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La Comisión Europea trasladó ayer al Gobierno regional su rechazo -tal y como se esperaba, pese a los últimos esfuerzos y visitas institucionales al Parlamento Europeo- al tren a Bilbao, que era la esperanza de Cantabria para ser finalmente incluida en el Corredor Atlántico. « ... La conexión Santander-Bilbao no entra en la Red Básica 2030. Tampoco en la nueva categoría 'Extended Core' con horizonte 2040. Se mantiene en la Red Global 2050», argumentó la Comisión en un duro escrito al que ha tenido acceso El Diario Montañés. «El grado de madurez del proyecto y nivel de apoyo por parte del Gobierno nacional no justifican anticipar esta conexión a 2040», subrayaron desde Bruselas. «La realidad es que Madrid anuncia públicamente su apoyo pero sin dar oficialmente ningún seguimiento», recalcaron. Nada más conocer la noticia, Miguel Ángel Revilla remitió una carta al presidente Pedro Sánchez en la que le trasladó su «disgusto» y reprochó su falta de implicación. «Me parece muy decepcionante e injusto para la ciudadanía de Cantabria», sentenció el presidente cántabro.
Si nada cambia, la región no estará conectada de forma directa a este gran corredor, al menos, en los próximos treinta años. Una decisión demoledora para los intereses de Cantabria, que la comisaria europea de Transporte, Adina Valean, se afanó en argumentar. «Tenemos que ser estrictos con las exigencias que no se ajustan a la sólida planificación metodológica que hemos puesto en marcha en 2013 y que no cambia drásticamente con esta revisión», explicó en el escrito remitido ayer al Ejecutivo regional. «Si hacemos excepciones, corremos el riesgo de volver a un mosaico incoherente de proyectos seleccionados exclusivamente por consideraciones políticas. Cualquier excepción daría lugar a numerosas demandas de toda Europa», añadió.
La filosofía del Corredor Atlántico es crear una 'autopista' rápida y efectiva sobre raíles para que el tráfico de mercancías circule con velocidad y fluidez desde Portugal y España hacia el resto de Europa -y viceversa-. Un mapa que se terminó de perfilar hace ocho años y del que Cantabria se quedó fuera; en parte, porque ninguno de los gobiernos autonómicos lo reivindicó con la fuerza suficiente para que el estatal incluyese a la región entre sus peticiones a Bruselas. El proyecto actual ha sido impulsado por el bipartito (PRC-PSOE) a través de un tren rápido de pasajeros entre las capitales cántabra y vizcaína.
La decisión no es del todo firme, ya que la Comisión Europea deja abierto un pequeño resquicio. «Si lográis que los estudios preliminares avancen de manera significativa y Madrid decide dar prioridad a este proyecto, habría posibilidades de meterlo durante las negociaciones de la propuesta entre el Consejo y el Parlamento Europeo», desveló el citado organismo antes de advertir: «Necesitaríais una estrategia implacable, pero es posible».
Una vía que tampoco descarta la comisaria europea de Transportes. «Las revisiones limitadas de la red son posibles ya en el Reglamento a través del artículo 56 que permite a la Comisión, a través de un acto delegado, actualizar la red de puertos, aeropuertos y terminales de carga que hayan pasado a ser relevantes y superen los umbrales», explicó Adina Valean.
Pero la comisaria, a la vez, arrojó un jarro de agua fría sobre las esperanzas cántabras de conectarse al Corredor. Valean conoce la actual conexión ferroviaria entre Santander y Bilbao (a través de FEVE) y también la futura construcción de una línea más directa. «No podemos incluirla en la Red Básica -la que está planteada para el horizonte de 2030- ya que Santander no es un nodo central de la red: ni su aeropuerto ni el puerto, porque no tienen volúmenes significativos de tráfico y carga», afirmó.
Las instituciones europeas entienden que la decisión que trasladaron ayer -hoy esperan hacerla oficial- es un varapalo para Cantabria. Por eso, proponen algunas alternativas al Gobierno regional. La Comisión Europea, por ejemplo, recomienda dos, aunque puntualiza que ninguna es específica para el tren. «Considerar a Santander nodo urbano, lo que permitirá acceder a fondos para mejorar, por ejemplo, la movilidad sostenible; y la otra son las nuevas facilidades para trayectos por vía marítima, que descongestionarían el tráfico por carretera», relató. «No es lo deseado, pero abre nuevas vías de financiación europea», recalcó la Comisión.
En este sentido, la comisaria europea de Transportes ahondó en las posibilidades que ofrece el transporte marítimo de corta distancia como fórmula para acabar con la alta densidad de las comunicaciones en la A-67 hacia Bilbao. «Ahora se abre la posibilidad de promover nuevos enlaces marítimos con cualquier puerto de la Red Global o Básica de la Unión Europea. El Puerto de Santander podría, por ejemplo, reforzar su posición como nueva conexión con cualquiera de los otros de las vecinas Francia, Bélgica o Irlanda y transferir el tráfico internacional de transitarios que actualmente toma la autopista hacia Bilbao y Francia», explicó Valean.
La responsable de Transportes también dio alguna receta para el ferrocarril. El tren a Bilbao, al continuar en la Red Global -la del horizonte 2050- «puede beneficiarse del incremento en la dotación presupuestaria europea para 2021-2027, además de los fondos Feder y BEI».
No por esperada, la noticia sentó menos mal en el Gobierno cántabro. Revilla ya regresó de su visita de dos días a Bruselas el mes pasado, donde se entrevistó con representantes comunitarios, con la percepción de que Europa no daría su brazo a torcer. Así se lo comunicó el español Pablo Fábregas, responsable de Inversiones, al que la comisaria Valean ha encargado la gestión de la política de Redes Transeuropeas de Transportes e Inversiones.
Ocho días después de su regreso, Revilla escribió a Pedro Sánchez para trasladarle «la escasa receptividad» que notó de la Comisión Europea hacia los intereses regionales. «Quiero pedirte que realices las gestiones precisas antes las autoridades europeas para incluir el ferrocarril Santander-Bilbao en el Corredor Atlántico». Sánchez le contestó el 3 diciembre, también a través de carta. «Desde el Gobierno ya se han iniciado los contactos con la Dirección General para la Movilidad y Transporte de la Comisión Europea a fin de apoyar la inclusión de la mencionada infraestructura en la Red Básica», contestó. «Algo, sin duda, crucial y especialmente necesario por el impulso socioeconómico que conllevaría», añadió.
Revilla le envió ayer una nueva misiva. «Pese al disgusto que supone la decisión adoptada hoy (por ayer) por Bruselas, seguiremos agotando todas las vías para lograr la incorporación en el menor plazo posible. Y para ello necesitamos, esta vez sí, un apoyo sólido y oficial del Gobierno de España», esgrimió. También le pidió, al margen de Europa, agilizar el tren a Bilbao «tal y como está comprometido en el pacto de Gobierno -el conocido como 'papeluco'-», concluyó.
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