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Más que vocación, lo del periodismo es en su caso seña de identidad y oxígeno. Desde la redacción antes, desde el articulismo ahora, la comunicación encuentra en Manuel Angel Castañeda (Santander, 1948) el ecosistema natural para hallar cada día un lugar en el mundo. Licenciado ... en Magisterio y en Ciencias de la Información, exdirector de El Diario, Premio Estrañi y Vocento, el actual presidente del Ateneo de Santander recibe hoy la medalla honorífica de la Universidad Europea del Atlántico en el transcurso del acto de apertura del nuevo curso académico. El también docente será distinguido «en agradecimiento al apoyo y respaldo prestado a la institución académica desde sus inicios».
-¿Qué representa esta distinción?
-Es una forma que tiene la Universidad Europea del Atlántico de valorar la aportación realizada al nacimiento y construcción de un centro superior de enseñanza. Aunque en mi caso mi contribución fue de simple apoyo a una iniciativa buena para Cantabria.
-¿Echa de menos el periodismo activo, el día a día de las redacciones?
-El ejercicio del periodismo es, para quienes tenemos vocación, realmente adictivo. Y claro que, en determinados momentos, se percibe el vacío que supone dejar el dinamismo de la sala de redacción.
-¿Usted ha entendido la jubilación como el terreno propicio para un activismo cultural y académico rejuvenecedor y vital?
-La jubilación supone descargar la responsabilidad de dirigir un diario y recuperar tiempo libre para abordar otra serie de proyectos. La actividad no debe suprimirse nunca...mientras el cuerpo aguante. Lo de rejuvenecer es tarea imposible. Lo cierto es que, tras el obligado breve periodo de descompresión al dejar la dirección de El Diario, me he adaptado muy bien a otras tareas.
-¿No me diga que no lo hubiera cambiado todo por pasearse por La Habana como un autor caribeño?
-Los escritores cubanos son excepcionales. Admiro plumas como las de Cabrera Infante y en la actualidad la figura de Leonardo Padura, que me parece un novelista brillante y profundo. A mí me bastaría con pasearme por la calles de La Habana, aunque fuera sin un libro propio bajo el brazo.
-¿Se considera un STV? ¿Cómo define tal sello?
-'Santanderino de toda la vida' se tradujo en un acrónimo STV. Sí me considero STV, porque nací en esta ciudad, en el barrio más racionalista, el Ensanche, y he vivido en la ciudad de forma permanente. Pero no soy STV en el sentido elitista y excluyente que se ha querido adherir a ese concepto. Me honro con ser santanderino, en tanto esta ciudad ha estado abierta al mundo y es incluyente y acogedora.
-«Periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente». ¿Le parece la mejor definición?
-Sí define bien una parte del trabajo de informar. Me gusta más otra forma de expresarlo: el periodista es un espectador que asiste a la tragicomedia de una sociedad, desde la primera fila del patio de butacas y además accede a los entrebastidores y dialoga con los actores en los camerinos. Luego lo cuenta al resto de los ciudadanos.
-¿El enemigo es la superficialidad, el conformismo, la etiqueta?
-El enemigo del buen periodismo es la gandulería de algunos profesionales que son incapaces de comprobar bien las historias que cuentan. En España aun no ha llegado a funcionar la figura del verificador que comprueba si lo que relata el informador es o no cierto. También es verdad que una gran parte de los lectores demandan historias ligeras, divertidas o truculentas. España es un país que ha creado personajes populares a partir de ignaros e indocumentados...
-¿Qué parte de la vida le ha enseñado el periodismo?
-Que la honradez y el trabajo bien hechos son los puntales de una sociedad justa y solidaria. También que debemos desconfiar de los éxitos fulgurantes y prestar más atención a quienes acreditan una carrera sólida y continuada.
-¿Qué la ha proporcionado la experiencia universitaria?
-En mi etapa de alumno en la Complutense era una forma de ver el periodismo no como un entretenimiento, sino como una ciencia. Ahora, en mi tarea docente en la Universidad Europea, me permite acercarme a las nuevas generaciones, nacidas en plena democracia y con un presente y un futuro bien diferente al de mis tiempos. La universidad es una ventana para ver la sociedad que vendrá.
-¿A qué atribuye que Cantabria siempre es resistente a los cambios?
-Cantabria, antes la Montaña, ha sido una sociedad conservadora. Un territorio en el que ha predominado el pequeño propietario frente a otros territorios de braceros y trabajadores de latifundios. En nuestra comunidad, existe una parte ilustrada de la sociedad que vive anclada en el pasado, en las viejas glorias y que se resiste a cualquier cambio.
-'Pick', Estrañi (ahora en su aniversario)... ¿qué reflejan esos espejos?
-Son dos excelentes ejemplos de periodismo. Dos personajes divergentes: mientras Estrañi fue un hombre claramente de izquierdas, defensor de la República..., Pick representa muy bien a la Tercera España nacida de la guerra civil. Creo que Estrañi fue más político que periodista y Pick un escritor honrado rechazado por los unos y por los otros, porque vio los desmanes de ambos bandos.
-¿La realidad ha ido más rápida que el periodismo?
-El mundo de la información está en plena metamorfosis. Las nuevas tecnologías propician transformaciones vigorosas.... Pero el futuro del periodismo no está amenazado. Siempre habrá demanda para recibir buena información y certeros análisis. Es más, la proliferación de 'noticias' en las redes y lo que se ha denominado como 'periodismo ciudadano' son elementos que ayudan a entender la necesidad de la existencia de diarios hechos por profesionales. La abundancia de noticias falsas es un problema... en el cual reside la solución, porque obliga a quienes quieran estar bien informados a recurrir a una cabecera profesional, con garantía de un buen trabajo periodístico. El periodismo ciudadano es lo que el chamanismo a la medicina.
-¿Cuáles son entonces las cualidades necesarias para ser periodista?
-Tener vocación, una curiosidad infinita y una gran capacidad para la duda. Y a todo ello unir una inmensa capacidad de trabajo.
-Esta es una sociedad ruidosa. ¿Escuchar está en extinción?
-Sí. Cada vez queremos escucharnos a nosotros mismos. Las opiniones ajenas molestan. Esto confirma la teoría de Klaper según la cual los medios de comunicación influyen poco porque los lectores compran los diarios de su propia tendencia política. No se trata de contrastar, sino de reafirmar lo ya pensado.
-Trump, Salvini, Johnson, Putin...¿Vamos construyendo el refugio nuclear?
-No soy catastrofista. Tras la segunda Guerra mundial el mundo ha ido mejorando en todo y creo que lo seguirá haciendo a pesar de los malos políticos. La sociedad civil es cada vez más fuerte y eso es una vacuna contra totalitarios, visionarios y populistas.
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