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La presidenta del Partido Popular de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, exige al Gobierno de Revilla que modifique de inmediato la normativa para que el nivel 3 y 4 de riesgo no conlleve el cierre del interior de la hostelería. Buruaga considera que ... esta medida «es de locos» que supone hacer pagar a este sector «la inacción e incompetencia» del Gobierno. A sus ojos, el cierre es «además de inútil, perfectamente evitable al existir más alternativas para reaccionar con eficacia frente a esta quinta ola».
La líder del PP apunta que «si hace cuatro días se modificó para cerrar el ocio nocturno en nivel 2, ahora debería suceder lo mismo con el cierre de interiores en nivel 3 y 4». Cree que esta medida «entierra» todas las expectativas de recuperación que se habían depositado en el verano. Además, ha atribuido la responsabilidad a Miguel Ángel Revilla «y no a los técnicos de la Consejería de Sanidad. Al Gobierno se le ha ido la situación de las manos y no ha hecho nada de lo que debería hacer».
«Si como se ha demostrado en el último año y medio la hostelería no es el problema, su cierre no es la solución», ha subrayado Buruaga, quien ha remarcado que el sector «cumple las normas y trabaja con profesionalidad». En esta línea, ha advertido de que «para esto» no cuenten con el PP.
También ha recordado que el consejero de Sanidad ha reconocido que el problema son los positivos que «no están diagnosticados, pero se niega a hacer cribados masivos». Por eso, no entiende que si estima «que son los jóvenes los que se contagian se haya negado hasta ahora a vacunarles pudiendo solapar su inmunización con la de los grupos de mayor edad como han hecho otras comunidades autónomas».
Vox también ha mostrado su rechazo al «sistema utilizado por el gobierno de Cantabria para poner freno a la expansión del covid». Así lo ha manifestado el portavoz del grupo, Cristobal Palacio, quien ha asegurado que «lejos de estar funcionando ha colocado a la comunidad en una situación de riesgo extremo». A su juicio, «hacer uso del sistema del semáforo de contagios de forma automática, cerrando la hostelería no es sostenible, ya que lo lógico sería baremar la capacidad de nuestros servicios hospitalarios y el número de ingresados por el virus».
Palacio señala que «en un momento en que la población de más de 30 años está vacunada, pretender que la solución es cerrar los restaurantes, supone que no hay capacidad de reacción por parte del gobierno». Ha tildado esta medida de contradictoria ya que la actividad de otros sectores se mantiene.
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