parte de la plantilla de informática de la Gerencia de Atención Primaria, aunque realmente se les ha requerido para que presten sus servicios en la Gerencia de SCS. Después, se han dado cuenta de que ese personal eventual carece de los conocimientos de informática que requiere el puesto, así que les pidieron que renunciaran al contrato ofrecido. Como consecuencia, una de las personas renunció y la otra se encuentra de baja».
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