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EFE/ DM
Oviedo
Jueves, 13 de junio 2019, 07:21
Entre los años 2000 y 2015 se registraron en todo el mundo 664 ataques de oso pardo a seres humanos, el 14,3% mortales, una cifra que ha aumentado en los últimos años y que suele responder a una reacción defensiva de ... una especie cuyo comportamiento más común es evitar la presencia de personas. En España, en los últimos veinticinco años, «sólo se han registrado siete incidentes con contacto físico entre osos y humanos en la cordillera Cantábrica y uno en los Pirineos, ninguno de ellos con resultados fatales», según informa la Fundación Oso Pardo (FOP).
Los datos recogidos en todo el mundo hasta 2015 figuran en un estudio realizado por un grupo internacional de investigadores liderado por la Universidad de Oviedo, a través de Giulia Bombieri de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad, y por la Estación Biológica de Doñana-CSIC, a través del biólogo Javier Naves. El informe analiza la información sobre los 664 ataques registrados en el periodo estudiado en toda el área de distribución de la especie, de forma que en Norteamérica se tuvo constancia de 183 ataques, de 291 en Europa y de 190 en Asia, aunque en este último caso con datos parciales.
El número de ataques en países donde esta especie se caza es similar al de países donde está prohibida lo que, según los investigadores, contradice la hipótesis de que la actividad cinegética eliminaría los individuos más extrovertidos que podrían ser aquellos más propensos a atacar seres humanos.
Los ataques defensivos de osas con crías fueron el escenario más frecuente (47 %) seguidos por los producidos en encuentros repentinos a corta distancia (20 %) y a continuación se sitúan los provocados por la presencia de perros (17 %) o de ejemplares heridos o atrapados (10 %), mientras que los predatorios se sitúan en un 5%.
El estudio sitúa como una de las posibles causas del aumento de los ataques el incremento de la población humana, así como el número de osos pardos en algunas zonas y, fundamentalmente, la mayor accesibilidad a sus hábitats, lo que conlleva una mayor probabilidad de encuentro de ambos.
Además, señala, el auge del turismo rural y de actividades al aire libre en zonas donde está presente la especie hace que se produzca un incremento en el uso intensivo de estos espacios por parte de personas no acostumbradas a coexistir con la fauna salvaje.
El hecho de que la mayor parte de estas reacciones defensivas sean realizadas por hembras con crías indica que estas pueden fácilmente responder de manera agresiva a encuentros cercanos con humanos si ven comprometida la seguridad de las crías.
El estudio plantea desarrollar campañas de sensibilización y, siempre que sea posible, adoptar medidas como la restricción temporal a zonas con presencia de hembras con crías a la vez que incide en que esos ataques defensivos suelen ser el resultado de comportamientos humanos inapropiados de cara a evitar encuentros. Caminar solo y fuera de los caminos habituales, llevar perros sin atar o perseguir a un oso en un lance de caza son escenarios habituales en los ataques que se reducirían con campañas informativas, mientras que hacer ruido, sobre todo en zonas de densa vegetación, o ir en grupo reduce el margen de sorprenderlos a corta distancia y ayuda a que el oso huya evitando el encuentro.
El Diario Montañés participa, junto con la FOP y el programa LIFE Natura 2000 + Oso, en una campaña con material divulgativo para explicar a la población cómo debe proceder si se encuentran en los bosques con uno de estos plantígrados. Además de las láminas que se entregaron gratis con el periódico el pasado domingo, 9 de junio, la FOP distribuirá 300 carteles con el mismo contenido en puntos de interés donde se concentren los excursionistas y amantes de la naturaleza, y repartirá miles de folletos desplegables. En todos estos soportes se describen las características físicas de esta especie, sus costumbres, su modo de reproducción, su forma de alimentación, las zonas que habita y su distribución en el mapa. Y se detallan las pautas de comportamiento que hay que seguir para evitar toparse con estos plantígrados y qué hacer en caso de que ocurra.
La población mundial de osos se encuentra estabilizada en unos 200.000 ejemplares -unos 100.000 en Rusia; 15.400 en el resto de Europa y 58.000 en Norteamérica- mientras que en España, según los últimos datos disponibles, se calcula que viven algo más de 300 ejemplares en la cordillera Cantábrica y cerca de medio centenar en el área pirenaica distribuidos principalmente en su zona central.
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