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Vista desde su vivienda, a escasos metros de lo ocurrido. Cristina Sobradillo
Una cántabra en Utrecht: «La orden era no salir a la calle»

Una cántabra en Utrecht: «La orden era no salir a la calle»

La santanderina Cristina Sobradillo, que reside y trabaja desde hace seis años en Holanda, cuenta a este periódico cómo vivió ayer el ataque en el que murieron tres personas

Ana del Castillo

Santander

Martes, 19 de marzo 2019, 10:28

«Se vivió una situación un poco de pánico porque la orden era que no se podía salir a la calle, ni de los puestos de trabajo ni de las casas». A la cántabra Cristina Sobradillo, que reside y trabaja desde hace seis años en Utrecht (Holanda), el tiroteo de ayer en el que murieron tres personas le cogió trabajando. Hasta las seis de la tarde no pudo entrar en su casa, a escasos metros del lugar del ataque.

El suceso, tan solo tres días después del atentado en Nueva Zelanda, desató la psicosis terrorista en Holanda. La Policía ordenó cerrar las universidades, las guarderías y los colegios, se cortaron las carreteras, lo que provocó importantes atascos, y el centro de Utrecht quedó completamente vacío. Las mezquitas también cerraron.

Por el momento, la investigación del ataque no descarta ninguna hipótesis pero cobra fuerza la idea de que el autor, el turco Gökmen Tanis, ya detenido, actuó por motivos familiares. Sobradillo también tiene dudas de lo ocurrido ayer. «Si hubiera sido un ataque terrorista de verdad, que se lleva presintiendo tiempo, hubiese sido en hora punta y en la estación central», explica.

Estaba trabajando cuando supo del suceso. «Me enteré por un mensaje de mi primo y lo busque en Google enseguida. Comenzó el caos. Muchos querían salir del trabajo para ir a buscar a sus hijos, los helicópteros sobrevolaban todo el tiempo la ciudad, había mucho tráfico y la gente se ponía más nerviosa porque no sabían si podían salir del edificio». Finalmente, a las seis de la tarde (el ataque se produjo a media mañana), «nos dijeron que podíamos salir sin problema. A esa hora ya pude entrar con mi novio en casa, vivimos justo en frente de donde han ocurrido los hechos», puntualiza. Reconoce que en Holanda, donde nunca había ocurrido algo así, viven desde hace tiempo con cien ojos. Como si estuvieran esperando a que el Estado Islámico (los forofos del EI ya han aplaudido el ataque) mueva ficha. «Atacad en espacios abiertos donde se congregan multitudes». Es el mensaje que circula por los canales vinculados al EI como «revancha» por el ataque a las mezquitas de Nueva Zelanda.

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