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Estudian metodologías de intervenciones procesales, psicología, asuntos relacionados con servicios sociales, la manera en que funciona una cadena de custodia, derechos del menor, prácticas de ... tiro con arma de fuego o defensa personal. Un temario variado que se distribuye en 610 horas y que se impartirá hasta finales de febrero para formar en múltiples competencias a los últimos 76 policías locales cántabros que han aprobado la oposición. Pues todos han de superar esta instrucción para alcanzar el rango de funcionarios de pleno derecho; para poder cargar un arma y para ser considerados legalmente un agente de la autoridad.
Hasta 36 de ellos están destinados en Santander, y otros tantos ejercerán en Santoña, Camargo, Torrelavega, Piélagos o Suances, entre otros. Conjugarán la vertiente más práctica, impartida también por profesionales de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, con la más teórica, en la que se completará todo lo aprendido previamente en el estudio del concurso oposición. Y así, en un plazo inferior a seis meses, podrán pasar a engrosar las plantillas municipales de sus correspondientes consistorios en un tiempo, el actual, en que muchas de ellas están bajo mínimos.
UN CURSO CONCENTRADO
En el segundo día de clase -este pasado martes- un grupo pequeño de futuros agentes, porque la pandemia obliga a reducir los aforos, acude al cuartel de la Guardia Civil de Campogiro. En el pabellón polideportivo todos se afanan en mejorar una destreza necesaria: la neutralización sin violencia. El ejercicio consiste en que un agente veterano simula ser una persona violenta, que trata de agredir al agente, y éste debe aprender a desplazarlo de un empujón en el pecho, sin herirlo. Aunque luego, cuando se despliega el bastón extensible, ya se permiten los golpes a un saco protector.
«Hemos empezado el pasado viernes 17 y por el momento creo que tanto la parte más práctica como la teórica se compaginan bien», explica Jasmina Marotías, una de las cinco mujeres que integran este colectivo de 76 nuevos alumnos. «No sé por qué somos tan pocas chicas», comenta ella, que está destinada en Santander. «Creo que las pruebas físicas son muy exigentes y a lo mejor restan mucha puntuación que luego es complicado levantar en el cómputo global. También me parece que es una profesión que no resulta muy atractiva a la mayoría de las mujeres», opina.
Junto a ella, otro aprendiz recupera el aliento tras el esfuerzo. «Esto está muy bien porque es la propia Guardia Civil la que instruye», señala Adrián Fernández, destinado en el municipio de Camargo. Él tiene ganas de contar con autonomía plena, de realizar prácticas de tiro, «porque lo mejor es que nunca tengamos que utilizar la pistola, pero hay que estar preparados para lo que pueda venir», advierte.
COORDINACIÓN ENTRE CUERPOS
Ambos se concentran en todos estos ejercicios físicos en el cuartel de Campogiro mientras otros compañeros prestan atención a la teoría en la escuela Náutico Pesquera de Santander, donde se imparten las clases en un aula con pupitres y pizarra.
Desde la aparición del covid no se había repetido este curso, que para el presente año cuenta con mayor presupuesto y también con más tiempo lectivo. «Hemos ampliado de 410 a 610 horas y el presupuesto, de 90.000 a 140.000 euros, porque creemos que es una necesidad formar a estos profesionales para mejorar la seguridad en todos los ayuntamientos de la región», aclara Paula Fernández, consejera de Interior, de quien depende el Centro de Estudios de la Administración Regional de Cantabria (Cearc), que organiza esta formación.
140.000euros cuesta formar a estos policías
Desde la Consejería se ultima también el nuevo texto de la Ley de Coordinación de Policías Locales que servirá para dar respuesta a las demandas de los colectivos profesionales y sindicatos. «Habrá muchas novedades en lo referente a la promoción interna dentro de los cuerpos o a la creación de esas policías mancomunadas entre municipios. Estamos trabajando en esta norma en una comisión de coordinación y lo deseable es que en el primer periodo de sesiones del próximo año podamos llevarla al Parlamento», avanza Fernández, mientras alrededor los agentes de prácticas retoman los ejercicios tras un breve descanso.
Elegir un cuartel de la Guardia Civil para instruir policías locales es un detalle muy intencionado: «Creo que no sólo es bueno que todos los cuerpos nos conozcamos y estemos coordinados, sino que además es preciso», aclara José Antonio Pérez Ruiz, teniente coronel y jefe de personal y apoyo de la Guardia Civil en Cantabria.
REFORZAR LAS PLANTILLAS
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como las policías autonómicas y municipales, están abocadas a trabajar coordinadas. «Y como además en no pocas ocasiones los medios humanos y materiales no son los suficientes, es totalmente necesario que estemos muy coordinados y la comunicación fluya bien. Por eso es bueno que en la formación también tengamos un papel preponderante desde este cuerpo», explica el superior de la Benemérita.
El ejemplo claro de esta necesidad se ha constatado este pasado verano, cuando los agentes municipales han sido apoyados por la Guardia Civil para enfrentar disturbios urbanos desencadenados tras multitudinarias quedadas por el consumo de alcohol en la calle.
Jasmina Marotías | Destinada en Santander
Parte de la razón del incremento de las horas lectivas tiene que ver con la necesidad de que todos estos agentes estén en la calle, trabajando a pleno rendimiento, el próximo marzo, en la antesala de Semana Santa, cuando los municipios más turísticos de la región vuelven a colmase de turistas y vecinos llegados de otras comunidades que llegan a sus segundas residencias.
«Lo importante es que aprendan todo el arco de intervención gradual que se da en una situación de estas dificultades, en escenarios que van desde un botellón hasta un episodio más complicado y peligroso; y que comprende desde la inmovilización hasta el uso del arma de fuego», detalla José María Martínez, instructor de Intervención Operativa de la Guardia Civil. La suerte es que todos los participantes en este curso tienen un físico trabajado, que ha debido superar duras pruebas de cara a la oposición; y además cuentan también, al menos en la mayoría de los casos, con una vocación muy marcada.
«Yo he querido ser policía desde que era muy pequeño», confiesa Alberto Fernández, otro de los alumnos en Campogiro. «Tiene que ser un tema vocacional, pienso, porque si no, es difícil que dediques este esfuerzo a prepararte tanto en la parte teórica como en la física, y aguantes también el estrés de lo mental», afirma. Sólo en Santander se seleccionaron 36 agentes en prácticas de los más de 400 que se presentaron a las oposiciones.
Y todos ellos servirán para rejuvenecer las plantillas de las policías locales, que mermadas en los últimos años por las jubilaciones o las transiciones a lo que llaman segunda actividad -que llega con los 55 años y que permite estar alejado de las calles para desempeñar trabajos más administrativos-, ha dejado bajo mínimos a muchos cuerpos municipales.
«Está rejuveneciéndose mucho la plantilla y debemos dar peso a los veteranos, que son los que pueden ayudar en la formación de estos nuevos agentes», asegura Pedro García Carmona, máximo responsable del Cearc. «Lo importante también es que a lo largo de la carrera profesional todos los agentes puedan aprovechar los cursos de formación continua que ofrecemos, que además pueden servir para promoción dentro del cuerpo».
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