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La falta de inversión en innovación supone el principal lastre para la competitividad de Cantabria, según el diagnóstico del Consejo General de Economistas que, en su informe anual correspondiente a 2022, sitúa a la región en el noveno puesto entre todas las comunidades españolas, lo ... que supone el descenso de una posición respecto al año precedente.
Para su valoración final, los expertos analizan 54 parámetros, agrupados en torno a siete ejes; solamente en tres de ellos –Capital humano, Entorno institucional y Mercado de trabajo–, Cantabria se encuentra en la zona media-alta de la clasificación. Se mantiene, en cambio, en un nivel medio-bajo en otros tres –Entorno económico, Infraestructuras básicas e Innovación–, y desciende otro peldaño, hasta una calificación baja, en Eficiencia empresarial.
Madrid, País Vasco y Navarra lideran, por este orden, este ranking del Consejo General de Economistas, ocupando la zona alta de la clasificación; tras estas comunidades se encuentra Cataluña, la única en un nivel medio-alto, a la que sigue el bloque de regiones de rango medio bajo, que cierra Cantabria –por detrás de Aragón, La Rioja, Castilla y León y Galicia–. En el tramo bajo de este listado están Asturias, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Baleares, Canarias, Andalucía y Extremadura.
Según se indica en las principales conclusiones del informe, Cantabria desciende un puesto en la clasificación de competitividad, aunque se mantiene en el nivel medio-bajo a pesar de haber experimentado un incremento inferior a la media nacional.
Atendiendo con mayor detalle a los indicadores que se integran en estos ejes, el dinamismo más notable se observa en los índices de variación del PIB en volumen (englobado en el Entorno económico); tasa de paro de larga duración y tasa de temporalidad (en Mercado de trabajo); tráfico aéreo (dentro de Infraestructuras básicas), variación de la productividad (Eficiencia empresarial) e investigadores (Innovación). Por el contrario, las variables con evolución más desfavorable son empleo involuntario a tiempo parcial y 'ninis' (Mercado de trabajo); abandono escolar temprano (Capital humano), déficit (Entorno institucional), dinamismo empresarial (Eficiencia empresarial) y patentes y gasto en I+D empresarial (Innovación).
«Este informe trata de comparar la competitividad de las distintas regiones, un aspecto muy importante en el crecimiento económico», explica Fernando García Andrés, decano del Colegio de Economistas de Cantabria, quien destaca el capital humano como gran fortaleza de la Comunidad, que adolece, por contra, de falta de innovación y de eficiencia empresarial.
«El pequeño tamaño de las empresas de Cantabria, un problema común a todo el país, hace que inviertan poco en I+D+i, y ése es uno de los déficits de la región, que está situada en el puesto duodécimo de 17 en Innovación; en Eficiencia empresarial se encuentra en un nivel medio-bajo, más bien bajo; es cierto que en ambos ejes se está mejorando, pero muy por debajo de la media del país, y si nos comparamos con Madrid, País Vasco y Navarra las diferencias son abismales. Hay que tocar muchos ejes, pero en esos dos, en los que estamos peor, es más necesario mejorar».
En opinión de García Andrés, no existen fórmulas mágicas que mejoren la competitividad regional de un día para otro. «Hay que mirar por el retrovisor para ver qué ha pasado pero, sobre todo, hay que mantener una perspectiva a largo plazo. Por ejemplo, en temas de I+D+i, la inversión en Cantabria es de un 0,9% sobre el PIB, cuando el objetivo europeo es del 3%, y el País Vasco ya dedica el 2,3%: esto quiere decir que tenemos por delante un recorrido importante, y aunque se tomen medidas hoy eso no quiere decir que el año que viene se esté arriba».
La receta del decano de los economistas cántabros para escalar puestos en el ranking de competitividad pasa por «invertir en sectores estratégicos». «Las empresas tienen que invertir, con colaboración público-privada, en sectores con recorrido dentro de la economía de Cantabria: el tema biosanitario es uno de los que pueden tener una proyección económica importante; el agroalimentario es otro sector también a potenciar, no sólo importante para crear valor en la cadena de producción, sino que además puede contribuir, si conseguimos su asentamiento en el ámbito rural, a mejorar el problema del envejecimiento de la población y a luchar contra la despoblación. Las energías renovables constituyen otra área de interés, sobre todo si se consolida la puesta en marcha de la planta de producción de hidrógeno de Besaya, con una alta inversión y que puede generar una riqueza importante. También habría que hacer una apuesta decidida por la estación intermodal de La Pasiega, y luego ver de qué manera se financia, si se consiguen fondos de Europa o del Gobierno central. El tema del sector cultural, con el Mupac, el Faro Santander y el espacio Reina Sofía, también puede generar de riqueza de cara al turismo. Y también se puede aprovechar la potente marca Banco Santander para atraer inversión extranjera».
«La competitividad se va a mejorar con medidas a medio y largo plazo y, sobre todo y simplificándolo mucho, remando todos en la misma dirección: Gobierno, empresas y agentes sociales. Lo importante es saber dónde queremos estar y dónde queremos ir, y hay que poner los cimientos ahora, con un plan de región que no puede ser sólo cosa de un Gobierno».
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