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Tomás Dasgoas
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Tomás Dasgoas
A Tomás Dasgoas no le gusta hablar de viejas y nuevas etapas en la Cámara de Comercio de Cantabria: cree que la institución centenaria que ... ahora preside debe adaptarse a los tiempos y ser el «agente transformador» que colabore con las empresas en su adaptación a las nuevas realidades. La digitalización, la sostenibilidad o la internacionalización son algunas de las cuestiones que deben abordar los negocios de la región, y la Cámara, asegura, está ahí para ayudarlos en ese trabajo.
–Nos pasamos el día hablando de la agresiva política comercial de Trump. ¿Puede afectar a Cantabria de alguna manera?
–Si lo centramos directamente en Cantabria, poco: desde el año 2016 las exportaciones a Estados Unidos han decrecido de manera importante, bien porque ya Trump estuvo anteriormente en el gobierno e impuso aranceles o bien porque las cuestiones de los negocios con Estados Unidos se han ido reduciendo. A diferencia de otras comunidades, Cantabria tiene una exposición muy poco importante, ahora mismo las ventas a Estados Unidos no llegan al 3% de las que tiene a nivel internacional. Puede tener consecuencias en casos concretos, para alguna empresa en concreto.
–¿Algún ejemplo?
–Son muy pocas; las afectadas son las que ya, de algún modo, lo estaban porque ya ha habido unos aranceles, como las que exportan acero y aluminio. Pero estamos hablando de materiales, no tanto elementos ya fabricados. También hay empresas, como la mía –Tomás Dasgoas es CEO del Grupo FAED–, a las que nos puede afectar de una manera más indirecta, cuando nuestros clientes europeos son los que exportan a a Estados Unidos. Pero la exposición de Cantabria es muy baja. Ya he dicho que las ventas no suponen ni el 3%.
–¿Se aprecia algún cambio respecto a la etapa de Biden?
–Tengo claro que con respecto a Biden cambian las formas, porque las que Trump tiene de negociar o de imponer sus criterios son muy distintas, pero también tengo claro que Estados Unidos siempre busca su beneficio comercial, entonces cambian las formas, pero no el objetivo.
–¿Le parece descabellado lo que hace Trump?
–Lo que escucho a la gente que sabe un poco más que yo, es que una cosa es lo que dice y otra cosa es lo que hace. Y entonces habrá que esperar a valorar lo que hace en vez de lo que dice. Creo que todavía estamos viendo una actuación para llegar a conseguir lo que quiere.
–Volvemos a casa. ¿Cómo ve la situación económica de Cantabria?
–En general, la situación es positiva. Hay un ambiente bueno para el momento que estamos todos viviendo. El reto de la empresa cántabra es, sobre todo, mejorar en competitividad y en productividad, que es donde tenemos margen y necesidad de mejora. Lo que pasa es que en una situación como la actual es complicado, porque todo es tan cambiante y te afectan tanto las decisiones políticas... Ahora mismo hay que abordar cuestiones como la digitalización, la internacionalización, la sostenibilidad y la escasez de personal. A eso hay que sumar el absentismo, la reducción de la jornada que están imponiendo, las cargas fiscales... Todo eso hace que las empresas tengan una sobrecarga a la hora de decidir qué hacer o cómo abordar estas situaciones.
–Y ahí entra en juego la Cámara.
–La Cámara da soporte a las pequeñas y medianas empresas y a los emprendedores en todos estos aspectos, porque para todos ellos tiene programas que abordan estos retos y la problemática. Creo que ante una clara competitividad que han demostrado siempre las empresas en Cantabria, estos retos se van a poder solventar, sobre todo porque van a poder contar con la colaboración de la Cámara para todos ellos.
–¿Se puede hablar de una nueva etapa en la Cámara de Comercio de Cantabria?
–Las Cámaras, hace ya unos años, tenían un estatus distinto, había la aportación de unos fondos camerales que hoy ya no existen, se financiaban en base a un impuesto que hoy no existe, y han tenido que adaptarse a una nueva situación. Nosotros nos centramos no tanto en ver las diferencias con las etapas anteriores, sino en adaptar los servicios y adaptar la Cámara a la situación actual. Queremos ser el agente transformador y colaborador de la adaptación de las empresas a las nuevas realidades, y para ello la Cámara, que es una institución centenaria, tiene que ir adaptándose en cada época a cada necesidad.
–Por cierto, ¿cómo va la búsqueda de una nueva sede? Se oye hablar de la posibilidad de que se muden al palacete de Cortiguera.
–No hay nada decidido aún, y parece que Cortiguera no será: no creo que sea hoy posible por la situación tan deteriorada que tiene, pero estamos en esa búsqueda de una sede que se adecúe a poder desarrollar todos estos servicios, que sea una sede digna de una entidad como la cámara. Pero ahora mismo no tenemos nada decidido ni concreto.
–La economía suele representarse como una tarta dividida en distintos sectores. ¿Tiene un reparto equilibrado en la región?
–Creo que tenemos una buena tarta, un buen reparto porcentual de los sectores. Tenemos un sector industrial que está por encima del porcentaje español: el peso de la industria en Cantabria supera el 20%, es un porcentaje razonable; alguna vez hemos hablado de llegar al 25, yo creo que eso ya debemos descartarlo y debemos cuidar de que no baje del 20. Comparado con el resto de comunidades es un porcentaje adecuado y la industria debe ser un sector a conservar en estos porcentajes, porque genera riqueza, genera trabajo de calidad, genera exportación y es un sector fundamental para Cantabria. El resto de sectores son también muy importantes, y han de tener esa capacidad de adaptación al cambio, a la necesidad, como estamos viendo, por ejemplo, en el tema turístico, cuando hablamos de que el turismo en Cantabria se está masificando y que debería trabajarse que sea sostenible. Bueno, pues, un turismo que se adecúe a la sostenibilidad sería lo interesante, y eso es lo que hay que buscar, adaptar los sectores a las necesidades. No creo que sea un tema de porcentajes, sino de adecuar cada sector, que son importantes todos ellos, a la realidad. Y hay sectores que, evidentemente, quizás hace años no se mencionaban, como el de las TIC, todo lo que son las empresas de las nuevas tecnologías, cuyo crecimiento en Cantabria ha sido muy importante, donde ya hay un número de empresas y empleadores muy alto. Cantabria sí puede ser en ese punto un atractivo nacional y europeo, puede ser un sector importante de crecimiento.
–¿Qué opina de la Ley de Simplificación que está impulsando el Gobierno regional?
–Lo importante es que ya se está desarrollando, que se ha propuesto una Ley de Simplificación, algo que ya de por sí es tremendamente positivo. Me consta que es de interés de todos los partidos que conforman el Parlamento el que se lleve adelante: puede que haya diferencias en cuanto al alcance o los puntos de la ley, pero confío en que el Parlamento de Cantabria apruebe la mejor ley posible en el menor tiempo posible, porque el plazo también es importante, ya que llevamos años que este punto se tenía que haber abordado.
–¿Y de la rebaja fiscal?
–Ya ha habido una primera rebaja fiscal, y que vengan otras después, una vez que se vea que es posible hacerlo y, además, mantener los servicios sociales intactos. Lo que se ha demostrado es que una reducción de la carga fiscal mejora la economía y eso hace aumentar la recaudación. Yo creo que es importante incentivar la actividad industrial y la actividad empresarial, y las cargas fiscales a veces ahuyentan o hacen que no haya esa inversión que, al final, es beneficiosa para todos.
–¿Es suficiente con esas dos medidas para que Cantabria gane competitividad respecto a comunidades vecinas?
–No, no es suficiente: son dos pilares fundamentales que tienen que estar, pero, evidentemente, no son suficientes, hay otras muchas cuestiones que un inversor o un empresario cuando invierte valora.
–¿Puede contribuir el proyecto de La Pasiega a darle mayor atractivo?
–El área logística de La Pasiega es un proyecto necesario, otro pilar también fundamental para incentivar las inversiones. Son muy importantes las alternativas de suelo: para que las empresas vengan tenemos que ofrecerles algo, son necesarias las infraestructuras para atraer las inversiones, y no se puede esperar a que lleguen las inversiones para luego hacer las infraestructuras, primero hay que ofrecer y luego pedir. Si no hay un ofrecimiento al inversor de capacidades, de posibilidades, de instalarse y de tener una empresa competitiva, nadie invierte ni viene.
–Le parecerá una tontería, pero ¿para qué sirve la Cámara de Comercio?
–Si no existiera la Cámara se perdería una importante cantidad de dinero que se destina a gestionar programas que van a ayudar a las empresas a poder abordar transformaciones tan complicadas como la digitalización, la sostenibilidad, la competitividad o la gestión del talento. Todos estos retos están presentes en todas las empresas de Cantabria, y la Cámara tiene programas que les ayudan a plantear soluciones para todos ellos. La Cámara es un actor muy importante en el desarrollo de emprendedores; todo emprendedor que en Cantabria quiera poner en marcha un pequeño negocio, tiene en la Cámara todas las respuestas a sus necesidades: dónde pedir un crédito, dónde pedir una licencia, cómo hacer su plan de negocio, cómo solicitar financiación...
–¿Cómo es la situación actual de la Cámara?
–La visión de la Cámara es muy positiva: hemos incrementado en un 50% el presupuesto a gestionar en proyectos para Cantabria: casi todos son fondos que, si no los gestionara la Cámara de Cantabria, se perderían, no llegarían a la región y podrían acabar en otras comunidades; eso es importante saberlo, esa atracción de inversión en la Comunidad que realiza la Cámara de Cantabria. Hemos reforzado también en este tiempo, desde que llegamos, la colaboración con el Gobierno de Cantabria, con Sodercan, con las asociaciones. Somos ya parte activa de la transformación que se está desarrollando en Cantabria. Creo que ya hemos demostrado que somos un socio necesario y transparente para el Gobierno de Cantabria. Y también hemos conseguido la tranquilidad financiera, hemos eliminado toda la deuda con bancos, y estamos en una situación que podemos autofinanciar todos los programas y los proyectos que gestionamos. En todos estos puntos la Cámara de Comercio de Cantabria tiene ahora una gran capacidad para poder gestionar utilizando el alto valor de experiencia que tiene y los técnicos cualificados con los que cuenta. Nuestra intención es potenciar la gestión de los servicios en todos los aspectos.
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Ana del Castillo
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