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Para sorpresa de quienes caminaban por el paseo marítimo de Santander el pasado lunes, el inmenso dique flotante -así lo denominan los ingenieros en la jerga técnica-, llegó procedente de Bilbao a la bahía de la capital a las siete de la tarde movido por ... dos remolcadores. Esta gigantesca plataforma es, en esencia, una fábrica de grandes cajones de hormigón que, como si de inmensos ladrillos se tratase, servirán para levantar el muelle 9 de Raos. Una infraestructura que se licitó en 2015, que se paralizó en 2017 por un conflicto entre la adjudicataria de la obra y la Autoridad Portuaria, y que tras el proceso judicial despega ahora definitivamente para convertirse en una pieza clave del futuro del Puerto, pues ayudará a incrementar considerablemente la capacidad de tráfico RoRo y a alcanzar la ansiada cifra de 7 millones de toneladas gestionadas para 2023.
«Es una lástima que una obra tan determinante para el futuro haya estado truncada de esta manera durante varios años; pero ahora somos optimistas porque esperamos que los trabajos finalicen a finales de 2023 y para entonces el muelle pueda estar operativo», señala Francisco Martín, presidente del Puerto, sobre una obra que cuenta con una inversión de 27 millones de euros y cuyos trabajos ejecuta la UTE formada por Rover Maritime S.L y la firma cántabra Ciomar Construcciones y Obras Marítimas S.L.
20metros de eslora y 50 de manga es el tamaño de cada uno de los cinco cajones que servirán para levantar el nuevo muelle 9 de Raos.
300metros cuadrados tendrá el nuevo espacio que servirá para incrementar la capacidad del Puerto para gestionar el tráfico RoRo, el que puede entrar y salir del barco por sus medios.
👷♀️💪Ya está en #PuertodeSantander la cajonera para la ejecución de la obra de #Raos9. Un paso más para adecuarnos a la demanda de nuestros clientes.#APS #eficiencia #puerto @f_martingallego @cantabriaes @PuertosdeEspana pic.twitter.com/LVS0ncSYqV
María Crespo Lobo (@MaraCrespo1) August 29, 2022
La 'cajonera' -así se le conoce de forma coloquial entre los operarios- tiene un tamaño de 60 metros de manga y 30 de eslora, y se ubicará temporalmente en el muelle 7. Cristian Manrique, jefe del área de Infraestructuras y Dominio Público del Puerto, coordina los trabajos: «Se está procediendo ya al dragado del suelo sobre el que se ubicarán los futuros cajones en el muelle 9. Tenemos ahora dos dragas a las que se sumará próximamente una tercera», explica. Se moverán al final 570 mil metros cúbicos de arena, fango y roca caliza. «Simultáneamente comenzaremos a elaborar los cajones prefabricados en el dique flotante en un proceso complejo que nos llevará unos meses».
Francisco Martín | Presidente del Puerto
Cristian Manrique | Jefe de Infraestructuras
Para hacerse una idea, hay que invertir siete días en la elaboración de cada cajón, y serán cinco los que den forma al nuevo muelle 9. «Primero se organiza la ferralla y la armadura de cada una de estas cinco piezas. Luego viene el vertido del hormigón, que ha de ser continuo, en un bombeo sin pausa las 24 horas del día, porque no puede haber juntas frías», detalla el experto sobre la fabricación de esta suerte de inmensos ladrillos de 50 metros de manga y 20 de eslora que en su interior son huecos.
Precisamente esta característica es lo que los hace flotar y por ello «pueden ser transportados hasta un espacio que llamamos guardería», que se ubica en la vertiente norte y que se encuentra junto al Barrio Pesquero. Allí se rellenará el interior de agua para sumergirlos y en el fondo marino permanecerán hasta que finalicen los trabajos de cimentación del muelle 9. Labores que consistirán en el dragado de la zona y que se alargarán más o menos en el tiempo, dependiendo de la naturaleza del suelo que se encuentren las máquinas, pues además de fango y arena hay roca caliza meteorizada.
La última fase de la construcción llevará a emerger de nuevo los cajones para transportarlos hasta su ubicación final. Se colocarán seguidos, uno junto a otro, hasta completar una superficie aproximada de 300 metros cuadrados. Luego se fondearán definitivamente sobre la denominada banqueta -la cimentación que se habrá construido a base de grava tras el dragado- y por último se rellenarán de tierra. «En superficie se colocará una losa de hormigón para homogeneizar el suelo y después se terminará con la ubicación de las defensas, los norais, y todos los complementos que ha de tener un muelle», apunta Manrique.
Prácticamente no habrá que esperar, según el presidente del Puerto, a que el nuevo muelle entre en funcionamiento tras su inauguración, previsiblemente, para finales de 2023. «Tenemos a varias compañías que están esperando a que esté finalizado para poder trabajar con mayor tráfico», señala Francisco Martín. Podrán atracar los barcos Panamax -diseñados para ajustarse a las dimensiones máximas permitidas para el tránsito por las antiguas esclusas del canal de Panamá- con hasta 290 metros de eslora y 13 de calado.
Buena parte del incremento del tráfico vendrá de la firma CLN; pero el espacio estará abierto a todos los clientes. «Será una pieza clave del nuevo Puerto porque será determinante para que se incremente todo el tráfico RoRo, es decir, el que puede entrar y salir del barco por sus propios medios». A saber: vehículos nuevos, camiones con conductor, remolques o semirremolques o maquinaria pesada. En conjunto, el objetivo es que el Puerto pueda llegar a gestionar hasta 7 millones de toneladas de mercancías en 2023.
Hay que retrotraerse a 2015 para recordar la primera licitación de las obras del muelle 9 de Raos a lo que le siguió un largo litigio entre la Autoridad Portuaria y FCC, la anterior adjudicataria de los trabajos, que adujo circunstancias sobrevenidas que terminaron por encarecer el proyecto. Lo cierto es que a FCC se le había adjudicado el proyecto por 17,2 millones, una baja del 32% respecto a la licitación.
El Juzgado de Primera Instancia número 5 de Santander dio la razón al Puerto y en junio de 2021 concluyó que la demora en la obra debía atribuirse a FCC por 'vicios en el proyecto'. Frente a la reclamación que, por diferentes conceptos, se aproximaba a los ocho millones de euros, el juez resolvió que el Puerto debía abonar sólo 79.448 euros por materiales que FCC ya había acopiado y que el magistrado entendió que no se habían liquidado. FCC no recurrió el fallo.
La puesta en marcha del muelle 9 de Raos se unirá en 2023 a la inauguración de otras infraestructuras que servirán para modernizar el Puerto de Santander e incrementar sobremanera sus capacidades de tráfico tanto de personas como de mercancías. «Al muelle 9 se unirá también que tendremos en marcha el nuevo punto de atraque de ferries y la terminal de gas licuado», apunta Francisco Martín. «También funcionará el nuevo silo vertical de automóviles y esperamos también tener acabados los muelles 1 y 4 de Maliaño». Todos esos hitos confluyen en 2023.
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