Los estudios de fotografía entran en crisis con la implantación del nuevo DNI

Algunos estudios de fotografía de Cantabria se verán obligados a cerrar, tras décadas de actividad, como el ubicado frente a la comisaría de la plaza de Cañadío, en Santander. Tras el mostrador de este negocio está Juan de la Hoz, que lleva 50 años «mirando por un agujero», como él dice. Empezó a trabajar a los 13 años ayudando a su padre, también fotógrafo.

Por su privilegiada ubicación frente a la comisaría de Policía, en la cuesta José Ramón López Dóriga, es uno de los negocios que se verá más afectado con la entrada en vigor del nuevo DNI y, resignado, asegura que no tiene más remedio que cerrar. «Esperaremos un par de meses desde que se implante en agosto para ver cómo se comporta, pero vivimos en gran medida de los ingresos de las fotos para documentos oficiales. Hacemos más cosas, pero no podríamos cubrir gastos», explica De la Hoz. También hacen matrículas, «pero es testimonial».

Hace dos meses que le llegaron noticias de este cambio al carnet europeo 4.0 que podrá llevarse en el teléfono móvil. «En Francia y en Alemania van a seguir llevando los usuarios las fotografías, pero en España no lo han previsto así y esta decisión llevará al paro a 90.000 familias a nivel nacional».

El cambio se produce con la entrada en vigor del reglamento 2918/1157 de la Unión Europea, que obliga a los estados miembros a compartir una serie de características comunes en sus documentos identificativos. El nuevo DNI está en inglés y español e integrará un microchip para almacenar fotos, firma y huellas dactilares del propietario.

El negocio de las fotos de carnet para DNI y pasaporte mueve al año unos 45 millones de euros y supone para muchos negocios el 60% de sus ingresos, según informó la Federación Española de Profesionales de la Fotografía y la Imagen (Fepfi). «Al principio no me lo creía, sinceramente, pero luego he visto que no hay marcha atrás. En la comisaría me han explicado que no será de la noche a la mañana, pero en el sector no se entiende así», señala María Jesús López, al frente de Studio 13.

El principal problema es que «perderemos la captación de clientes, es decir, la gente que viene al estudio a hacerse la foto de carnet y directamente contratan su bodas, comuniones o reportajes industriales al ver el trabajo expuesto. Eso lo voy a perder y me preocupa, más allá de los ingresos que me dejaban, que me servían para mantenerme al día con los gastos los cinco meses de temporada baja de eventos».

El fotógrafo José Zubieta, responsable de la histórica tienda creada en 1905 que ha ido pasando en su familia de generación a generación, lamenta que «nos han ido reduciendo poco a poco con lo digital». Sobre la medida, detalla que «las fotos del carnet suponen un 20% de nuestro negocio y este cambio nos hace mucho daño. Para otros negocios supone el 80% y tendrán que cerrar. La noticia no se justifica para ahorrar costes al usuario». En este sentido, Beatriz Zubieta añade que «uno de los motivos para este cambio es la reducción de los costes de las fotografías, pero este argumento no se sostiene porque se mantiene intacta la tasa del DNI a 12 euros».