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Todos los partidos con representación en el Parlamento de Cantabria votaron 'sí' durante el pleno de la semana pasada a una propuesta del PP para exigir al Estado que cumpla con la obligación que se autoimpuso de financiar el 50% de los gastos de la ... Ley de Dependencia, el porcentaje que se fijó cuando se aprobó esta norma con la intención de crear el cuarto pilar del estado del bienestar. Lo reclama Cantabria y todas las formaciones políticas de manera unánime porque, aunque ese era el compromiso que asumió el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cuando diseñó la ley en 2006, nunca se ha cumplido. Eso implica que la comunidad autónoma, como el resto de ejecutivos autonómicos, ha tenido que poner de su bolsillo la diferencia.
Desde 2012, año en el que empieza la serie histórica que analiza el Ministerio de Derechos Sociales, el Estado ha enviado a Cantabria 246 millones de euros, que son 396,7 millones menos de lo que le habría correspondido teniendo en cuenta que el Servicio Cántabro de Servicios Sociales (Icass) ha destinado a pagar los servicios y prestaciones reconocidas en la Ley de Dependencia hasta 2022 –aún no se conoce la cifra total de 2023– 1.285 millones de euros. La cuenta sale fácil y no es nada favorable para los intereses de las regiones.
No se cumple ni de lejos el compromiso de cofinanciación a partes iguales, aunque es verdad que en los últimos dos ejercicios los desequilibrios se han reducido. Con altibajos, la inversión que hace el Gobierno de Cantabria para costear total o parcialmente la atención a la dependencia ha ido creciendo a medida que se incorporaban nuevos usuarios y también nuevas prestaciones a la cartera de servicios.
Es evidente el efecto de la anterior crisis económica –la que estuvo ligada al ladrillo y a las entidades financieras– porque entre 2013 y 2018 la administración regional, que se tuvo que apretar el cinturón en todos los departamentos, también recortó en dependencia. El mejor ejemplo es que hasta 2021 no se volvió a superar la cifra de 128,3 millones de euros que se destinaron en 2012. El último dato consolidado de inversión es el del año siguiente y ahí sí que se aprecia ya un salto importante hasta los 153,4 millones de euros.
55,2 millones
envió el Estado a Cantabria en 2023. Aún no se sabe cuál es el porcentaje de la aportación porque el Icass no ha dado a conocer el gasto total del año en dependencia.
¿Y cuánto de ese dinero venía del Estado? Pues los picos y valles en la estadística son muy similares. Antes de 2012 –el año de referencia, por eso los datos previos no aparecen en la tabla que acompaña esta información–, el Gobierno central envió a Cantabria 28 millones de euros en 2010 y otros 26 millones de euros en 2011, unos números que nunca volvieron a superarse durante el Gobierno de Mariano Rajoy. Pero tampoco durante los dos primeros años del Gobierno de Pedro Sánchez.
Es más, en 2020, en plena crisis sanitaria por la pandemia del covid, la contribución del Estado a sufragar los costes de la Ley de Dependencia en Cantabria cayó al 14,72%, el mínimo histórico en términos porcentuales, aunque también es verdad que esa caída de los ingresos específicos se compensó con un gran flujo de dinero extraordinario de Madrid a todos los territorios para hacer frente al coronavirus.
Ya en 2022 la implicación estatal creció hasta el 30,16% (fueron 46,3 millones), aunque todavía está a 20 puntos de ese compromiso del 50%-50%, y en 2023 previsiblemente volverá a elevarse. No se conoce el porcentaje exacto porque Cantabria aún no ha dado a conocer el dato del gasto total a lo largo del año en dependencia, pero sí se sabe que el Gobierno central ha enviado 55,2 millones (récord histórico) para desarrollar estas políticas.
Ni los casi 400 millones de euros que han dejado de llegar a Cantabria ni los que corresponderían al resto de comunidades autónomas son, en teoría, recuperables. Porque el compromiso político del Gobierno central de asumir el 50% de los gastos no está plasmado en la Ley de Dependencia. De hecho, como recordó el diputado Armando Blanco (Vox) durante aquel debate parlamentario, cuando la socialistas Eva Díaz Tezanos era vicepresidenta y consejera de Políticas Sociales allá por 2016 envió un requerimiento a Madrid reclamando los 65 millones de euros pendientes del ejercicio anterior. No tuvo respuesta de la entonces ministra Fátima Báñez, pero tampoco opción de reclamarlo en la vía judicial, como sí se hizo con la deuda de Valdecilla.
El último dato En 2022 se alcanzó el récord de financiación nacional y llegó al 30% del gasto de las prestaciones que asume Cantabria
La aportación a la región Tras el empuje inicial, se recortó de 2012 a 2018. Tocó fondo con el covid en 2020 (14,7%), pero ya se ha revertido la tendencia
Mismo escenario La situación se repite en todas las comunidades autónomas y el dinero que no se ha enviado no es recuperable a futuro
También tomó la palabra durante ese debate el portavoz del PP, Juan José Alonso, impulsor de la proposición no de ley (PNL) que reclama al Estado asumir de una vez por todas el 50% de los costes de la dependencia. Y lo hizo, según explicó, ante el riesgo de que el Gobierno de Pedro Sánchez cumpla ese compromiso en Cataluña –es uno de los puntos que figura en los pactos con ERC y Junts– y no en Cantabria y en el resto de territorios. «Los cántabros llevamos semanas viendo como Sánchez es capaz de todo por mantenerse en el Gobierno. Ha entrado en una dinámica de concesiones interminables a aquellos que quieren romper España y está creando autonomías de primera y de segunda», lamentó Alonso, que sí reconoció las bondades de esta ley que en diciembre cumplió 17 años y su carácter transformador.
Le respondió la diputada socialista Nórak Cruz, que coincidió en el salto que supuso la Ley de Dependencia, pero no en lo que cada partido ha ido haciendo para dotarla de recursos cuando estaba en La Moncloa. «Durante estos 17 años su desarrollo no ha sido homogéneo. En los diez años del PP, no abonó nunca el nivel acordado y ha sido el Gobierno de Sánchez el que lo está recuperando», dijo la representante del PSOE, una versión de la historia que también defendió Rosa Díez desde el PRC.
El Gobierno regional pondrá en marcha el Consejo de las Personas Mayores de Cantabria, cuya consulta pública, previa a la elaboración del Decreto, se ha publicado recientemente en el BOC. Así lo anunció la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Begoña Gómez del Río, en el transcurso del homenaje que se rindió a los mayores de 85 años del Centro Social Cañadío, de Santander.Gómez del Río indicó que, de esta forma, se da respuesta a una reivindicación de las personas mayores, a las que se permitirá formar parte de las políticas y decisiones que les afectan y puso en valor su aportación para alcanzar el actual Estado de Bienestar. El Consejo será «un órgano fundamental para recoger sus ideas, sus iniciativas y sus propuestas» y darles forma en políticas concretas. Se trata de un órgano colegiado, en el que estén presentes representantes de diversas áreas de la Administración Autonómica, así como del ámbito social y de entidades y personas que representan los intereses de las personas mayores.
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